Los ensayos de un poeta

Kenia Méndez Mederos
13/6/2019

La Casa de las Américas acogió este miércoles la presentación del libro Ensayos, de Raúl Hernández Novás. El espacio estuvo a cargo del escritor, profesor y crítico de arte Enrique Saínz y de la editora Vitalina Alfonso, responsables principales del volumen.

Vitalina Alfonso y Enrique Saínz durante la presentación de Ensayos. Foto: Tomada de La Ventana
 

Raúl Hernández Novás es considerado uno de los poetas más notorios de la lírica cubana. Su intensa y extensa obra, en la que se incluyen títulos como Animal civil (1987), Sonetos a Gelsomina (1991) y Atlas salta (1995), justifican su influencia en la literatura cubana dedicada al género. Durante sus años de trabajo como investigador en el Centro de Investigaciones Literarias de Casa de las Américas realizó numerosos estudios que se agrupan ahora en este libro para de alguna manera rendir tributo a la faceta investigativa del autor, no tan conocida como aquella que le ha asegurado un lugar en la historia cultural del país.

Con este título Ediciones Casa cierra un ciclo: ha recogido ya la obra poética del autor en los libros Poesía (2007) y Otros poemas (2015). Para lograr Ensayos se ha apoyado en dos amigos y profundos conocedores de la obra de Hernández Novás: Vitalina, que como editora del autor en otras ocasiones se dice “ya familiarizada con su obra, sus metáforas y sus tonos” y Enrique, quien afirma que “la capacidad para polemizar de manera lúcida que caracterizó a Raúl hacen de estos ensayos una obra imprescindible”. 

El libro recoge los ensayos que dedicara el poeta a importantes autores latinoamericanos como César Vallejo, Octavio Paz, Manuel Puig, Juan José Arreola, Luis Palés Matos, Cintio Vitier, Nicolás Guillén y Eliseo Diego, entre otros.

Cubierta de libro.
 

La presentación se realiza en coincidencia con el aniversario de la muerte de Hernández Novás, como homenaje a él y a su trayectoria:

“Considero que los altos méritos de esta obra están presentes en todas estas páginas, en especial esa capacidad de Hernández Novás para interpretar una obra, cualesquiera sean sus cualidades y su trascendencia. La ponderación del ensayista, sus juicios y su inteligente y bien fundada lectura, evidente en sus apreciaciones, me eran familiares desde hacía años por las dilatadas conversaciones que sostuvimos durante varios lustros sobre los más diversos temas. (…) Este prólogo quiere saludar al inolvidable amigo muerto tempranamente y, al mismo tiempo, saldar mi deuda con su obra y agradecerle sus muchas enseñanzas”[1].

 

Notas:
 
[1]Ensayos, Raúl Hernández Novás, Prólogo de Enrique Saínz, pág. 11.