El concepto “Edad Media” para los europeos se refiere al lapso que va, aproximadamente, desde el siglo V al XV d.n.e., entre la Edad Antigua y la Moderna. Pero esa periodización no funciona para el resto del mundo. Lo medieval se ha expandido como patrón, sin que resulte en verdad medieval fuera de Europa. Posiblemente sea más aceptable reconocer que existe un período clásico que parte de la Antigüedad de cada región o territorio del planeta, identificado en la cultura de cada pueblo con el momento en que se alcanzó determinada plenitud y se reafirmó un canon de belleza.

Lo “clásico” ha sido lo que continuó distinguiéndose después de un período antiguo, con etapas y fechas diferentes para cada civilización o cultura, y rupturas y continuidades singulares. La belleza de una etapa nueva entre el siglo XV y el XVI asimiló lo clásico y lo medieval europeo, incorporándolos a otro momento de la Historia, híbrida y planetaria, cuando ya la comunicación en el mundo fue global, después de una serie de invasiones, la más famosa de las cuales fue la de Europa a América; al período que comenzó hacia esos siglos se le ha llamado Edad Moderna, y ha seguido varios patrones de belleza.

Lo medieval se ha expandido como patrón, sin que resulte en verdad medieval fuera de Europa”.

Los contactos de europeos con americanos y africanos, de asiáticos con el Occidente europeo, entre asiáticos, africanos y americanos, etc., configuraron otra belleza como resultado de procesos de asimilación y rechazo, no pocas veces impuesto por metrópolis que controlaban territorios, en pugna con lo autóctono: la lucha entre la cultura dominante y la dominada. Cada pueblo tuvo un período clásico antes de llegar a la Edad Moderna.

La Filosofía en el mundo clásico de diferentes regiones cubría conocimientos teóricos y saberes prácticos de sus pueblos, bajo diferencias según el legado de sus respectivas antigüedades, de ahí que al analizar cada cultura debamos abandonar los prejuicios de imponerle un método y una valoración únicos, y un rasero de belleza ajeno a cada tradición.

Conocer el legado establecido y fijado en la memoria histórica de cada pueblo resulta indispensable para justipreciar expresiones y manifestaciones de sus bellezas clásicas. El Medio y el Lejano Oriente ─otra expresión acreditada e impuesta, cuya comparación de cercanía o lejanía tiene como punto de partida a Europa─ acumularon sabidurías singulares y exclusivas, y sus figuras, representaciones, expresiones, manifestaciones… culturales portaban mediaciones “divinas” únicas, aprendizajes de proyección irrepetible de su naturaleza y sociedad, distantes de las europeas. Cada cultura continuaba una tradición que no se correspondía al mestizaje de pueblos que convivieron en Europa.

La más famosa de las invasiones se produjo de Europa a América. Cuadro Desembarco de Colón, obra de Augusto Menocal.

Los persas, que ya mostraban una civilización propia y milenaria cuando Europa estaba habitada por conejos y bisontes, desarrollaron en períodos clásicos una floreciente y diversa filosofía heredera de su Antigüedad.

Mani o Manes ─215-276─ fundó el maniqueísmo como religión gnóstica, aunque de su obra solo se conservan algunos pocos manuscritos; sus enseñanzas se extendieron desde África del norte hasta China, influyó indirectamente en San Agustín de Hipona, quien se convirtió al cristianismo partiendo desde diversas fuentes, entre ellas el maniqueísmo, y aún este pensamiento continúa sutilmente infiltrado en la cristiandad, afianzado hasta hoy en esa doctrina y en otras que han llegado al presente. Por su parte, Mazdak ─?-524/528─, un reformador persa durante el reinado sasánida y profeta de Dios, instituyó las posesiones comunales, concibió programas de bienestar social y emitió un llamado a una especie de revuelta o revolución; controvertido como reformador religioso, algunos lo han considerado exageradamente “el primer socialista de la Historia”.

Entre los mayores sabios persas del período clásico se encuentra Al-Razi ─865-925─; médico, filósofo, químico y físico, escribió 184 libros y artículos con una perspectiva enciclopédica. Estudió el ácido sulfúrico y además el etanol y su empleo en Medicina, construyó el alambique, destiló el queroseno del petróleo…; es uno de los grandes representantes de una temprana ciencia racionalista que adelantó el pensamiento científico de Occidente, y sus biógrafos lo presentan como un científico libre de todo prejuicio, considerado uno de los fundadores del mutakallimun, movimiento filosófico y teológico del Islam que introdujo una visión del mundo racionalista para reconciliar fe y razón, una belleza que de haberse consolidado y generalizado tempranamente, hubiera evitado no pocas confrontaciones, sufrimientos y asesinatos en la hoguera.

