En el marco del 46 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, se celebró la entrega de los premios colaterales en el Salón Vedado del Hotel Nacional de Cuba. Estos reconocimientos, otorgados por diversas instituciones, destacaron la riqueza y variedad de las producciones audiovisuales del continente.

El Círculo de Cultura de la UPEC galardonó a la cubana Ivette Ávila Martín por su cortometraje Raptus. La obra presenta el testimonio crudo de una mujer atrapada en una relación de violencia doméstica en escalada, un ciclo que incluye maltrato psicológico, señales contradictorias de afecto, humillaciones y un desenlace impactante.

Por su parte, la organización Corazón Feliz premió al documental Leyendo al mundo, dirigido por Catherine Murphy (Estados Unidos/Brasil) en colaboración con Iris de Oliveira. La cinta, de 70 minutos, rescata el legado de Paulo Freire, reconstruyendo a través de testimonios e imágenes de archivo su revolucionaria campaña de alfabetización en Angicos, Brasil, que en 1962 permitió a cientos de adultos aprender a leer y escribir en 40 días, conquistando así derechos fundamentales como el voto.

Raptus, de la cubana Ivette Ávila, presenta el testimonio crudo de una mujer atrapada en una relación de violencia doméstica. Foto: Tomada de La Jiribilla

El Premio Documental Senobi Puri Faget, del Canal Cubavisión Internacional, recayó en Sukande Kasáká-Tierra Enferma de los brasileños Kamikia Kisedje y Fred Rahal. Este cortometraje documental expone la lucha del pueblo indígena Kisêdjê contra la amenaza de los agroquímicos que trae consigo el avance de la agroindustria en el Parque Indígena del Xingú, forzándolos a una dolorosa disyuntiva entre proteger su salud o abandonar su territorio ancestral.

La Revista Cultural Así y la Empresa Aldaba Trinidad premiaron Neurótica Anónima, del reconocido realizador y actor cubano Jorge Perugorría. Inspirada en una obra teatral de la guionista y protagonista Mirtha Ibarra, el filme es un homenaje al cine y a la realidad cubana. Narra la historia de una acomodadora de cine que sueña con ser actriz, un personaje que Perugorría concibió como “un vestido a la medida” para Ibarra, a quien además dedica la película junto a Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío.

Sukande Kasáká-Tierra Enferma, de los brasileños Kamikia Kisedje y Fred Rahal, expone la lucha del pueblo indígena Kisêdjê contra la amenaza de los agroquímicos. Foto: Tomada de Short Film Depot

Cineplaza, del Distrito Cultural Plaza de la Revolución, distinguió a La hija cóndor del director Álvaro Olmos (Bolivia-Perú-Uruguay). Este largometraje de ficción sigue a Clara, una joven partera quechua con el don de calmar el dolor mediante el canto. Tras una ruptura con su madre, una partera veterana, Clara abandona su comunidad, lo que desencadena una serie de desgracias que los comuneros interpretan como un castigo, llevando a su madre a una búsqueda desesperada por traerla de vuelta.

La Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica concedió su premio a El agente secreto, del brasileño Kleber Mendonça (hijo). Ambientada en 1977 durante la dictadura militar, la película sigue a Marcelo, un profesor que regresa a Recife buscando refugio y reencontrarse con su hijo, solo para descubrir que las fuerzas represivas del Gobierno lo persiguen implacablemente.

Neurótica Anónima, del realizador y actor cubano Jorge Perugorría, se inspira en una obra teatral de la guionista y protagonista Mirtha Ibarra. Foto: Tomada del FINCL

Otros galardones significativos incluyeron el de la Casa de las Américas, que también premió a La hija cóndor, y el de la Federación Nacional de Cine Clubes de Cuba, que optó por Neurótica Anónima. El Premio PANGEA de la Universidad Agraria de La Habana fue para Belén de la argentina Dolores Fonzi, con una mención para Baracoa del cubano Luis Ernesto Doñas. Belén narra la historia real de una joven tucumana que en 2014 fue encarcelada tras sufrir una pérdida gestacional, acusada de homicidio, y la lucha legal y colectiva por su libertad.

El Premio Glauber Rocha de Prensa Latina también distinguió a Belén, con una mención para La hija cóndor. Mientras, el Centro Martin Luther King entregó su premio Caminos a Un poeta del colombiano Simón Mesa Soto (Colombia-Alemania-Suecia), con mención para Raptus. Un poeta explora la vida de Óscar, un hombre envejecido y frustrado cuya obsesión por la poesía encuentra un nuevo propósito al conocer a Yurlady, una adolescente con talento.

La Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica concedió su premio a El agente secreto, del brasileño Kleber Mendonça (hijo). Foto: Tomada de Caimán Ediciones

La Federación de Escuelas de Imagen y Sonido de América Latina (FEISAL) galardonó Forense del colombiano Federico Atehortúa Arteaga. Este documental experimental entrelaza tres historias de desaparición en Colombia —incluida una familiar para el director— para reflexionar sobre la memoria, la justicia y la dignidad de los cuerpos ausentes tras el conflicto.

La organización Quisicuaba premió Calle 232 del cubano Rudy Mora, un largometraje que aborda el tema del envejecimiento y los cuidados a través de la historia de un cineasta enfermo que establece una profunda amistad con su joven cuidador. El Premio Súmate recayó en Baracoa de Luis Ernesto Doñas, un filme de road movie donde la muerte de un revolucionario italiano lleva a su hijo y a un médico a un viaje transformador a través de Cuba, buscando reconciliar mundos opuestos.