Cuando se hable de la cantautora Rochy Ameneiro, más allá de su talento ─por supuesto─, lo primero a tener en cuenta es su encomiable labor a favor de la infancia en Cuba; un hermoso y no menos altruista quehacer centrado en el emblemático proyecto Corazón feliz, que entre sus más significativos aciertos ha logrado reverenciar la rica historia del arte hecho para las infancias, además de unir y reunir lo mejor de lo que actualmente se hace en nuestro país.

¿Cuánta valía ha encontrado Rochy Ameneiro en las niñas y niños cubanos, y también del mundo, para consagrarse a su bienestar?

Acostumbro decir que siempre me han encantado los niños y las niñas. De hecho, siendo todavía muy pequeña solía asegurar que cuando creciera sería maestra, educadora de Círculos Infantiles, porque era lo que más me encantaba hacer. Pero más tarde enrumbé mi vida a la música y entonces hice mi carrera profesional como cantante, como intérprete de la canción de autor, aunque no por ello me desvinculé totalmente de quienes, al decir de nuestro Apóstol, son la esperanza del mundo.

En el año 2011 conocí al Dr. Julio César González Pagés, conversamos acerca de la importancia que tienen las artes y los líderes de opinión que somos las artistas y los artistas a la hora de enviar mensajes de cultura de paz.

Como resultado de aquellas conversaciones surgió nuestro primer proyecto que nombramos Todas contra corriente y con el cual iniciamos una ruta feminista por toda Cuba. Su principal propósito era dar a conocer la vida y trayectoria de todas las mujeres que han sido valiosas no solo para nuestra historia, sino también por sus aportes a todas las especialidades.

Recuerdo que en la Casa del Alba, el 8 de marzo del propio 2011, inauguramos el espacio Mujeres del Alba. En ese espacio, entre otras muchas actividades, hacíamos conciertos, encuentros con poetas, escuchábamos, incluso, testimonios de mujeres que habían sido víctimas de distintos tipos de violencia.

Poco a poco nuestro proyecto fue creciendo y fue cuando decidimos hacerlo extensivo a otras provincias.

Así en 2013 realizamos la primera gira nacional, gracias a la ayuda del Instituto Cubano de la Música, del Ministerio de Cultura, de la televisión especialmente el canal Cubavisión, junto a otras instituciones cuyo apoyo fue verdaderamente significativo. Desde esa época me hice dueña de la opinión, y el proyecto Corazón feliz lo ha confirmado, que cualquier poquitico que recibamos resulta grandemente valioso; de igual manera aprendí que las alianzas son importantísimas en cualquier proyecto.

“Los niños y las niñas son los mejores embajadores, espectaculares embajadores de cualquier tema de cultura de paz”.


Durante aquella gira nacional, entre otros asuntos, nos interesó conocer qué música escuchaban nuestros niños y niñas en los centros educacionales y en sus propias viviendas. Descubrimos que las canciones más populares entre los niños eran canciones horribles, súper agresivas que reproducían patrones machistas, sexistas, violentos, interpretadas, para peor, por artistas que en ese momento eran los más “pegados”, hablando en argot popular.

Enseguida nos dimos cuenta que teníamos que trabajar también para la niñez. Y de ese estudio, para beneplácito de muchos y mío en particular, nació el proyecto Corazón feliz.

A decir verdad siempre tuve el sueño de organizar un festival de canciones para niños y niñas, que estuviera inspirado en memorables programas como Arco iris musical y otros proyectos lindísimos promovidos por la televisión. Y tal como ocurría en esos proyectos, soñaba con que todos los participantes cantaran, se divirtieran, disfrutaran, en fin, sin que mediara ningún tipo de competencia.

Sesionó el evento teórico “Pensar con el Corazón”. Foto: Tomada de Prensa Latina

Durante un tiempo acaricié esa idea, mientras la comentaba con familiares y amigos, hasta que finalmente logramos ponerla en práctica.

En medio de la pandemia, tal vez en el escenario menos propicio, nació el Festival Corazón feliz, considerado uno de los más importantes de su tipo en Cuba. ¿Cómo recuerdas su primera edición?

La celebración del primer Festival Corazón feliz, solo fue posible por aquellos pequeños poquitos aportados de manera individual por personas solidarias y no pocas valiosas instituciones.

Uno de los primeros discos que grabé titulado Cancioncita para ti, estaba dedicado a las niñas y niños. Agradezco, y mucho, a mi hijo Rodrigo García ─quien también es el productor musical del Festival─, que hizo los arreglos y producción de ese fonograma. En ese disco se recogen cinco canciones de mi autoría, mientras la música es del propio Rodrigo.

