Man´n Sin: arrojar al público toda la música
21/2/2018
La misma explosión interior que produce escuchar a Black Flag o cualquier banda legendaria de hardcore, las palpitaciones que sacan el alma y el cuerpo de un estado agónico cuando se está cerca del sonido de Destruction, Sodom u otra alineación emblemática del thrash old school, son también los síntomas de un concierto de Man´n Sin, un grupo francés que se presenta por las plazas del Brutal Fest en esta edición.
Lo interesante es que aún imbricando diferentes géneros de la música extrema podría decirse que sus cinco integrantes defienden un concepto de verdad -recordando discusiones sobre true metal dentro de esta cultura- que transita tanto por los elementos musicales que utilizan y la interacción con el público como por la forma en que viven fuera del escenario lo que acaban de proyectar sobre el mismo. Su fuerza viene del thrash, el hardcore y el metal moderno fundamentalmente, estilos que han alertado de las mordidas brutales de un poder que sigue captando presas en medio de la violencia o la apacibilidad social de estos días. De ello tratan sus letras, según refiere en un breve diálogo el guitarrista líder Arnaud Thorel. Man´n Sin (hombre y pecado) juega con el contraste que hizo surgir un término como rock´n roll (roca y movimiento) para hablar de nuestra reconstrucción como seres humanos. Desde ahí concibe su música como una búsqueda de libertad.
¿Cuál es el concepto que mueve a basar su performance en el intercambio con el público?
Nosotros hablamos de cuestiones que nos molestan a nivel social y que quisiéramos que se transformaran. Nos interesa el tema de la ecología y a la vez abordamos el individualismo en nuestra sociedad. Escribimos canciones relacionadas con la necesidad de detener todo esto. La intención es hacer un show que, sobre todo, conecte a la gente entre ella y es por eso que no solo el cantante, sino también el guitarrista y el bajista van hacia la multitud. Esto lo vemos como una forma de entablar, además, una relación real entre el público y la banda.
En Man´n Sin se pueden encontrar momentos que recuerdan algo de Motörhead, Pantera, pero también hay puro hardcore en lo que hacen, ¿cómo definir el estilo de la banda?
Nosotros no somos un grupo que se afinca solo en el thrash old school o en un puro hardcore. A partir de nuestras influencias tenemos una inspiración propia, una sensibilidad sobre el trabajo de la banda. Personalmente me gusta mucho Pantera, pero no quiero ser una copia de un grupo que ya tiene su historia, y a los otros integrantes les sucede igual según sus preferencias. No nos definimos dentro de un género específico, sino que logramos hacer nuestra música basándonos en muchas bandas que han defendido el metal moderno, el thrash o el hardcore.
También nos influencian alienaciones como Machine Head y Lamb of God. Tenemos ecos sobre lo que hacemos y no hay muchas como nosotros. También se genera discusión después de nuestros conciertos. Es normal la pregunta “qué tipo de música tocan ustedes”.
Simon Lenglet (guitarra), Nicolas Ravin (voz), Lélio Baillencourt (drum)
¿Cómo es la dinámica entre los miembros del grupo que hacen sentir la misma energía dentro y fuera del escenario?
“Para nosotros realmente es importante relacionarnos como una familia y tratamos de comportarnos siempre igual. Además realmente nos gusta acercarnos a la gente y eso también lo llevamos al escenario. Creo que es un aspecto que hace que nuestra banda guste. No somos el tipo de alineación en la que sus integrantes se miran entre ellos. Nuestro foco es el público. En el momento que tocamos queremos devolverle lo que ellos también nos han dado.
¿Cómo fue compartir escenario con una banda local como Espoleta en Holguín?
Tocar allí fue emocionante. El lugar estaba completamente lleno. Había cientos de personas. Espoleta también dio un buen show, que sentí como un hardcore de verdad. La conexión del cantante con el público fue impresionante.