Meses atrás, ese grande y cincuentenario programa que es Historia del Cine presentó con carácter de estreno un largometraje testimonial titulado Godard Cinema. De seguro muchos de nuestros lectores lo vieron y tuvieron el gusto de conocer mejor a uno de los realizadores de cine más importantes de Francia y de Europa.

A manera de complemento de lo anterior proponemos nos acompañe en “el descubrimiento” de esta entrevista bastante olvidada realizada a Godard en ocasión de su visita a nuestro país a comienzos de 1968.

“Mi estancia en Cuba obedece a dos razones: la primera por haber sido invitado al Congreso Cultural de La Habana y no poder estar a tiempo porque filmaba, y la segunda porque dentro de un mes debo ir a los Estados Unidos, donde realizaré una gira por diversas universidades y considero que es imposible visitar primero los Estados Unidos sin llegar previamente a Cuba”.

Godard visitó Cuba en enero de 1968, invitado para participar en el Congreso Cultural de La Habana.

Jean-Luc Godard, a quien pertenecen las declaraciones anteriores (publicadas en el semanario Bohemia del 23 de febrero de 1968), se hallaba en La Habana en el mes de enero de 1968. Comentó también: “Me gustaría realizar un filme en Cuba. Si algún día lo hago, tendrá que responder al deseo de expresarnos cinematográficamente tanto el cine cubano como yo”.

El cineasta tenía por aquellas fechas 38 años, y lo avalaba su reputación en el panorama cinematográfico internacional, sustentada por su presencia y preponderancia dentro de la llamada nouvelle vague o nueva ola, movimiento caracterizado por su crítica social despiadada y la poesía de sus imágenes.

En el cine de Godard se observaban tres elementos fundamentales: el amor, la mecanización y la obsesión de la muerte. No eran muchos los filmes suyos vistos en Cuba hasta esa fecha, pero sí Vivir su vida, episodios de Los siete pecados capitales, Rogopag, Lejos de Vietnam, La Chinoise y Pierrot el loco. También pesaban grandemente en su currículum el premio especial del jurado y el de la crítica en la Mostra de Venecia (por Vivir su vida), el Oso de Oro de Berlín (por Alphaville) y el premio especial del jurado, de nuevo en la Mostra de Venecia (por La Chinoise).

Cuando Godard vino a La Habana, los cinéfilos cubanos ya habían visto varios filmes suyos, entre ellos Lejos de Vietnam, considerada un manifiesto antibelicista.

Crítico de arte en sus inicios y además actor, Godard recorrió el camino completo de la realización cinematográfica con una obra iniciada en 1954 con un documental.

He aquí una de las propuestas expresadas por Godard al periodista de Bohemia:

“No todo en cine es caballería, guerra o amantes en una cama. Esto cuesta muy caro. Hoy, para un cineasta amateur lo que cuesta caro es el sonido sincrónico y esto viene de una idea vieja de que hay que filmar a la gente que habla; filmen a la gente que escucha, se resuelve el diálogo y es tan importante como la gente que habla. Hay que estar claros de que el cine no es un arte para profesionales: debe ser un arte para todo el mundo”.

Por cierto, poco después de su estancia en La Habana, durante el mes de mayo de 1968, el Festival de Cine de Cannes fue suspendido por la interrupción de las proyecciones que hicieron Godard y otros cineastas en solidaridad con el movimiento de protestas estudiantiles y obreras en París. Por esas fechas realizó además un documental (One plus One) que muestra a los Rolling Stones en plena creación de sus obras.

El documental One plus One mostró a los Rolling Stones en plena grabación de la canción “Simpathy for the Devil”.

Polémico en varias de sus producciones, otras matizadas por una orientación política de izquierda, vanguardista y experimental, Jean-Luc Godard se convirtió con tantos años de hacer buen cine en un referente del séptimo arte.

Nacido en París en 1930, vivió sus primeros años en Suiza aunque regresó a Francia, donde hizo estudios de etnología en La Sorbona antes de descubrir su verdadera pasión: el cine. Con una filmografía extensa y exitosa a la cual la crítica ha dedicado innumerables cuartillas, Jean-Luc Godard fue un director prolífico e influyente hasta nuestros días. Lo ganó todo: el premio del jurado en Cannes, un Oscar honorífico, un César honorífico, el León de Oro de Venecia, el Oso de Oro en Berlín… Murió en Suiza por decisión propia (muerte asistida o eutanasia) a los 91 años, el 13 de septiembre de 2022.

Sus declaraciones en La Habana, probablemente desconocidas por muchos de los estudiosos de su vida y obra, pueden completar, ampliar o sencillamente sumar algunas páginas al abultadísimo expediente del genio de Godard.