Los Rolling en Cuba: deuda y conmoción
4/4/2016
Para mi generación un concierto como el ofrecido por Los Rolling Stones en La Habana, el pasado 25 de marzo, era una deuda a saldar.
Mal mirados en Cuba en la década de los 70, lo mismo que Los Beatles, sus “majestades satánicas” mostraron ahora su vocación de hacer música para el público de la Isla de manera gratuita, más allá de cualquier innecesario ajuste de cuentas con el pasado.
Clásicos del rock y fieles al espíritu de la contracultura con el que conquistaron en los 60 los escenarios, ellos dieron un ejemplo de fidelidad a sus seguidores en una pequeña Isla del Caribe que los recibió conmocionada y presenció el más impresionante de los conciertos jamás visto aquí.
Jóvenes y menos jóvenes, fanáticos del rock o no, el casi millón de personas que asistió a la Ciudad Deportiva coincidió en que nunca antes en este país se había presenciado un espectáculo donde profesionalismo y entrega de los músicos se conjugaran de manera tan armónica, haciendo de ese 25 de marzo una fecha histórica.
Para muchos el concierto de la mítica banda británica era más esperado que la visita del Presidente Barack Obama, que tuvo lugar unos días antes.
Clásicos del rock y fieles al espíritu de la contracultura con el que conquistaron en los 60 los escenarios, ellos dieron un ejemplo de fidelidad a sus seguidores en una pequeña Isla del Caribe.Y es que en Cuba, aunque muchos lo consideren una música alternativa, el rock es un género que goza del favor de grandes mayorías entre los jóvenes y entre personas que ya transitan por la tercera edad y lo escucharon pese a la reticencia de los medios de comunicación en trasmitirlo durante la época conocida como el quinquenio gris.
Desde horas muy tempranas de la tarde, los cubanos ocuparon su lugar en los alrededores de la Ciudad Deportiva de La Habana esperando con disciplina y emoción un concierto que, por sus características de gran espectáculo, se vio por primera vez en la Isla.
Aun cuando algunos no conocían a Los Stones más allá de las referencias, el mero hecho de verlos en un escenario moviéndose con la agilidad de unos veinteañeros y compartir una calidad de sonido especialmente cuidado y producido por consolas analógicas, significó la entrada a un mundo maravilloso, una experiencia que difícilmente volverán a tener en sus vidas, a no ser que los rockeros ingleses repitan una experiencia que también para ellos resultó inédita y estremecedora.
Por más de un año se estuvo preparando esta presentación. Mick Jagger, el líder de la banda, visitó con antelación La Habana y, según algunos medios de prensa, quedó fascinado por una ciudad en donde nunca antes habían podido presentarse y ahora tenían la posibilidad de conocer de cerca.
Más de dos horas en escena confirmó que Los Stones todavía pueden vanagloriarse de estar en los primeros lugares de la popularidad internacional. Su constancia y su espíritu de permanecer unidos y ser fieles a su sonido original hacen de la agrupación un verdadero fenómeno en una época donde la tecnología suele muchas veces suplir a la auténtica música.
Los Rolling Stones no son una moda, son historia en el rock, como lo fueron sus compatriotas Beatles con los cuales, según aseguran los conocedores, tuvieron una relación amistosa y exenta de rivalidades.
Su constancia y su espíritu de permanecer unidos y ser fieles a su sonido original hacen de la agrupación un verdadero fenómeno en una época donde la tecnología suele muchas veces suplir a la auténtica música.Sus fanáticos, sin embargo, los oponían a los de Liverpool señalando que ellos estaban mucho más lejos del establichment y de un rock complaciente que los muchachos que protagonizaron la invasión británica que también abrió paso a Los Stones en el mundo.
Más de un millón de personas acudió a verlos a la Ciudad Deportiva de La Habana. Además de los cubanos vinieron seguidores de todas partes del mundo y algunas luminarias como el actor norteamericano Richard Gere y la supermodelo Naomi Campbell.
Muchos atribuyen la presencia de sus “majestades satánicas” en Cuba al contexto histórico que viene convirtiendo a la Isla, en los últimos meses, en un lugar donde se originan importantes acontecimientos globales como la firma de los acuerdos de paz de Colombia, las visitas del Papa Francisco y el máximo representante de la Iglesia Ortodoxa rusa, el patriarca Kirill, o las nuevas relaciones con EE.UU. y la comunidad europea.
Cuba, dicen algunos, está de moda. Pero lo cierto es que la pequeña Isla caribeña posee un misterioso encanto para todo aquel que la visita y difícilmente Los Stones pudieron escapar de esa suerte de sortilegio.
Tanto para los espectadores como para los protagonistas, el concierto del 25 de marzo en La Habana fue un acontecimiento socio cultural que quedará registrado en la memoria de los que tuvimos la suerte de presenciarlo. Cubanos y Stones quedaron desde ese día hermanados por la atmósfera de respeto y entendimiento que alcanzó este inolvidable concierto.
Ojalá se repita. Pero también, opinan muchos, este suceso abrirá las puertas para la presencia de otras míticas figuras de la música internacional.
Ya se está anunciando la próxima presencia en Cuba del cantante español Rafael quien también fuera un ídolo de la llamada década prodigiosa. Bienvenidos entonces todos aquellos que quieran compartir con los cubanos, proverbialmente musicales, hospitalarios y abiertos hoy al mundo, quizá como nunca antes.