“Los persas, que ya mostraban una civilización propia y milenaria cuando Europa estaba habitada por conejos y bisontes, desarrollaron en períodos clásicos una floreciente y diversa filosofía heredera de su Antigüedad”.

En la India, transcurridas las épocas védicas y brahmánicas de la Antigüedad, su período clásico puede considerarse iniciado con la asunción de la filosofía hinduista que asimilaba las anteriores. El hinduismo integró diversas doctrinas en una búsqueda incesante de sabiduría y sumó otras, entre las que se encuentran el budismo, el yoga ─ioga─ y su sistema de ejercicios ─hatha yoga─, extendido hoy por el mundo.

En el desarrollo del budismo hindú durante este período hasta hoy, se consolidaron enseñanzas relacionadas con el sufrimiento y la felicidad, y con el concepto de nirvana, categoría filosófica del sánscrito referida a un estado de liberación total con posibilidad de alcanzarse mediante la meditación y la iluminación para redimir sufrimientos y deseos de la conciencia individual, requisito para la reencarnación en el ciclo de renacimientos y renunciamientos sucesivos de creación y destrucción, una creencia inspirada en las enseñanzas de Buda.

El hinduismo, mayoritario en la India y Nepal también en la isla africana de Mauricio y en Bali, Indonesia─ se ha extendido por el mundo, incluso en América ─en Guyana, Surinam y Trinidad y Tobago─; se define como suma de culturas o religiosidades, creencias y cultos, rituales y costumbres sin dogma ni centro, revelaciones que los arios escribieron en sánscrito asumidas como ideología seguidora de Visnú, guardián bienhechor y libertador, representado por un arco y una espada: Krisná, dios pastor que desempeñó un papel esencial en el Mahabarata; Shiva o Siva, “el clemente”, creador-destructor del mundo y dios de la música y la danza representado con cinco cabezas y cuatro brazos, y Kali, “la negra”, una de las esposas de Siva, o Durga, otra de ellas con el apodo de “la inaccesible”; Rama, “el agradable”, encarnación de Visnú y héroe del Ramayana… Una gran cantidad de divisiones o concepciones ─politeístas, monoteísta o sincréticas─, en dependencia de la escuela, conforman actualmente una de las religiosidades más complejas y difundidas por el mundo.

“En la India, transcurridas las épocas védicas y brahmánicas de la Antigüedad, su período clásico puede considerarse iniciado con la asunción de la filosofía hinduista que asimilaba las anteriores”.

Alrededor del 563 a.n.e. nació Siddharta Gautama, hijo del jefe de la etnia de los sakias, en el actual Nepal, en el Himalaya algunos estudiosos han puesto en duda su existencia─. Con treinta años abandonó a la familia para dedicarse a la búsqueda del conocimiento, de los problemas que aquejaban al ser humano y encontrar la manera de salvarlo. Cerca de Gaya recibió “la iluminación” bajo un árbol bodhi y pasó a ser Buda, “el iluminado”, y murió a los ochenta años. Su ascetismo permitió fundar el budismo, cuyas doctrinas sobre la base de sus creencias, la meditación y las vías de salvación, se difundieron a mediados del primer milenio y se extendieron por Asia. Ha tenido múltiples representaciones en la cultura y desencadenó bellezas con numerosos seguidores.

Una de las enseñanzas atribuidas a Buda contempla la búsqueda del origen del sufrimiento, percibido en el deseo sensual o los gustos y deleites de los sentidos, por lo que resulta necesario aniquilarlos para encontrar el Noble Camino, ordenando correctamente el entendimiento, la intención, la acción, los modos, el esfuerzo, la atención y la concentración. Para Buda no hay infalibilidad, todo tiene final, nada es perfectamente satisfactorio, no existe “lo mío” y es posible hallar una dimensión de conciencia de paz absoluta que termine con todo sufrimiento: el nirvana. Buda Gautama nunca fue visto como un simple mortal.

El hinduismo, mayoritario en la India y Nepal, se ha extendido por el mundo y tiene presencia en América.

