Antiguos y sólidos son los lazos que unen al ballet cubano con el quehacer danzario del hermano país azteca, desde la primera visita del hoy Ballet Nacional de Cuba (BNC) a México en enero de 1949, un permanente intercambio de experiencias ha caracterizado desde entonces esas fraternales relaciones.

Aclamados por el público y la crítica de México, la delegación cubana recibió las mayores distinciones del Segundo Festival Internacional de Ballet Clásico de Puebla.

Bailarines mexicanos han integrado de manera estable el elenco del Ballet Nacional de Cuba, entre ellos nombres tan prestigiosos como los de Nicolás Magallanes, Felipe Segura, Jorge Cano y Clara Carranco. Otros se han vinculado como artistas invitados, como ha sido el caso de Laura Urdapilleta, Susana Benavides, Silvie Reynaud y Tihuí Gutiérrez. También han fortalecido esos lazos creadores de la talla de Gloria Contreras, Nellie Happee, Guillermo Arriaga y Jaime Camarena, quienes nos han dejado un valioso legado coreográfico.

En 1975 se estableció un sólido intercambio docente, que permitió que muchos alumnos mexicanos enriquecieran su formación con la metodología de la Escuela Cubana de Ballet, como becarios del Sistema Nacional de Enseñanza Artística Cubana.

Una reciente prueba de esas fraternales relaciones ha tenido lugar durante la celebración del Segundo Festival Internacional de Ballet Clásico de Puebla, que se celebró en esa ciudad mexicana del 31 de julio al 5 de agosto, en el que participaron destacadas figuras del BNC, entre ellas su directora general Viengsay Valdés, los primeros bailarines Anette Delgado y Dani Hernández, el bailarín principal Darío Hernández y la joven María Luisa Márquez, quien recién egresada de la Escuela Nacional de Ballet “Fernando Alonso” ocupa ya un lugar destacado en el elenco de la compañía.

El programa presentado incluyó, entre otros los pas de deux del II acto de Giselle, interpretado por Viengsay teniendo como partenaire al bailarín cubano Rolando Sarabia, quien acompañó también a Anette en el II acto de El lago de los cisnes. Esta última bailaría también con el cubano Javier Rojas, del Royal Birmingham Ballet.

La profesora Martha Iris Fernández junto a los bailarines Viengsay Valdés, Rolando Sarabia y Anette Delgado.

El hermoso intercambio incluyó las actuaciones del primer bailarín Dani Hernández junto Mayuko Nihei, primera figura de la Compañía Nacional de Danza de México, y la de María Luisa Márquez junto al cubano Michael Parreño, solista del Ballet de Monterrey y al norteamericano Sterling Baca, del Ballet de Filadelfia, en los pas de deux de Diana y Acteón y Coppelia III acto, respectivamente.

Aclamados por el público y la crítica del hermano país, la delegación cubana recibió las mayores distinciones del Festival, entre ellas el Grand Prix Festival Internacional de Ballet Clásico de Puebla para Viengsay Valdés y Rolando Sarabia; el Galardón Leyenda de la Danza para Anette Delgado y el cubano José Manuel Carreño, invitado especial del evento; el Galardón al Legado Artístico para Dani Hernández y a Martha Iris Fernández, profesora de la Escuela Nacional de Ballet “Fernando Alonso”, y el Galardón Joven Promesa del Ballet Mundial para María Luisa Márquez.

Otros triunfos recientes del ballet cubano en los escenarios mexicanos incluyeron las medallas de oro, en las categorías de clásico y moderno y el Premio Especial del Jurado del Concurso, efectuado de manera paralela al Festival, para los recién egresados de la Escuela Nacional de Ballet “Fernando Alonso” Nadila Estrada y Alejandro Alderete. A tan valiosa cosecha de lauros se une el Primer Lugar, en la Categoría pre-profesional alcanzado por el recién graduado Manuel Alejandro Duque, en el Primer Concurso Regional de Danza Clásica realizado por la Cátedra cubana de Danza Clásica con sede en la localidad de Boca de Río, en Veracruz.

Una vez más la danza se muestra como un sólido puente de arte y solidaridad entre los pueblos.