Un siglo atrás, exactamente el 20 de diciembre de 1922, un lúcido y aguerrido joven llamado Julio Antonio Mella, secundado por un grupo de estudiantes de la Universidad de La Habana, sembraba en la Historia a una organización que tendría la hermosa misión de ser baluarte de los más puros ideales ciudadanos. Su honrosa hoja de servicios a la Patria se enmarca en una permanente gesta de lucha contra los vicios y males que sufrió nuestra República Mediatizada, desde su instauración el 20 de mayo 1902.
Mucho se ha dicho y escrito sobre sus combates y desafíos a los desgobiernos de turno y a las sangrientas tiranías que padeció Cuba, a la que aportaron una alta cuota de sangre y martirologio jóvenes de distintas generaciones, pero como siempre nos alertara uno de sus dirigentes más insignes, Juan Nuiry, heraldo incansable de esa palingenesia estudiantil y ciudadana:
Mucho se sabe de los combates que se enfrentaron con los esbirros de la tiranía, en los que regaron la sangre y finalmente entregaron la vida, pero poco de la otra lucha, igualmente heroica, que sostuvieron por que las más altas expresiones de nuestra cultura tuvieran el justo sitial en el ámbito universitario y, lo más encomiable, por dar acceso a ella a un pueblo vilmente enajenado de ese derecho.
Consecuente con ese criterio, en 1946 se fundaría la Dirección de Cultura de la FEU, que tuvo la tarea de estimular y también defender los grandes valores de la cultura nacional cubana, frente a las incomprensiones y a los desmanes gubernamentales.
En 1946, se fundó la Dirección de Cultura de la FEU, que se encargó de defender y estimular los valores de la cultura nacional.
A una fiel representante del estudiantado universitario y cercana colaboradora de Manuel Corrales, fundador de la mencionada Dirección de Cultura, Ángela Grau, declararía en 1947 Alicia Alonso para el periódico martiano Redención:
Es una vergüenza que en Cuba ningún gobierno se ocupe de proteger el arte del ballet. Los cubanos tenemos condiciones excepcionales para el baile, lo hemos probado (…). ¿Es que no le interesa a nuestros gobiernos y a los cubanos en general que nuestra Patria gane prestigio ante el mundo?
Poco tiempo después, el 28 de octubre de 1948, la triada Alonso (Alicia, Fernando y Alberto), se daría a la tarea de fundar la primera compañía profesional de ballet en nuestra Patria, el hoy Ballet Nacional de Cuba (BNC). En la FEU esos ilustres precursores encontraron el apoyo mayor y no es hiperbólico afirmar que, sin la comprensión y el aliento de esa organización estudiantil, ese empeño no hubiese podido subsistir en todo el período anterior a 1959.
Al paso de los años diferentes rostros surgieron para esa lucha, pero todos guiados por el mismo deber: Manuel Corrales, Alfredo Guevara, Baudilio Castellanos, Ángela Grau y Maruja Iglesias entre otros muchos, en los tiempos iniciales; y los de las nuevas hornadas, aceradas tras el cuartelazo del 10 de marzo de 1952.
De esa pléyade de guerreros, por el decoro ciudadano y el derecho a la cultura surgió toda una cantera, la mayoría de ella, hoy en el altar de la Patria como mártires o héroes: José Antonio Echeverría, Fructuoso Rodríguez, Joe Westbrook y Machadito.
Con igual coraje con que enfrentaron a tiranos y esbirros, enarbolaron un pliego de demandas que incluía salvar el ballet de su agonía permanente, apoyar el teatro y el cine cubano, las manifestaciones corales, estimular el quehacer de la desamparada Orquesta Filarmónica, divulgar la grandeza de la obra de Lam y otros grandes de la plástica cubana entre los sectores mayoritarios de la nación, o estimular conferencias y el hábito de la lectura sobre los clásicos cubanos y mundiales. Otros nombres como los de Raúl Roa Kourí, Marcelo Fernández y Raúl Amado Blanco, están ligados indisolublemente a los Festivales Universitarios de Arte, realizados en 1954 y 1955 y muy especialmente en el histórico Homenaje Nacional de Desagravio a Alicia, celebrado en el Stadium Universitario el 15 de septiembre de 1956.
Después del Triunfo de la Revolución, la organización estudiantil, Alicia y el BNC, han conmemorado cada aniversario de aquel histórico acto y los aniversarios de la FEU con funciones especiales, en el Stadium Universitario, el Gran Teatro García Lorca, el Teatro Karl Marx, la antigua Plaza Cadenas y en encuentros fraternales en el Aula Magna de la Universidad de La Habana y la sede del BNC.
En los albores de su centenario, el BNC saluda con orgullo y profunda emoción una hermosa trayectoria conjunta que de sabia y justa manera Alicia Alonso definió como la de un “matrimonio feliz”.