A Eusebio Leal

María Isabel Domínguez García
17/2/2017

El Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanidades que se convoca cada año por el Instituto Cubano del Libro, el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente es una modesta manera de reconocer públicamente a quienes han realizado aportes significativos a las ciencias sociales y la cultura nacional a través de una trayectoria de trabajo y creación que enriquece el conocimiento social, su difusión y su aplicación para la transformación y el bienestar humano.


Foto: Anabel Díaz

Si bien es cierto que para un Jurado siempre es complejo hacer una selección cuando se encuentra frente a propuestas de candidatos con ricas trayectorias, en esta ocasión no fue difícil decidir por unanimidad la elección del Dr. Eusebio Leal Spengler.

Me ha correspondido el alto honor, no solo de ser parte del Jurado que le ha conferido el Premio, sino además pronunciar las palabras de reconocimiento en esta ceremonia, lo que constituye un reto porque qué decir de manera breve de un hombre tan multifacético.

Representa una generación que tuvo con la Revolución la posibilidad de mitigar la sed de conocimiento y revertirlo con modestia, pasión e incansable trabajo

Podría hacer mención a sus casi dos decenas de libros publicados; a la impartición de docencia y conferencias en más de 70 universidades e instituciones científicas de más de 20 países en distintas partes del mundo; a su condición de Doctor Honoris Causa también de casi 20 universidades cubanas y extranjeras; por solo hacer referencia a algunos datos relevantes de su trayectoria académica, resultado de una vida dedicada al estudio, rescate, preservación y difusión de la Historia, para hacerla trascender a la actualidad, a través de una obra en que se ha combinado la salvaguarda de los valores patrimoniales con los éticos, patrióticos y la identidad nacional.

Su vida y obra ha sido consecuente con el presupuesto martiano de que la historia se debía escribir “… para que perdurase y valiese, para que inspirase y fortaleciese…” [1]. Ese espíritu está presente en su quehacer cotidiano y en su vocación pedagógica.

Representa una generación que tuvo con la Revolución la posibilidad de mitigar la sed de conocimiento y revertirlo con modestia, pasión e incansable trabajo en aportes que se extienden a la educación, la cultura y la comunicación social. Pero si algo sobresale en él de manera muy especial, es su aportación al trabajo social, a aquel que desde el barrio ha sido capaz de movilizar las energías creadoras de sus habitantes todos, poner en diálogo sueños y realidad, e impulsar procesos de transformación humana, que nos evocan las palabras de Martí cuando dijo: “Por su utilidad a los demás se mide a los hombres” [2].

De esa utilidad a los demás trata este Premio. El énfasis en el significado social y humanista de la labor de Eusebio Leal ha hecho una contribución profunda a la articulación de los procesos de construcción del conocimiento científico, la enseñanza y la práctica transformadora, y con ello marca una huella en el devenir de las ciencias sociales al servicio de un proyecto de nación.

Por ello, al otorgarle este Premio, las Ciencias Sociales cubanas no solo lo honran, sino que se honran a sí mismas.

 
Gracias.

 

Notas:
1.  Carta desde Nueva York a Manuel de la Cruz el 3 de junio de 1890.
2.  “En los Estados Unidos”, La Nación, Buenos Aires, 24 de diciembre de 1980.