Got Toirac?

Maikel José Rodríguez Calviño
24/12/2019
Ars Longa, muestra personal de José Ángel Toirac en el MNBA. Fotos: Maité Fernández Barroso
 

Ars Longa es la muestra personal de José Ángel Toirac que por estos días acoge una de las Salas transitorias del Edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). Con curaduría de Corina Matamoros y del propio artista, la exposición deriva del Premio Nacional de Artes Plásticas conferido a este último en 2018, y toma como título un fragmento de la célebre frase acuñada por el médico griego Hipócrates de Cos en el siglo IV a.n.e.: Ars longa, vita brevis (El arte dura, pero la vida es breve).

 

Esta nueva propuesta de Toirac solo incluye piezas inéditas. De un lado, encontramos la amplia serie Tiempos nuevos, ejecutada entre 1994 y 1995, y nunca exhibida con anterioridad; del otro, trabajos integrantes de la serie Waiting for the Right Time (Esperando por el momento correcto), realizada en 2019. Asimismo, incorpora documentación bibliográfica y audiovisual, elementos que contribuyen a su puesta en escena y nos ofrecen un breve recorrido por la amplia carrera que el artista ha desarrollado durante varias décadas de ininterrumpida labor.   

 

Toirac posee una poética personal, identificable y reconocida, que explora constantemente esa fina línea divisoria entre lo permisible y lo no permisible, lo exhibible y lo censurable. La ironía, la revisión crítica, la desacralización y la ambigüedad forman parte de un discurso que, por lo general, contiene múltiples niveles de lectura, opera en diversos planos de lo simbólico y revisita la iconografía de significativas figuras políticas inherentes al proceso revolucionario cubano. Ahora, conocidas instantáneas de Fidel Castro dialogan con marcas registradas estadounidenses o suecas (Nike, Marlboro, Coca-cola, Absolut Vodka, Calvin Klein), en un tejido pictórico que nos habla sobre hegemonía y resistencia, mercantilización de la política y politización del mercado.

 

Sin lugar a dudas estamos ante una propuesta osada, irreverente y cuestionadora, que, al mismo tiempo, refirma los presupuestos estéticos enarbolados por José Ángel durante su trayectoria creativa. En mi opinión, considero perfectible la disposición museográfica de la serie Tiempos nuevos, no en cuanto al interesante carácter instalativo conferido para la ocasión, sino por la cinta de contención que le acompaña, la cual imprime, desde una perspectiva museal, cierto carácter “sagrado” a un conjunto de pinturas profundamente desacralizadoras, al tiempo que impide la apreciación detallada del espectador. No obstante, este detalle no demerita la calidad de la propuesta, una de las más significativas con las que cerramos el 2019.

 

El arte dura, la vida es efímera: la existencia concluye, el ícono trasciende. El aforismo hipocrático delimita con claridad el campo de acción escogido por Toirac para operar en esta nueva muestra personal, que recomiendo beber sin prisa, pero sin pausa.