HB: Resumen de poéticas visuales

Rubén Ricardo Infante
22/4/2019

La cuarta edición de HB, como muestra del arte contemporáneo cubano confirma que la existencia de todo este arsenal posibilita su inclusión como una de las muestras colaterales que tienen lugar en el contexto de la XIII Bienal de La Habana.

En la Bienal hay confluencia de artistas de diversas generaciones, tendencias y discursos estéticos.
Fotos: Mayté Fernández

 

Teniendo en cuenta también que una de las virtudes que se le reconoce al arte contemporáneo cubano es su diversidad. La confluencia de artistas de diversas generaciones, tendencias e interesados por discursos estéticos —desde la afiliación a prácticas consideradas clásicas o al trabajo en soportes actuales—, se revelan como los principales cauces por los cuales transita el devenir visual de la Isla en los últimos 50 años.

Esa confluencia de artistas consagrados, junto a otros que ya sostienen una carrera avalada por la crítica y los jóvenes que se van sumando para aportar otras perspectivas, es lo que hace enriquecedor el trabajo curatorial que tuvieron que asumir los especialistas de las galerías pertenecientes al Ministerio de Cultura a la hora de agrupar las obras que hoy se exponen en HB.

Para conocer los objetivos que persiguió la muestra, dialogamos con la curadora Miriam Casanellas, quien compartió el trabajo junto a: María Milían, Hilda María Rodríguez, Chrislie Pérez, Olga Lidia Prieto y Darys Vázquez, todas enfrascadas en concebir un amplio discurso visual del quehacer de los artistas cubanos.

¿Miriam, cuál fue el propósito para la concepción de la muestra?

Concentrar en un solo espacio la creación y visualizar la creación de más de un centenar de artistas en un mismo espacio. Ese ha sido el propósito fundamental: hacer una megaexposición, donde las piezas tengan un gran valor artístico, pero a la vez sea un espacio donde se pueda recorrer y tener un amplio espectro de por dónde va la creación visual cubana en la actualidad.

 

Aunque no aborda una misma línea discursiva…

El riesgo fundamental es que esta no es una exposición organizada sobre un tema central, es una exposición que intenta desde lo diverso y lo plural: mostrar una panorámica general de por dónde va el arte contemporáneo cubano. Esa es la idea central en la cual nos basamos, tratar de escoger artistas jóvenes, artistas con una mediana carrera y los grandes artistas, con un reconocimiento internacional, algunos de ellos, ya han obtenido el Premio Nacional de Artes Plásticas: Adigio, Sosabravo, Pedro Pablo, Mendive, Fabelo, Toirac…

¿Debió resultar un trabajo difícil pensarla, organizarla…, tomando en consideración la amplitud de la misma?

También debido a la amplitud se unen tres empresas, porque ni un solo curador, ni una sola empresa podría haber realizado esta megaexposición, es una muestra muy amplia que lleva una gran producción detrás de lo que vemos. Hay dos valores que engrandece la exposición: uno es el valor de los artistas y de las piezas, pero hay que darle un crédito importante a la museografía del espacio, que está construido en función de las piezas y en función del espacio. Hay dos líneas paralelas que son muy importantes, las piezas y la museografía, que engrandece la obra de los artistas. Y eso solo se logra con un equipo de trabajos, una gran cantidad de personas trabajando en función…, dígase seis curadores, dígase tres empresas en función de lograr un amplio espectro de por dónde va la creación visual en Cuba.

¿Cuáles fueron los principales escollos a los que se enfrentaron?

Complejiza en primer lugar, desde la propia característica de las personas que trabajamos en función, es decir, trabajamos seis curadores con visiones distintas, con nóminas de artistas distintas, con líneas de pensamiento distintas, con diferentes edades, con propósitos de trabajo distintos todos, porque todas no venimos del mismo lugar y ¿cómo tu logras hacer coexistir una misma idea o hacer prevalecer una misma idea? Esto por la parte de la selección de las obras y de los artistas. Más allá de que, no puedes, es prácticamente imposible, se necesitaría dos o tres años para poner a ciento y tantos artistas trabajando en función de algo específico, tratamos entonces por todos los medios, la mayoría de las piezas fueran inéditas, fueran recientes —no lo logramos en todos los casos— porque es muy difícil, también resulta que la Bienal de La Habana es el espacio propicio donde todo el mundo quiere mostrar lo último que tiene.

 

Sucede entonces que muchos de los artistas que puedes encontrar en HB te lo encontrarás repetido en tres o más muestras, algunos tienen sus Open Estudio, trabajan con otro tipo de galerías, y por lo tanto, se nos dificulta un poco ponerlos en función de crear una pieza que necesitaríamos por mucho tiempo. Entonces lo que hicimos fue tratar de escoger grandes obras dentro de la producción más reciente de lo artistas, hay algunas repetidas, hay algunas que ya se han exhibido, pero la gran mayoría son obras inéditas que tratamos de hacer dialogar desde la diversidad en un espacio y persiguiendo el objetivo final: que la muestra fuera relevante e impresionante en cuanto a visualidad, pero que te permitiera dialogar con las piezas a la vez desde la distancia y tener un recorrido lógico, no sentirte abrumado por la cantidad de obras, la amplitud del espacio.

Ese es uno de los objetivos por los que fue concebida, que pudieras ver una megaexposición y que pudieras tener una especie de diálogo directo con cada una de las piezas por separado, por eso es la museografía que se utiliza donde puedes tener de un lado a un artista y no ves lo que tienes en el otro lado y tienes que recorrer el espacio en función de ver cada tipo de obra en específico.

¿Y bajo qué patrones seleccionaron las obras?

El objetivo es tratar dentro de las poéticas de cada uno de los artistas escoger obras relevantes que demuestren que, a pesar de tener un gran valor artístico-cultural la pieza en sí misma, represente también una panorámica de por dónde va la obra de artista, pero a la vez tenga un carácter comercial. Intentando demostrar que existen obras que, a pesar de ser complejas desde su producción también pueden tener una línea comercial, como por ejemplo el video o la instalación.

¿Qué puede encontrar el público que asista a los espacios: Galería Alejo Carpentier (Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso), Galería Collage Habana y Taller Ensamble?

En HB hay obras de video, de instalación, de grandísimo formato y hay, por supuesto, pintura, fotografía, instalación, grabado, dibujo…

¿Cuál es la principal virtud de la muestra?

Diversidad en cuanto a manifestaciones y en cuanto a generación de artistas.

 
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