Paco Ignacio Taibo II: un escritor como ninguno
12/1/2017
No sé a cuál de los dos prefiero: si al creador del detective Héctor Belascoarán Shayne o al biógrafo fabuloso de Pancho Villa, Antonio Guiteras o el Che Guevara. Lo cierto es que Paco Ignacio Taibo II es, sin duda, uno de los escritores más seductores de América Latina; quizá a causa de su optimismo desgarrador.
Nacido en España en 1949, Taibo II es, sin embargo, un mexicano de alma. Muy temprano se vinculó a las luchas estudiantiles del mítico 68 e hizo del periodismo una manera de la literatura, sin dejar nunca de ser fiel a los acontecimientos que comentaba.
Paco Ignacio en Cienfuegos, como jurado del Premio Casa 2009. Foto: Casa de las Américas
Su preparación como sociólogo, literato e historiador, le permiten moverse por un universo muy particular y, con mucha justicia, es reconocido como el pionero del género neopoliciaco en este continente, pues nadie como él supo hacer de la novela negra un instrumento de denuncia de los males sociales.
La obra de Paco Ignacio es siempre un acercamiento desprejuiciado, sobre todo en sus biografías, donde los héroes no son esos personajes acartonados que con frecuencia encontramos en los libros de historia, sino hombres con debilidades y cualidades excepcionales; hombres de carne y hueso que acerca con elocuente efectividad a sus lectores.
Su obra toda se caracteriza por la utilización de una fina ironía, un romanticismo pragmático que es, a la vez, desgarrador por las situaciones que describe, las cuales lo convierten en un escritor como ninguno de los que he leído hasta hoy.
Paco Ignacio Taibo II es mucho más que un escritor. Es un fundador. A él se debe la existencia de la Asociación Internacional de Escritores Policiacos y de la Semana Negra de Gijón, que ha hecho de la novela de este género en lengua española un acontecimiento literario que rebasa los enigmas y las deducciones propias de esta manifestación, y se adentra en la sordidez del mundo contemporáneo.
Autor de 19 novelas, tres libros de cuentos y otros tantos de historia, reportajes, crónicas y antologías, el mexicano ha recibido innumerables reconocimientos, entre ellos tres veces el Dashiell Hammet. Sus obras, publicadas en más de 20 países, han sido mencionadas entre los libros del año por publicaciones como New York Times, Le Monde y Los Angeles Times.
Llegó a Cuba en 2016 para participar en la Semana de Autor que con mucho acierto le organizó la Casa de las Américas, y aquí presentó, editado por el Fondo Editorial de dicha institución, su extraordinario libro Ernesto Guevara, también conocido como el Che, tal vez la más impactante y completa biografía que sobre este revolucionario se haya publicado hasta hoy.
Entre los libros de Paco Ignacio que prefiero se encuentra la novela Con cuatro manos (1995), donde con una peculiar técnica narrativa de saltos espaciales y temporales, se obliga al lector a un ejercicio participativo similar al que Julio Cortázar realizó en su monumental Rayuela.
También está la imprescindible Retornamos como sombras (2001), una obra entre policiaca e histórica, ambientada en la Ciudad de México durante la Segunda Guerra Mundial.
Lo cierto es que este autor de éxito sorprendente nunca ha renunciado a un activismo social que es casi genético. Sus abuelos y su padre participaron de la Guerra Civil Española y fueron destacados luchadores por las mejores causas tanto en el Viejo Mundo como en el Nuevo.
Con más de 50 títulos publicados, resulta casi imposible haber leído a Taibo II totalmente. Pero quien ha tenido la suerte de disfrutar de al menos uno de sus libros, no podrá olvidar una experiencia que nos remite a lo mejor producido en lengua española en los últimos años.
La presencia del hispano-mexicano en Cuba seguramente ha servido para interesar, especialmente a los más jóvenes, en una literatura que es divertida y profunda al mismo tiempo, dos cualidades a veces muy difíciles de conjugar.
La política y la escritura, cuando se saben armonizar de la manera en que lo ha hecho Paco Ignacio Taibo II, no están reñidas en modo alguno, no tienen que resultar obligatoriamente panfletarias.
Y aunque este escritor no se parece a ningún otro del ámbito hispanoamericano, seguramente resulta un paradigma para los que quieran acercarse a una de las mejores literaturas.
Independientemente de todos sus premios y reconocimientos, y del éxito inusitado alcanzado en todo el mundo, Paco Ignacio está entre lo mejor que haya podido leer. Gracias a Casa de las Américas por haberlo acercado un poco más a los lectores cubanos.