Un día comenté a mi hijo que quería hacer un videoclip a una de nuestras canciones, pero aspiraba a que ese sueño se hiciera realidad al estilo de aquellas inolvidables canciones del reconocido grupo de música infantil Los Yoyo. Eran títeres que cantaban y bailaban canciones que jamás podrán olvidarse como “Dónde está la cutara” o “Protesto y vuelvo a protestar”. Fue aquel realmente un proyecto hermosísimo que a pesar de los años transcurridos miles de cubanos lo llevamos todavía en la piel.

Por esa época de mi idea de hacer el videoclip con las características de Los Yoyo, dirigía el Consejo Nacional de las Artes Escénicas Gisela González, una amiga entrañable, a quien un día presenté mi idea. Ella me dijo que si soñaba con hacer algo así que fuera a Matanzas, donde podía encontrar ayuda de dos consagrados especialistas que habían creado y dirigían el grupo Teatro de las Estaciones: Rubén Darío Salazar y Zenén Calero, ambos premios nacionales de teatro.

Al llegar a Matanzas experimenté la sensación de que yo pertenecía a aquel sitio. Sencillamente había llegado a mi casa, e inmediatamente surgió una gran empatía entre los tres. Quedé fascinada con ese mundo especial que es el Centro “Pelusín del Monte” que ellos dirigen. Y les propuse la idea del festival, cuyo nombre, Corazón feliz, fue dado por Rubén Darío en honor a la icónica canción de la maestra Teresita Fernández. Una propuesta que enseguida consideré genial, además de extraordinaria.

“Cuando se hable de la cantautora Rochy Ameneiro, más allá de su talento (…), lo primero a tener en cuenta es su encomiable labor a favor de la infancia en Cuba”. Fotos: Tomadas del Facebook de la entrevistada

Y a partir de ese día comenzamos a soñar. Un sueño tan acariciado como maravilloso, que no pudo interrumpir ni siquiera una pandemia, porque de todos modos celebramos el Festival, aunque vía online en sus dos primeras ediciones. Ya la tercera fue presencial, como han sido todas las demás hasta llegar a esta VI.

Pero contrariamente a lo que pudiera considerarse desafortunado, la realización del Festival vía online nos abrió otra puerta. La televisión nos propuso poco tiempo después realizar un programa habitual. Por supuesto, ni siquiera lo pensamos. Esa propuesta era la posibilidad real de llevar a nuestras niñas y niños las canciones que verdaderamente debían escuchar, incluso, aprender sus letras y disfrutarlas.

En aquellas primeras ediciones nos percatamos que el Festival no era solo de música, sino que incluía títeres, o sea actores y actrices, también danza y artes plásticas. Es decir, en la práctica estaban vinculadas todas las manifestaciones artísticas. Por tanto, se hizo necesario cambiar el nombre del Festival.

Concierto en el Teatro Nacional de Cuba, en la VI edición del Encuentro Internacional de las Artes para las Infancias.

Habíamos comprobado que no era un evento dedicado solamente a la canción, sino que se trataba más bien de un Encuentro Internacional de Artes para las Infancias, que es oficialmente el nombre que lleva nuestro evento.

¿Cuáles son las actividades más sobresalientes contempladas en el programa para esta VI edición?

La VI edición del Encuentro Internacional de las Artes para las Infancias, que hemos estamos desarrollando desde el 26 de mayo hasta el 1 de junio, Día Internacional de la Infancia, está dedicada al aniversario 95 del natalicio de nuestra cantora mayor Teresita Fernández; asimismo al aniversario 65 de la fundación de los Estudios de Animación del Icaic, al aniversario 75 de la Televisión Cubana y a un tema que ya es permanente en todas las ediciones del Festival: el cuidado del medio ambiente.

En esta ocasión tenemos algunas propuestas nuevas relacionadas con nuestro evento teórico. En ese sentido incluimos esta vez un novedoso taller de teatro de papel y también un taller para docentes y artistas que trabajan para las infancias. Son talleres impartidos por prestigiosos especialistas. A mi juicio un regalo extraordinario al Festival que nos llega de Brasil, Argentina y España.

Con relación a las agrupaciones cubanas participantes destacan, por solo mencionar algunas, nuestra emblemática compañía La Colmenita, Teatro de las Estaciones, la compañía Gaby y Sofi, Abracadabra, Teatro Tuyo y la Compañía Habana sueño.

De igual manera prestigian el Encuentro nuestros artistas de siempre. Entre ellos la maestra Rosa Campos, nuestra querida “Tía Rosa”; Iris Lamorú; Enid Rosales; Anabel López; el trovador Augusto Blanca, que ha trabajado para la niñez; poetas y repentistas del proyecto Oralitura Habana. Y de manera muy especial nos unimos todos los artistas en la sala Covarrubias del Teatro Nacional para ofrecer un merecido homenaje a nuestra inolvidable Teresita Fernández. Toda la dirección musical está a cargo del pianista Rodrigo García.

En realidad son muchas y muy agradables las sorpresas que hemos preparado para esta nueva edición del Festival.