La edad clásica de la Filosofía del Lejano Oriente puede darse por comenzada alrededor del siglo III a.n.e., cuando China se unificó en el imperio de Qin Shi Huag ─260-210 a.n.e.─, el primer emperador iniciador de un largo período que permitió diversos proyectos distintivos de ese extenso país, como la Gran Muralla. Su corte reunía asesores de decenas de escuelas muy antiguas, entre estas el confucionismo, integrado por doctrinas morales y religiosas establecidas por un canon, que seguían las enseñanzas de Confucio; el taoísmo, sistema filosófico de vida basado en el Tao Te King, libro que la tradición atribuye a Lao Tsé; el moísmo, enseñanza controvertida de Mò fundada en el siglo v a.n.e. por Mozi, defensor de una sociedad igualitaria, utilitaria y de amor mutuo entre las personas; la Escuela de los Nombres, mezcla de sofismo y nominalismo…   

Entre las polémicas filosóficas sobre la unidad de China, quedaron consolidados el confucionismo, el budismo y el taoísmo. Los seguidores de Confucio en la dinastía Son ─960-1279─ solían estudiar sus obras y las prédicas predominaron en diversas comunidades. El pensamiento budista de la India que se fue infiltrando en la sociedad china, profundizaba en la naturaleza del alma y su relación con el cosmos, el mundo interior del ser humano y su conexión con el macromundo, fundidos en una sólida proyección ética. Los nuevos seguidores de Confucio elaboraron un sistema de pensamiento asimilado al budismo, y además, adicionaron elementos del taoísmo, con algunas ideas expresadas en El libro de las mutaciones o I Ching. Las filosofías “transculturalizadas” e “interasimiladas” se mezclaron en las teorías del yin y el yang, asociadas al Taiji. Confucio, Buda y Lao Tsé se entremezclaron en el neoconfucionismo chino, con múltiples representantes.

“En Occidente permanecen aún prejuicios, confusiones, desconocimientos… como ‘verdades’ que partieron deformadas por intereses de colonizadores y metrópolis dominantes (…)”.

El erudito Zhu XI ─1130-1200─ reconstruyó la Academia de la Cueva del Ciervo Blanco, una de las más antiguas escuelas filosóficas de China; al principio, mantuvo una posición heterodoxa ante las enseñanzas de Confucio y estableció un nuevo canon para los estudios filosóficos, que muy pronto se convirtió en ortodoxia, aunque no pocas de sus liturgias se conservaron por largo tiempo. Defendía, por sobre todas las cuestiones, la armonía social y una conducta personal adecuada y dictada por normas; en sus “rituales familiares” aconsejaba la realización de ceremonias con toda la familia y diversas generaciones para contribuir a respetar y asimilar la tradición de bodas, funerales, aniversarios, etc., como parte esencial de la vitalidad de la memoria social. Incluyó la necesidad de articular las creencias del taoísmo y el budismo al confucionismo: la realización más completa de la identidad china. Su influencia llegó hasta Corea y Japón.

La Filosofía, como estudio del conocimiento científico, existencia, lenguaje, pensamiento, ética y estética, se desarrolló en el período clásico chino con representantes diversos en ese extenso y multicultural territorio, bajo la tradición regional de cada pueblo y sobre el legado de sus respectivos antepasados. El lapso entre un período y otro fue enorme y rico, todavía poco divulgado en Occidente en su magnitud y complejidad. No ha sido oscuro ni monótono, sino poco entendido para descubrir su belleza. Queda mucho por investigar, visibilizar y comprender de su gran variedad y matices, atendiendo a particularidades o singularidades. Otros pueblos asiáticos están también en situación semejante, aunque no tengan una gran extensión territorial.

Confucio tuvo un papel extraordinario en la filosofía y el pensamiento de su tiempo y las épocas posteriores.

En Occidente permanecen aún prejuicios, confusiones, desconocimientos… como “verdades” que partieron deformadas por intereses de colonizadores y metrópolis dominantes. El filósofo inglés Alcuino de York ─735-804─ fue llamado por Carlomagno a su corte en Aquisgrán para culminar la Reforma de su “proceso civilizatorio” por Asia. Realizó una proyección filosófica simplificada y adaptada a la historia de la filosofía europea, a partir de categorías dogmáticas de su visión y educación. La divulgación popular de historias de estas filosofías está basada en dichas visiones de Carlomagno y/o de Alcuino. Colmados de errores e imprecisiones basadas en la interpretación de ciertos viajeros, y bajo el genético autoritarismo eurocentrista, se han reproducido versiones seudoclásicas hasta la saciedad y se han relegado, disminuido, invisibilizado, desestimado, politizado, demonizado, … muchos conocimientos de todos estos territorios asiáticos, a veces hasta disminuirlos y ridiculizarlos, sin entenderlos.

 (Continuará…)