Las muchas vidas de Natalia Bolívar

Rubén Ricardo Infante
22/8/2019

Formada bajo la tutela de Lydia Cabrera y unida al quehacer de artistas de la plástica cubana como Mariano Rodríguez, Natalia Bolívar Aróstegui es considerada una figura esencial en el ámbito literario de la Isla. Su trayectoria como investigadora y autora de importantes textos, útiles para la comprensión de quiénes somos como nación, han sido algunos de sus legados a la cultura cubana.

Fotografías tomadas durante el rodaje del documental que lleva su nombre.
Foto: Cortesía de Ernesto Daranas

 

Actualmente enfrascada en el proceso de redactar sus memorias o autobiografía —ayudada por dos de sus hijas—, Natalia nos va develando aspectos de su vida, a través de este documental realizado por el director Ernesto Daranas.

El principal reto para la concepción de Natalia ha sido lograr contar su vida, intensa y amplia. Auxiliado del propio proceso de grabación de las conversaciones familiares que ocupan las jornadas en su casa, Daranas se ha servido de estos diálogos para exponer su espacio íntimo: los amigos, las conversaciones con una taza de café, los encuentros con el mar y con su mundo espiritual.

 

Según sus propias palabras: “Yo no sabía cómo aproximarme a una existencia que tiene el riesgo de lo inconmensurable…”, porque durante su vida Natalia ha estado vinculada al Directorio Revolucionario, al trabajo en instituciones como el Museo Nacional de Bellas Artes, en la escritura de libros de mucho valor para la literatura, la cultura y la sociedad cubanas: Los Orishas en Cuba, para poner un solo ejemplo.

Natalia es y ha sido muchas Natalia(s). Y ese desdoblamiento es lo que la hace un personaje muy atrayente para contar su historia. Una larga vida llena de recuerdos, de figuras, de momentos…, y este material viene a cumplir una función como prólogo o epílogo de una obra mayor. Porque cada una de las etapas referidas requiere de un análisis mayor, y Daranas ha logrado convocarnos a este proceso escritural y espiritual —como le gusta decir a ella— de escribir su autobiografía.

La primera presentación de Natalia tuvo lugar este martes 20 de agosto en el cine 23 y 12, sede de la Cinemateca de Cuba y el espacio resultó pequeño para tantos amigos, muchos querían ver en imágenes la vida de una cubana que es heredera de la rica tradición cultural de la nación. Ha sido tanta la repercusión, fueron tantos los que no pudieron entrar o los que se sentaron en cualquier esquina a disfrutar de este material, que el próximo martes 27 de agosto, a las 6:00 p.m., Natalia tendrá otra presentación especial en el propio cine 23 y 12.

En la presentación, Luciano Castillo, director de la Cinemateca de Cuba, se refirió a esta obra que logra emocionarnos por la manera en que el realizador ha proyectado la figura de Natalia, donde nos pone ante la circunstancia de reflejar algunos de los momentos de su vida.

Por su parte, Daranas agradeció a los presentes, al equipo de trabajo, a la Cinemateca de Cuba, al Icaic, a las hijas de Natalia y especialmente a ella.

“La vida de Natalia fue de muchas facetas. Sin embargo, ella está trabajando en su autobiografía con la ayuda de sus hijas, y esos fueron los momentos que aproveché. Simplemente lo que verán es casi un acto de voyeurismo”, dijo Daranas.

 

Una de las virtudes de la realización es su sinceridad, que se muestra en cada espacio de la casa, en esas conversaciones con amigos como el editor y narrador Reynaldo González, las tardes de lluvia y el refugio que significa para cada uno de nosotros ese lugar sagrado que es la casa. Y mostrarla viva en el acto del primer café de la mañana, en la ceremonia espiritual, en el acto de ir a contemplar el mar, o de llegarse hasta esos bancos sagrados frente a obras de nuestro arsenal visual como es la obra Relación, de Tomás Sánchez en el Museo Nacional de Bellas Artes.

 

“Me sentiré muy contento si esto sirve de prólogo para esa obra mayor, que será su autobiografía”, aseguró Daranas, de tal manera que Natalia es el avance de todo lo que vendrá escrito en esa obra, donde podremos captar las esencias de una vida, pero de las muchas Natalia(s) que la habitan.