La Jiribilla digital: lee, realízate, cúmplete
10/5/2016
Casi iniciando el siglo, como quien toma de los nuevos tiempos el impulso para las nuevas empresas, comienza a editarse La Jiribilla digital, una revista enfocada en la cultura cubana, sus orígenes, tendencias, “fluctuaciones”… Una publicación que, a 15 años de fundada, continúa llamando la atención y haciendo pensar por sus temas, enfoques y didactismo.
Poco antes de celebrar su aniversario el pasado 5 de mayo, en el teatro Abelardo Estorino del Ministerio de Cultura, la escritora Lina de Feria nos comentaba: “Muchas veces se piensa que la prensa no debe ser más que una fórmula específica de decir las cosas, y La Jiribilla siempre tuvo una magnitud, una presencia, una intención de hacer artículos interesantes. Ha estado a la vanguardia del periodismo cubano, sobre todo si lo vemos como un vehículo para instruir, para educar… que es la batalla más fuerte que tenemos en este momento.
“Creo que su mayor mérito ha sido no tener cortapisas, no temerle a los temas, buscar las opiniones sobre escritores, intelectuales, personalidades que son realmente importantes… y provocar el debate”.
Y es que como pionera en la web, La Jiribilla no solo cubrió una zona que empezaba a sumar adeptos, sino que puso sobre el tapete la visión de periodistas e intelectuales cubanos sobre aspectos desconocidos de la cultura nacional, poco tratados o vistos por otros medios fuera del país. Haciendo honor a su nombre, no han faltado en sus líneas la agudeza ni el espíritu renovador que anunció el Ángel de Lezama Lima, al cual debe su título:
“Jiribilla, diablillo de la ubicuidad. Simultaneidad en las estaciones que unen el oro y el gris como dos brazos. Como dos brazos que alzan la libertad en el espacio medio, en los cuadrados de color y en el tiempo del sueño”.
Pero el Ángel de la Jiribilla no es solo título o “plegaria”, es también el nombre del reconocimiento que entrega a sus colaboradores más prominentes. Este aniversario fue distinto, dos ángeles fueron a las manos de otros dos protectores. Para la poetisa Lina de Feria el agasajo del presente año; y para el escritor Aurelio Alonso, el Ángel que le fuera otorgado en el 2013 y que por motivos de salud no había podido tener en sus manos.
“Creo que La Jiribilla ha venido a llenar un espacio clave en la producción cultural cubana de esta época, dijo Alonso. Ha estado muy marcada por las características de este primer tiempo que ha atravesado, en el que se han producido importantes cambios en América Latina.
“Es una publicación fresca que nace después del derrumbe del campo socialista, incluso después de ser metabolizado. Es una publicación de ese reverdecimiento, de esa recuperación, de nuestra juventud intelectual en el proceso de rescate de la esperanza”.
Ya desde su primer número, montado en la redacción del diario Juventud Rebelde; las instalaciones del Palacio del Segundo Cabo, o las de la Casa Amarrilla, donde radica ahora —en el Vedado—; La Jiribilla ha permanecido al tanto de los acontecimientos más importantes que suceden en la Isla. Con un equipo de reporteros complementado por destacados intelectuales, ha logrado una visión más holística de los acontecimientos, conjugando la inmediatez propia de las noticias con un análisis más profundo y sosegado.
Con 774 números en línea, la revista de cultura cubana no ha dejado de atraer lectores. Tal vez su capacidad de seducción radique en poner el mismo empeño que aquel puñado de periodistas que la fundó, sin otros recursos que “una laptop de palo, una bicicleta china y una voluntad a prueba de balas”. Para Ivette Leyva, actual directora de la publicación, estos tres lustros han significado una conquista, porque La Jiribilla logró hacerse de un lugar reconocido entre las prestigiosas publicaciones culturales del país, pero a la vez constituyen un reto, porque la obligan a no perder actualidad y calidad en medio de un cambiante escenario de prácticas de consumo cultural, muy ligadas al desarrollo de las tecnologías de la información.
Leyva también refirió que “haber publicado casi 800 números sobre el acontecer cultural, social y político de nuestra Cuba, ha sido posible gracias al apoyo irrestricto de prestigiosos intelectuales, artistas, investigadores, pensadores y periodistas, que dentro de la familia de nuestros colaboradores, nos han respaldado en el empeño de hacer posible cada dossier imaginado”.
Acaso, como expresó la escritora Laidi Fernández de Juan durante la celebración de este aniversario, la clave radique en la inquietud y la “juvenilia” del equipo de la revista, en su constancia, su seriedad… O tal vez sea el Ángel de la jiribilla que “sonríe y obliga a que suceda”, que la sostiene mostrando una de sus alas mientras dice “lee: realízate, cúmplete, sé anterior a la muerte”, que dice “lo imposible al actuar sobre lo posible engendra un posible en la infinidad. (…) Ahora ya sabemos que la única certeza se engendra en lo que nos rebasa”.