Alejada del centro histórico de la ciudad de Trinidad, en un modestísimo hogar de la calle José Mendoza, vive Nélida Pomares acompañada de su hija menor. Ya pasa de los noventa años y las piernas no le responden, tampoco la vista. Sin embargo, todavía le queda memoria y voz para cantar esos temas de la trova tradicional que aprendió en sus días de juventud.

Nélida nació el 17 de julio de 1932 y se crío entre guitarras, viendo actuar a su padre en los teatros La Caridad y El Principal. En la década del treinta del siglo pasado, Rafael (Felo) Pomares de la Roca fue la mejor voz segunda de la ciudad y popular por sus interpretaciones al lado del admirado Rafael Saroza Valdés, el célebre autor de “Guitarra mía”.

“Yo soy empírica, no recibí clases de música, solo el legado que me dejó mi papá. Siempre estaba cantando”.

Destaca Dulcila Cañizares[1] que alrededor de Saroza se agruparon varios trovadores y ese movimiento favoreció el realce de las serenatas trinitarias, que no desaparecieron a pesar de las penurias económicas.

La joven Nélida Pomares bebió de todos esos conocimientos, escuchando más de una vez las piezas creadas en los primeros años de la República: “Santa Cecilia”, de Manuel Corona; “El huracán y la palma”, de Sindo Garay; “Rosina y Virginia”, de Rosendo Ruiz o la famosa “Mujer perjura”del espirituano Miguel Companioni.

“Yo soy empírica, no recibí clases de música, solo el legado que me dejó mi papá. Siempre estaba cantando”, recuerda.[2]

En diciembre de 1939 el trinitario Julio Cueva estrenó en Santa Clara su canción “Trinidad, la legendaria” y el dúo Saroza-Pomares desaparece al morir el primero, el 7 de septiembre de 1942, con 41 años. Felo Pomares seguiría defendiendo la obra del entrañable amigo como también lo hicieron otros artistas, fundamentalmente una muchacha que con los años alcanzaría la devoción de todo un pueblo: Isabel Bécquer, “La Profunda”.

Nélida Pomares durante una de sus actuaciones. Imagen: Archivo familiar

Alrededor de 1946, Nélida vive por un tiempo en casa de su tía Herminia en La Habana, entusiasmada por la idea de crecer musicalmente y contagiarse del ambiente capitalino. Sus parientes de Marianao la motivan para presentarse en programas de la televisión y en algunas ocasiones, cuenta, es invitada al circuito CMQ gracias a las gestiones hechas por el popular animador Germán Pinelli.

También se le verá en el lujoso cine-teatro Fausto de Prado y Colón, escoltada por el pianista y compositor Rafael (Felo) Bergaza, radicado en la capital desde la década del treinta y reconocido por acompañar a grandes figuras del espectáculo como Rita Montaner o René Cabell.

Sumado a esas oportunidades de promoción en donde es elogiada por su voz de contralto, Nélida vive una de las experiencias más importantes de su carrera: acompañar a la gran trovadora María Teresa Vera, adorada y respetada como leyenda viva de la canción.

“Nélida nunca abandonó la trova tradicional y sus coterráneos reconocen en ella a una de las mejores intérpretes de la villa”.

“Un grupo de músicos nos presentamos en algunos centros penitenciarios y entre ellos estaba María Teresa. Muy amable, muy simpática. Ese fue el único día que la vi. Supe después que estaba fuera del país”, cuenta.

No era la primera vez que la guanajayense se presentaba en cárceles de La Habana. Durante casi toda su trayectoria artística fue protagonista e impulsora de esta idea y a pesar de su enorme popularidad nunca dejó de cantar frente a personas privadas de libertad o de bajos recursos económicos, dígase tabaqueros, vendedores ambulantes, estibadores portuarios…

En febrero de 1947 María Teresa y Lorenzo Hierrezuelo parten rumbo a México para cumplir con algunas actuaciones en teatros y otros sitios de Mérida (Yucatán).

Nélida Pomares en la actualidad, con el autor de este artículo. Imagen: Cortesía del autor

Nélida continuará cantando en los espacios donde la invitan hasta que más adelante conoce a un espigado joven que ha llegado desde Trinidad para continuar su carrera como violinista: primero con la orquesta del flautista José Antonio Díaz y después, con la Radiofónica de Arcaño. Se trata de Félix Rafael Herrera Altuna, conocido artísticamente como Félix Reyna y destinado a ser un músico de altos quilates, además de un compositor exitoso.

Más allá de haber nacido en la misma tierra y compartir la misma pasión por el arte, entre Félix y Nélida nace un vínculo mucho más fuerte: el amor.

Cuando le preguntamos a Nélida por aquella relación con Félix Reyna, no abunda en detalles. Tampoco sería necesario si no fuera por ese antológico bolero que trascendió las fronteras cubanas para convertirse en una de las piezas más hermosas de nuestro repertorio: “Si te contara”, cuya musa inspiradora, dicen, fue Nélida.

“Él vivía en Marianao y éramos prometidos, así se decía en esa época, ¿tú me entiendes? Nos hicimos novios. Dicen que él me dedicó esa canción, yo no tengo la certeza, nunca me lo dijo”, explica.

“Nélida nunca abandonó la trova tradicional y sus coterráneos reconocen en ella a una de las mejores intérpretes de la villa”.

Todo indica que la relación no duró mucho tiempo, una vez que la joven decidió regresar a su ciudad donde formó una familia y siguió presentándose en la Casa de la Trova y en otros escenarios trinitarios hasta que la muerte de su hija mayor y su esposo, respectivamente, impidieron que actuara con mayor regularidad.

Nélida nunca abandonó la trova tradicional y sus coterráneos reconocen en ella a una de las mejores intérpretes de la villa, tal y como queda demostrado en el documental La otra trova (2022) del joven realizador Dariel Díaz Herrería.

El sueño de grabar un disco en su país nunca pudo concretarse. Ningún productor o casa discográfica consideró que era importante registrar su voz para futuras generaciones. Solo un melómano alemán pudo realizar un disco con un puñado de canciones escasamente divulgadas.

“La música es mi único entretenimiento, es la que me mantiene viva. Tengo 91 años y no sé cuántos más dure. Yo misma me asombro del tiempo que he vivido. Cuando tienes esta edad estás al alcance de la piragua. Soy una privilegiada”, expresa entre risas.

Nélida nos regala tres canciones y comparte un trago de ron. Casi una hora de conversación no ha sido suficiente para conocer toda su historia, tampoco estas líneas.


Notas:

[1] “Rafael Saroza, su música y su triste amor por Dulcila Cañizares” Radio Trinidad, 7 de septiembre, 2012.

[2] Entrevista con el autor. Trinidad, 14 de enero de 2023.

Agradecimientos: A Nélida Pomares, Yudit Vidal, Felicia Borrell, Dariel Díaz, Mayra A. Martínez y Rosa Marquetti.