Proyecto Palomas: Fiel a sus propósitos más legítimos
Este 13 de junio el Proyecto Palomas celebra sus 23 años de fundado como Casa Productora para el Activismo Social, una premisa que han defendido al cabo de estos años y constituye su marca de identidad en el contexto audiovisual cubano e internacional.
Fundado por la realizadora Lizette Vila, Palomas ha sido vital para expresar en la pantalla temas y personajes que habitualmente han sido olvidados en el tratamiento audiovisual de la Isla. La violencia en sus múltiples caras, los transgéneros, personas con adicciones, incluso el tratamiento a los temas de la masculinidad, como parte de su discurso de género ─casi siempre centrados únicamente en las mujeres.
Además de su trabajo en la creación audiovisual, Palomas ha sido casa, refugio y espacio para el encuentro con esos personajes que se convierten en asiduos del lugar. Porque siempre me gusta decir que Palomas es una verdadera Casa, siempre con las puertas abiertas para recibir a los amigos, siempre dispuestos a recibir a todos y todas, para compartir un café, un té, unos minutos de conversación, en una época donde hemos olvidado el poder sanador que puede propiciar una conversación sincera.
“Palomas ha sido vital para expresar en la pantalla temas y personajes que habitualmente han sido olvidados en el tratamiento audiovisual de la Isla”.
Más allá de ese espacio para pensar en imágenes, Palomas mantiene como uno de sus principios fundamentales, el acompañamiento a quienes necesitan medicamentos para sí mismos o un familiar, en una red donde se han integrado miles de cubanos y cubanas, con el fin de donar un medicamento que necesita otra persona, y eso expresa mucho de la voluntad del equipo por sostener la solidaridad como un pilar esencial en estos tiempos.
En su trabajo cotidiano también se han acercado a atender y escuchar a las personas cuidadoras, esos que durante años cuidan a familiares enfermos, con padecimientos que los llevan a depender enteramente de otros. Los cuidadores son, en su mayoría, personas que dejan atrás su propia vida, para cuidar de otros, para proteger a quien requiere atenciones muy específicas, esas acciones son actos de profundo amor a padres, a esposos, a hijos… y Palomas ha propiciado que esas personas se sientan acompañados, aun cuando sus historias y sus problemáticas son parte de una realidad muy dura.
En su trayectoria creativa destacan, por supuesto, líneas temáticas que transversalizan todo el quehacer de Palomas a lo largo de estos años; en primera instancia, los documentales realizados a mujeres para mostrar sus realidades y necesidades. El amplio listado de obras confirma ese interés temático: Voces… sueños, amor y paz (2003); Otra mujer sin rostro (2004); La deseada justicia (2007); Algo tiene que cambiar (2008); Amorosa guajira… pero diferente (2009); Mujeres… queso de sol, queso de luna (2012); Nosotras… desde adentro hacia afuera (2012); Mujeres… entre el cielo y la tierra (2013); Mujeres… la hora dorada (2013); Tejedoras de la vida… a la antigua (2013); Mujeres… el alma profunda. Las hijas de las estrellas (2015); Estoy viva… lo voy a contar (2016); Mujeres… los poderes vitales del éxito (2017); Mujeres… de la basura al bienestar (2018); Mujeres… resiliencia, derechos a la vida (2019); Ellas… sus cuidados y cuidadoras (2021); Mujeres de fe. Señales de lealtad (2022); Mujeres sobrevivientes a dos pandemias. COVID-19 y desigualdades de género (2022) y Todos los días son 8 de marzo (2023).

En este listado, el lector observará que son varios los títulos nombrados directamente con el sustantivo “mujeres”, para destacar sus realidades, para mostrar sus historias, para propiciar en los espectadores la capacidad para valorar, para dignificar a todas las que entregan sus fuerzas, sus deseos y sus desvelos para hacer por otros, esa entrega sin límites casi siempre tiene nombre de mujer.
Relacionado con este tema se destacan también los documentales realizados a hombres, que los muestran en sus diversas tareas, desde la paternidad hasta la cotidianidad de hombres que viven con VIH: Rasgando velos (2006), a partir de testimonios de hombres infectados con el VIH; Renuncias y compromisos… los hombres y sus imágenes (2009); Guajiros… de donde viene el amor (2012), sobre el trabajo de hombres cubanos; Hombres… por vivir, te ofrezco vivir (2012), también sobre la infección por el VIH; Las causas de las causas (2012), testimonio de un paciente de VIH y recuperado de tuberculosis; Hombres de alma… el sueño de Dios (2013), historias de hombres en San Luis de Potosí de México que transitan por experiencias en sus masculinidades y Soy papá… de cualquier manera (2017), con historias sobre la paternidad biológica o afectiva.
Varios son sus audiovisuales dedicados a artistas de la cultura cubana, el primero que entregó Palomas fue precisamente a una gran mujer, a una escritora que desafió los poderes desde su poesía: Carilda Oliver Labra, con Mujer alma de maravilla (2002), y continuó con Romanza de un alma (2003), sobre Harold Gramatges; ¿Quién es Eva Golinder? (2005), testimonio de la abogada estadounidense; Raquel (2005), sobre la actriz y profesora Raquel Revuelta Planas; Teresita, pasión por el arte (2005), acerca de la artista visual Teresita Gómez; Alfredo Sosabravo (2006), sobre el quehacer de este gran artista de las artes visuales en la Isla; Una mujer… con una ciudad por dentro (2010), sobre la periodista Isabel Moya y Santos Toledo. El arte es mi vida (2016), acerca del quehacer de este artista visual.
El número de producciones denota interés temático en abordar la obra de artistas cubanos, que han legado importantes obras a la cultura de la Isla, lo que refiere también como uno de los temas principales en la trayectoria de Palomas en su devenir.
“…la voluntad del equipo por sostener la solidaridad como un pilar esencial en estos tiempos”.
Aunque estos se refieren como las tres principales líneas temáticas, quedan otras obras que también remarcan el interés de Palomas por abordar fenómenos, figuras, temas, desde la complejidad de los mismos, intentando derribar muros, construir consensos y potenciar una imagen plural de los cubanos y cubanas en los tiempos actuales.
Estos 23 años mantienen joven sus propósitos iniciales y comienzan a construir su futuro basado en la madurez de un proyecto que es alma, que es maravilla, que es una Casa, con ventanas para asomarnos y puertas abiertas para entrar a cualquier hora y sentirnos acogidos y acogidas en este espacio.

