La realizadora cubana Magda González Grau se encuentra inmersa en las filmaciones de Ricky Ricardo, largometraje de ficción que aborda la temática de la diversidad sexual y la defensa de los derechos de la comunidad LGTBIQ+.

El filme aborda tópicos relacionados con la identidad de género, la teoría Queer y la experiencia transexual, no conocidos ni comprendidos de manera suficiente por la sociedad cubana.

La historia de Amílcar Salatti gira en torno a un joven que incursiona en el travestismo, busca definiciones personales y reúne fuerzas para enfrentar al padre homófobo.

González Grau profundiza en el tema de la discriminación por razones de género y argumenta la elección del tema de su segundo largometraje:

“Quiero hacer obras que ayuden a la construcción de una sociedad más inclusiva, abierta y comprensiva con las diferencias. Creo que necesitamos eliminar las divisiones sociales por motivos no fundamentales. Lo esencial es ser buen ser humano”.

“La historia gira en torno a un joven que incursiona en el travestismo, busca definiciones personales y reúne fuerzas para enfrentar al padre homófobo”.

La artista refiere sus motivaciones creativas:

“Todos los temas que impliquen a sectores excluidos y discriminados me interesan. Lo que me queda de vida útil quiero dedicarlo a esos tópicos. En medio de la situación tan compleja como la que vivimos en Cuba, me parece absurda la discriminación por ser mujer, homosexual o neurodivergente. Voy a hacer todo lo posible para que la homofobia y la discriminación retrocedan”.

Enfatiza la directora:

“Al igual que en la serie Las reglas de Rodo, todos hemos aprendido mucho; Ricky Ricardo nos ha convertido en mejores personas”.

En declaraciones a La Jiribilla, la realizadora remarca el propósito de dignificar el transformismo, devolverle la categoría de manifestación artística y, al mismo tiempo, reconocer a grandes cancioneras cubanas como Beatriz Márquez, Moraima Secada y Martha Estrada.

“No pudimos incluir a todas las figuras grandes de la canción, son muchas las intérpretes relevantes”.

“Todos los temas que impliquen a sectores excluidos y discriminados me interesan”.

González Grau valora el sacrificio personal de los artistas del transformismo al apreciar las dificultades que asumen esos hombres “por nacimiento” para convertirse en mujeres preciosas y lograr un buen espectáculo, los sacrificios, la inversión económica y el esfuerzo que supone hacer lo que les gusta.

Enfocada en mostrar la complejidad del género, la entrevistada resalta la colaboración de Carlos Rey, director artístico imprescindible en la recreación de las evocaciones de célebres cantantes cubanas.

La acción del cabaré se filmará en la pista del Cabaré Parisién del Hotel Nacional de Cuba. En las escenas intervendrán intérpretes transformistas y célebres personalidades del arte y la cultura nacional.

A la caracterización del protagonista Ariel Zamora en el rol de Delirio contribuyeron de manera coordinada el diseñador de vestuario Elio Vives, el director de arte Pepe Reyes, y los especialistas de peluquería y maquillaje, Tania Almagro y José Cotta.

Acerca de la complejidad actoral que significa interpretar a Ricky-Delirio, expresó Ariel Zamora:

“El desafío mayor ha sido sumergirme en el universo del transformismo. Como cualquier manifestación artística requiere de estudio, investigación, práctica, entendimiento. Por suerte he contado con la asesoría y dirección artística de Carlos Rey, un maestro en el mundo del espectáculo”.

Sobre las situaciones que enfrenta su personaje apuntó el joven intérprete del teatro y la televisión:

“Conflictos como este se ven a diario, no solo en la ficción sino también en la vida. Ricky no es la primera persona a la que su familia rechaza por su orientación sexual o su manera de concebirse, por lo que no ha sido complicado interiorizar su conflicto”.

Magda repite colaboración con el equipo que la acompañó en la serie Las reglas de Rodo.

También encabezan el elenco Jorge Martínez en la caracterización del padre y Paula Alí, anciana que Ricky cuida, la cual lo quiere y aconseja. Completan el reparto Anyeli Rodríguez, Enmanuel Castillo, Sandra Anabel y Frank Mora en la interpretación de Celeste Mendoza.

La coproducción del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos y el Canal Cubavisión recibió el apoyo de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem) y de M Alfonso, que cedieron los derechos de las canciones incluidas en la película.

Ricky Ricardo hace un guiño significativo al filme cubano Fresa y Chocolate, dirigido por Tomás Gutiérrez Alea (Titón) y Juan Carlos Tabío. Magda justifica la referencia cinematográfica de esta manera:

Fresa y Chocolate fue la iniciación del tema de la diversidad sexual en el audiovisual cubano, tiene un lugar pionero. Estuvo once años sin ser estrenada en la televisión y enfrentó muchos tabúes que por suerte van desapareciendo, aunque en nuestro propio equipo de realización hemos reconocido algunas actitudes homofóbicas que esperamos haber transformado de manera definitiva”.

El largometraje Ricky Ricardo invita a respetar las elecciones personales, rechaza los tabúes discriminatorios que nos separan, y estimula el conocimiento del marco legal que ampara los derechos de la comunidad LGTBIQ+.

Magda repite colaboración con el equipo que la acompañó en la serie Las reglas de Rodo, entre ellos Mariela Ramírez como directora asistente, la productora general Yolanda Rosario y el director de fotografía Rafael García (Felito).

El largometraje Ricky Ricardo, concebido desde la sensibilidad y el nivel artístico de Magda González Grau y el guionista Amílcar Salatti, invita a respetar las elecciones personales, rechaza los tabúes discriminatorios que nos separan, y estimula el conocimiento del marco legal que ampara los derechos de la comunidad LGTBIQ+.