Rosa Campos, la querida “Tía Rosa”, en el espectáculo homenaje a Teresita Fernández. 

Igualmente escogimos para su celebración relevantes sedes como el cine Charles Chaplin, el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes, la sala Adolfo Llauradó, el Teatro Nacional de Cuba y las sedes del teatro La Proa y el Arca y, lógicamente, la Casa de Corazón feliz.

Aunque hemos programado la clausura del Encuentro para el 1 de junio, el día 2 todos los artistas asistentes al Festival llevaremos a cabo una actividad que, sin restar relevancia a otras incluidas en el programa del evento, tiene gran importancia pues dará cumplimento al tema permanente en todas las ediciones. Efectuaremos la limpieza de la playa Rincón de Guanabo, que es un sitio ecológico para la protección del medio ambiente del país.

El Festival Corazón feliz ha dejado impreso su sello en la pequeña pantalla y también en las redes sociales con la creación de una plataforma del mismo nombre. ¿Cómo valoras el impacto que ha tenido en el público, particularmente en los niños y niñas, sus principales receptores?

Ciertamente hoy contamos también con una plataforma de arte para las infancias, gracias más que a todos a la televisión y especialmente al canal Cubavisión; asimismo, a las alianzas de varios artistas que nos hemos convertido en una especie de red y, por si fuera poco, esta plataforma radica en un precioso espacio donado por la Oficina del Historiador y la Dirección de Patrimonio.

Considero que la creación de esta plataforma era una gran necesidad. Los niños y las niñas son los mejores embajadores, espectaculares embajadores de cualquier tema de cultura de paz. Por ello si les trasmitimos buenas enseñanzas, si le inculcamos valores desde que nacen, desde las edades más tempranas, le vamos dando herramientas para que en el futuro sean seres sociales solidarios, para que sean excelentes trasmisores de temas de cultura de paz. Si somos capaces de lograr eso, creo que ganamos la batalla no solo en la preservación del medio ambiente, sino también de toda la sociedad. Los actuales niños y niñas son las futuras generaciones, los que encauzarán el futuro de la Patria.

Por eso trabajamos arduamente en el rescate de todo aquello que tiene valor patrimonial. Para traer de vuelta cada sábado en Corazón feliz, por ejemplo, a Pelusín del monte que es nuestro títere nacional. Para traer de vuelta del mismo modo a Amigo y sus amiguitos. Por eso está también en nuestro programa infantil sabatino Alelé, doña Pirula y por eso igualmente está Libélula, que es la única títere negra que tenemos en la televisión cubana en estos momentos. Y nada de eso es casualidad.

Como tampoco es casual que en cada transmisión se haga visible cuánto hemos hecho por la inclusión total, por condenar la discriminación de razas o de sexos. Hoy nos satisface, y mucho, que hayamos sido pioneros en el uso de la lengua de señas en una programación infantil. Y felizmente en nuestro Festival ha estado presente el proyecto Ánima seña, tanto en el evento teórico como en la Peña de Federico, que trabaja todo el año en función de la comunidad sorda.

Y precisamente por esa inclusión, porque somos partidarios de que todas las personas, aun cuando sean vulnerables, tienen también derecho a las artes, durante todo el año trabajamos con niños de la enseñanza especial, o portadores de enfermedades raras. Esta espaciosa y lujosa sede es también la Casa de ellos y para ellos trabajamos con la misma o mayor pasión.

“Los actuales niños y niñas son las futuras generaciones, los que encauzarán el futuro de la Patria”.

A propósito, en esta magnífica sede ya inauguramos desde el pasado año, una salita que lleva el nombre de Teresita Fernández. De la misma manera contamos con un espacio multifuncional que hemos llamado “Dora Alonso” y en proyecto tenemos la inauguración de un espacio interactivo que ya nombramos “Gisela Hernández y Olga de Blanck”. Inauguraremos también una biblioteca que llamaremos “Celia Torriente”. Es decir, hemos ido dando visibilidad a nuestras mujeres cuya labor, aun cuando ya no están, resulta importantísima en la historia del arte para las infancias. Y se hace necesario ponerlas nuevamente en el universo sonoro y audiovisual de nuestras niñas y niños de hoy.

¿Satisfecha, feliz?

Muy, muy feliz sobre todo por estos días de Festival en el que hemos puesto todo nuestro empeño. El valiosísimo empeño y esfuerzo de artistas, creadores, familias, asesores… Satisfecha, sin embargo, creo que nunca. Falta mucho por hacer, por conquistar. Tenemos que seguir soñando, creando, perfeccionando, escuchar en todo momento las opiniones de quienes nos han ayudado, asesorado. Únicamente gracias a ellos y a las distintas instituciones hemos llegado hasta aquí y en alguna medida hacer felices a las niñas y niños cubanos que tanto lo merecen.

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