Lindiana Murphy, un alma que canta en esta ciudad
7/1/2020
Al frente de Mantra, Lindiana Murphy suele reconocerse como un ser tímido, a veces un tanto flemática, rasgos que perfectamente se difuminan cuando de componer e interpretar canciones se trata. Locuaz, sincera y excelente conversadora, nos ofreció algunos detalles de cuanto valora su quehacer en el pasado año.
Persona sumamente sensible que se aventuró por la música de modo académico en su natal ciudad de Matanzas, no es exactamente de las voces que ha apostado por la popularidad, aun cuando valora muchísimo la opinión del público. Pero en la propia exigencia de encontrar los lugares precisos para interpretar su repertorio ha tenido que hacer algunas paradas en su carrera: la más valiosa de ellas fue en la "Avenida Maternidad", con el nacimiento de su príncipe.
Foto: Tomada de la página de facebook de la cantante
“Ha sido muy curioso lo que sucedió con las Mantras, hemos estado detenidas porque tres de las integrantes del grupo hemos sido mamá, así sucedió en este último año y medio, no obstante hemos estado produciendo un disco que está terminándose ahora, y del que ya hemos estrenado cinco canciones. El disco se llama Serenata para una Isla, en la cual se incluye el tema Almas de mi ciudad que se escuchó en el concurso de composición e interpretación Adolfo Guzmán. Este disco comenzamos a grabarlo hace tres años de manera independiente, el ingeniero de sonido es Fito muy conocido por su trabajo con Buena Fe, Carlos Varela y X Alfonso, por tanto este año ha sido así, de puro nacimiento: mi nené y nuestro tercer disco que, como otro hijo, lleva una esmerada atención, pero ya ambos echaron, felizmente, a andar”.
¿Por qué Serenatas para una Isla?
Toda obra tiene por supuesto una temática, y en este caso la de Serenata para una Isla es la migración, no solo como un proceso cubano sino también internacional, por eso cuenta diferentes historias vividas por almas que no son más que amigos, personas que me rodean u otras que, sin rostro cercano, también existen. Escribí canciones por ellos, además de mi propia catarsis con aspectos que me preocupan dentro de mi contexto de vida. No imaginé este disco, realmente nació como una necesidad personal alrededor de una pregunta común: ¿dónde queremos situar nuestro destino? Y esa respuesta que en mi caso es definitivamente Cuba, porque necesito a mis amigos, a mi familia en grado superlativo, a mis seres, ya no mis muertos, sino a mis vivos, para hallar mi centro, se tradujo en un pensado y acariciado disco que se dedica a los seres humanos que necesiten de la raíz para seguir respirando sanos y fuertes.
¿Qué distingue desde lo conceptual a Serenata para una Isla?
Ya este es, como te decía, mi tercer fonograma: el primero, Catapultando fue pensado para la juventud, procuraba tratar de conectarme con un público muy especial que por naturaleza escucha mucha música, por tanto en el disco se fusionó mucha música sobre todo india, de ahí el nombre Mantra para el grupo, y de ese modo lo exótico, si se quiere, de esa sonoridad se fusionó con música cubana. El segundo disco, Terras, lo grabamos en África, por tanto hay una mixtura muy grande con la cultura angolana, la mitad del fonograma se grabó en español y la otra en portugués y obtuvo una nominación en el Premio Cubadisco 2015. Ya esta última producción quisimos hacerlo totalmente cubano. Vamos a volver a raíces como el son montuno, la conga, el guaguancó, siempre alrededor del tema de la migración.
Lo cierto es que siempre nos ha interesado la problemática social pero definitivamente creo que Serenata para una Isla es, hasta hoy, el trabajo más profundo que hemos concebido porque la migración en sí misma contiene otras problemáticas. Además es el único de nuestras propuestas discográficas que tiene invitados, hasta ahora siempre fueron trabajos hechos únicamente por la agrupación como Producto Mantra, eminentemente femenino, por demás. Sucede que los primeros integrantes de Mantra fueron en un inicio masculinos y ahora regresan a la Banda con los integrantes actuales que ya han ido conociendo. Además tengo invitados especiales como Alain Pérez, que hace la voz en varios temas y ya verán cuán creativos nos pusimos. Otra invitada que me satisface muchísimo tener en dos canciones es Telmarys, y aún tengo el sueño de contar con una gran estrella que no puedo adelantar.
