Centro Pablo y Ojalá: Notas desde una misma trinchera

La Jiribilla
3/3/2016
Fotos: Cortesía del centro Pablo

 

En la calle Desagüe de Centro Habana, en la revista Mella, se conocieron el trovador Silvio Rodríguez y el poeta Víctor Casaus. Las causas y azares que han maravillado al compositor se convocaron este viernes en Pueblo Nuevo (Sitio esquina a Subirana), cerca de aquella calle, en un concierto otro de la gira por los barrios, de la gira interminable que descubre rincones, escenas, personajes, de La Habana profunda, de la Cuba profunda. En escena, luego de la propuesta de Kervin Barreto Trío First impulse, el director del Centro Pablo recibió a nombre de todos los que alguna vez fueron parte de la institución, de los que hacen posible actualmente convertir los sueños en cultura y actos de creación —como diría Eduardo Heras León— el premio Ojalá a la gestión cultural.


El proyecto Ojalá entregó durante el 72 concierto de la gira por los barrios
el Premio Ojalá a la gestión cultural al Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau.
 

“Yo había trabajado aquí cerca, en la calle Desagüe, en la revista Mella, y ahí conocí a Víctor Casaus, quien como ustedes saben es poeta, cineasta y ejerce muchas maneras de hacer arte”, dijo Silvio. Una de esas muchas maneras es la promoción cultural, subrayó el cantautor para referirse a la fundación hace 20 años de la institución de Muralla 63: “Pablo fue uno de los más sobresalientes jóvenes de una generación de sobresalientes que se destacó en la lucha contra la tiranía machadista”, recalcó. Pablo fue un hombre inquieto y su inquietud lo llevó a defender la República Española, rememoró el trovador: ahí cayó, defendiendo Madrid, en Majadahonda. Miguel Hernández, el gran poeta español, en su célebre libro Viento del pueblo, dedica encendidos versos a Pablo, añadió Silvio.

Este Centro es admirable en muchos sentidos, dijo Silvio: “en el sentido de la edición de libros, de estímulo al arte digital y en uno que a mí me toca muy especialmente porque lo que hizo Casa de las Américas por mi generación de trovadores —que fue darnos un espacio para que nos pronunciáramos— es lo que ha hecho con las nuevas generaciones de trovadores el Centro Pablo, manifestó el autor de Amoríos: ahí se les han grabado sus primeros discos, se ha divulgado con total desinterés su trabajo, recordó.

“Nosotros tenemos un equipo, Ojalá, siempre estamos dando premios a labores encomiables, ejemplares, que son dignas de seguimiento, en este caso hemos hecho un premio, el Premio Ojalá a la gestión cultural, por eso le hice una cartica a Víctor”, contó Silvio, y dio lectura a ese correo, que hace alusión al trabajo editorial y al estímulo a la gráfica virtual que viene realizando el Centro Pablo, a la importancia cívica de mantener viva la memoria de Pablo de la Torriente y sus comprometidos hermanos de generación, “pero la labor que ha hecho el Centro con la trova joven, darles un patio donde proyectarse, grabar sus primeros recitales y darlos a conocer, trabajo sostenido durante dos décadas con el único interés de prestar un servicio a la cultura, convierten al Centro Pablo, a ti (Víctor Casaus), a María (Santucho) y a todos sus trabajadores en acreedores muy legítimos del Premio Ojalá 2016 a la Gestión Cultural”.

Por su parte, Víctor señaló que “este es un premio para toda la gente que ha estado presente en el Centro en estos 20 años”. “Este es un premio desde la complicidad y la hermandad, por eso nos satisface grandemente: esta hermandad, la personal, nació cerca de aquí, cuando nos conocimos, siendo adolescentes”, destacó el poeta, quien hizo alusión al documental Que levante la mano la guitarra: “cuando le preguntamos a Silvio por la amistad entre los trovadores, que ha sido una característica de la Nueva Trova, refiriéndose a Pablo Milanés —pero podría ser sobre cualquiera de los otros trovadores de aquella generación— Silvio dijo: Pablo y yo hicimos trinchera juntos, la cavamos juntos y la defendimos juntos y para los hombres es muy importante estar en la misma trinchera”. Desde esta certeza, Casaus sentenció: “Eso le pasa al Centro Pablo con los Estudios Ojalá y con Silvio: estamos en la misma trinchera”.

“Balada de Elpidio Valdés”, “Reparador de sueños”, “Días de agua”, “Tonada del albedrío”, “El mayor”, “El necio”, “La era”, fueron algunos de los temas que conformaron esta nueva presentación de Silvio en los barrios, que contó con la participación de los músicos Niurka González en la flauta y el clarinete, Jorge Reyes en el contrabajo, Oliver Valdés en la batería y la percusión, Emilio Vega en el vibráfono y Jorge Aragón Brito en el piano, así como de aquellos “imprescindibles invisibles”, como los llama Silvio, los primeros que llegan, los últimos que se van, que hacen posible estos espectáculos.