La Habana de Pablo: un exquisito recorrido por esta ciudad

María Fernanda Ferrer
14/2/2020

La biblioteca pública Rubén Martínez Villena, de La Habana Vieja —enclavada en la Plaza de Armas y muy cerca de la ceiba fundacional— fue el escenario, este martes 11 de febrero, de la presentación del texto titulado La Habana de Pablo, del editor, periodista y escritor Leonardo Depestre. El volumen fue coeditado entre Ediciones Boloña, de la Oficina del Historiador de la Ciudad, y La Memoria, casa editorial perteneciente al centro cultural Pablo de la Torriente Brau.

 De izquierda a derecha, Depestre, Arencibia y Cremata en la Presentación del libro La Habana de Pablo.
Fotos:  Cortesía del Centro Pablo

 

Este volumen de cerca de trescientas páginas y que ha sido catalogado como verdadera joya, se adiciona a las novedades de la 29 Feria Internacional del Libro de La Habana que cada año se realiza en la fortaleza de San Carlos de la Cabaña y otros espacios de la capital.

Al presentar el volumen, Mario Cremata, director general de Ediciones Boloña, aseguró que La Habana de Pablo constituye “un exquisito recorrido por esta ciudad que acaba de cumplir sus primeros 500 años”. Sobre todo, es también un acercamiento a las décadas de los años 20 y 30 del siglo XX; etapas estas que fueron “muy ricas para la posterior historia de Cuba” y que “estuvieron repletas de acontecimientos decisivos” en los que el periodista y revolucionario Pablo de la Torriente Brau participó, fue protagonista, y también narró desde las páginas de varias revistas, periódicos y otras publicaciones de la época.

Reconoció Cremata el “excelente y minucioso trabajo” realizado por los diseñadores Enrique Kike Smith y Katia Hernández, quienes tuvieron bajo su responsabilidad el diseño de cubierta, el emplane y la edición fotográfica: “un libro como este es una obra trabajada tanto desde lo escritural e investigativo —de lo que es responsable Depestre— como desde el diseño y la filigrana del arte, y eso me parece muy digno en una época en que los libros, muchas veces, son ladrillos de textos”.

Reveló el también periodista y escritor que, en los últimos cuatro años, Ediciones Boloña ha realizado un número elevado de coediciones: “Esta es la primera vez que un libro llega, desde el punto de vista del diseño, a la editorial de manera impecable; no tuvimos que tocarlo ni poner la mano sobre ese diseño; revisamos página a página y todo llegó perfecto”. Igualmente ponderó el trabajo de Isamary Alama, editora jefa de La Memoria, quien fue el puente —junto con el director del Centro Pablo, el poeta y cineasta Víctor Casaus— “para coordinar acciones y comenzar las negociaciones en los términos de la coedición”.

Por su parte, Jesús Arencibia, profesor de Comunicación de la Universidad de La Habana y quien, junto a la profesora Miriam Rodríguez Betancourt, ha coordinado la cátedra Pablo de la Torriente Brau, al presentar La Habana de Pablo subrayó que “poco queda por decir, tras intensos años dando a la luz la papelería de y sobre Pablo, investigando, entrecruzando fuentes y testimonios, conjurando ‘con el filo de la hoja’ la galopante desmemoria”. Pero insistió:

(…) siempre el equipo que capitanea Víctor Casaus —“Victoriano de las Causas”, según lo califica el conocido trovador Silvio Rodríguez—, encuentra resquicios, detalles, nuevas pinceladas para que el héroe de Majadahonda siga señalando con la fuerza de una pedrada —como aquella que cuentan lanzó a los cristales de la Moderna Poesía—, los derroteros de la honestidad intelectual, o lo que es lo mismo, de coherencia ética”.

La Habana de Pablo, señaló Arencibia, habla también de

(…) la gente que la hizo, que la soñó y sufrió, que la recorre día a día, que pone su sudor y sus lágrimas para sostener cada columna resentida: dosis de testimonio, crónica, reportaje y artículo —diestramente diseñados e ilustrados— se mezclan con armonía en estas páginas, de tal suerte que pasan y permanecen ante nuestra memoria sin fórceps ni imposiciones. Y uno, al terminar, se queda con ganas de más, de otros volúmenes sobre otros héroes y épocas en la Isla radiante y terrible.

Cubierta del libro La Habana de Pablo.
 

El autor, Leonardo Depestre, quiso en primer lugar “agradecer a los viejos y nuevos amigos” por acudir a la presentación de su libro, y se preguntó ¿por qué se llama La Habana de Pablo?: “La Habana de Pablo es la que transcurre entre 1919 —cuando llega a la capital y se establece— y 1935 —cuando emigra por segunda vez y se establece en los Estados Unidos para, posteriormente, dirigirse hacia España a participar en la Guerra Civil Española—”. El escritor insistió en que se trata de un lapso —de unos dieciséis años— que fue muy intenso y comprendió varios gobiernos como los de Mario García Menocal, Alfredo Zayas, Gerardo Machado, la Pentarquía, el gobierno de los 100 días de Grau San Martín, entre otros. Así dijo:

Es un período sorprendente, porque el fotoperiodismo en aquel momento era fabuloso, no solo por sus contenidos sino por la calidad de las impresiones que permiten que, casi un siglo después, las imágenes conserven su nitidez. Todas las imágenes que aparecen en el libro fueron rastreadas y tomadas de las revistas de la época y se mejoraron, porque no hubo acceso a los negativos.

Quiso también Depestre agradecer el trabajo de edición y corrección de Mayra Fernández, y reiterar “su felicidad y agradecimiento a Boloña y al Centro Pablo.

La presentación de La Habana de Pablo concluyó con un breve recital ofrecido por dos artistas argentinas que participan en la Feria del Libro: Adriana Luvin y Laura Peralta. Ambas desarrollan un proyecto que tiene en su centro las coplas y los decires del folclor argentino norteño.