Inmersa en un trabajo como este, además de emocionada, a Lindiana le reta constantemente el compromiso, por eso afirma:
“Siento que uno siempre está evolucionando y si bien es aun pretensioso decir que estoy en el momento de mayor madurez artística, sí estoy en el eslabón en que sentarme a escribir es un absoluto y placentero acto de sinceridad; antes llegaba a ser un tanto torturante, pero creo que he consolidado con este nuevo disco muchas etapas no solo en el orden personal, sino de muchos seres en esta Isla también, y eso me hace sentir bien porque me muestro un tanto cronista de un momento y no solo soy el artista que canta para hacer bailar, que conste que este último lo respeto muchísimo, por eso en Serenata para una Isla también se baila, no obstante siento que por encima de todo he cumplido con mi razón inicial de compositora, que es escribir para que otras personas se conecten con su vida cotidiana y su sincero ser.
“Además este disco saldrá a la luz luego de haber participado en dos ediciones del Concurso Adolfo Guzmán, y el hecho de que independientemente de los premios, muchas personas se identificaron con el tema Almas de mi ciudad, ya por ahí tengo mi primer termómetro. Ahora mismo están radiándose dos temas que ya han recibido favorable aceptación del público: uno es el Síndrome de Wiliber que canto con Alain Pérez y la otra, La maldita circunstancia, que es la única pieza que no es de mi autoría, su creadora es Liliana Felipe, una excelente cantautora argentina radicada en México que se inspiró en la obra de nuestro Virgilio Piñera, y es un tremendísimo homenaje de una emigrada a esta ciudad”.
Y cerrar esta conversación a propósito de un tema vinculado con Virgilio Piñera es formidable para introducir un aspecto esencial en la obra de Lindiana Murphy, y es que la dramaturgia que le imprime a sus textos trae consigo una poesía propia, al respecto comenta:
“Desde mi humilde parecer creo que uno tiene que abordar la vida con poesía, como la puedas hacer, aun cuando todos no podemos ser grandes poetas, no obstante considero que uno debe ubicar su meta en cómo decir cosas de la manera más delicada o sugerida posible, y a través de ello poder conectar con personas de todo tipo, esa es la parte más difícil, pero imprescindible.
“No me considero poeta, además es un género que sublimo por tanto no lo arriesgaría por nada, solo trato de decir lo más artísticamente posible y con toda honestidad, lo que siento, y este es el resultado. Lo que sí estoy segura que de alguna manera no consiente salen a relucir los ídolos con los que vivo y que desde la composición me acompañan: Silvio, Pablo, Pedro Luis Ferrer, Pancho Céspedes, Rubén Blades, especialmente con discos como Mundo, Tiempo y Cantos del Subdesarrollo”.
A partir de todo lo vivido, ¿sobreviene otra forma de componer para Lindiana?
Sí, me atrevo a responder casi sin pensarlo mucho, sobre todo a partir de la diversidad, porque también creo que lo único constante es el cambio, y cuando se está abierto a ello, entonces fluyen muchas otras maneras. Ahora mismo en esta vuelta a las raíces van a percibir un nuevo resultado de mi música, incluso, en la manera de cantar pues de un género a otro todo tiene un carácter muy definido. Y en ese cambio necesario ha estado el mayor de mis retos siempre, ahora se duplica cuando por ejemplo canto una rumba, pues siendo matancera jamás lo había hecho. Y es que Matanzas además de la rumba es tierra de danzón y yo aun cuando nací escuchándola y ahora vivo en Cayo Hueso, donde ella reina, en lo personal no había abordado esa línea que, por demás, es muy difícil, y por la que siento un respeto mayúsculo. La rumba es un género que para entenderla y poder reproducirla hay que nacer en el lugar para poder asumirla como cultura de vida. Cuando la fui a interpretar con Alain Pérez que de hecho es intimidante, incluso, dirigirlo, dije qué hago aquí, pero al final lo único que hay que hacer, te repito, es ser honesto, asumir el género tal y como vibra en ti, no pretender ser Carlos Embale, eso sí sería irrespetuoso.
Larga charla con Lindiana Murphy que aun da para más, esta es su actual carta de presentación, un nuevo disco que significa otra travesía por los encumbrados resortes del alma. Por el momento solo hay que esperar el concierto de presentación de este fonograma que poco a poco ha ido mostrando algunos temas puntuales. Ha sido el punto de llegada de un largo y arduo trayecto con paradas intermedias que traen a una Lindiana nada temerosa, aun cuando su imagen para muchos pueda transmitir fragilidad. Ha asumido un nuevo riesgo convirtiéndose en portavoz de muchas almas siendo ella una muy especial que canta en esta ciudad.