Ya tenemos ganadores: Premio Literario Casa de las Américas 2019

Dayma Crespo Zaporta
1/2/2019

En la noche del jueves 31 de enero fue entregado el Premio Literario Casa de las Américas en su edición número 60, en las categorías de Novela, Poesía, Ensayo Histórico-Social, Literatura para niños y jóvenes, Literatura brasileña y Estudios sobre latinos en los Estados Unidos.

Entrega del Premio Literario Casa de las Américas en su edición número 60. Foto: Beatriz Albert/Cubadebate
 

El jurado en la categoría de Novela estuvo conformado por el cubano Eduardo del Llano, la francesa Anne Marie Metailié, la chilena Lina Meruane, el mexicano Adrián Curiel Rivera y el argentino Víctor Goldgel. La obra premiada se titula La ruta, del argentino Eduardo F. Varela. Se trata de una mirada resignificante a la Patagonia argentina. A decir de Eduardo del Llano: “Desde la cabina de su camión, un enigmático saxofonista que recorre caminos secundarios esquivando a la policía, entreteje su soledad con lo inabarcable del paisaje y se enfrenta a una serie de situaciones tan asombrosas y hostiles como la geografía que lo circunda”. Además, recibieron menciones especiales La noche en la que nos encontró El Pasado, de Roberto Montaña (Uruguay) y La vida cosida, de Juan Pablo Morales (Argentina).

En Poesía, tuvieron la misión de ser jurados Aurea María Sotomayor (Puerto Rico), Raúl Vallejo (Ecuador) y Soleida Ríos (Cuba). El premio fue para el poemario Yaraví para cantar bajo los cielos del norte (biografía no autorizada de un Banksy sudamericano), de Juan José Rodinás (Ecuador). La poeta Soleida Ríos expresó con respecto a la obra: “El poemario está construido sobre el marco de una voz cuya angustia se contrapuntea con la reflexión sobre la acción de mirar: una desconstrucción en movimiento perpetuo donde la inteligencia y la lucidez resultan en una realidad saturada de fantasía e impregnada de una desintegración luminosa”. Sin dudas, se trata de una mirada novedosa, el uso de la poesía en función del street art, muestra del cambio de tiempos y la adecuación a ellos para el logro eficaz de buenas obras literarias.

Al venezolano Néstor Francia, Elissa L. Lister (República Dominicana) y el cubano Raúl Garcés correspondió dirimir como jurados del ensayo histórico social. Garcés planteó, a propósito de la obra premiada, Nuestro viaje a la luna. La idea de la transformación de la naturaleza en Cuba durante la Guerra Fría, del cubano Reinaldo Funes Monzote, lo siguiente:

(…) ofrece un aporte a la comprensión del proceso revolucionario abordando la historia desde un diálogo entre áreas del saber menos conocidas y difundidas, cuya aproximación interdisciplinaria al tema integra elementos de la geografía, la economía, la política, las ciencias aplicadas y la historia de las ciencias. Utiliza una significativa bibliografía actual y del período estudiado y visibiliza un conjunto de científicos y técnicos que contribuyeron a la construcción del proyecto revolucionario desde áreas relacionadas con la sustentabilidad económica, la soberanía alimentaria y el equilibrio ambiental.

En el acápite dedicado a los pequeños, o sea, categoría Literatura para niños y jóvenes, el jurado estuvo integrado por Elena Dreser (Argentina-México), Mario Picayo (Cuba-Estados Unidos) y Olga Marta Pérez (Cuba). el premio fue para Piel de noche, de Alexis Díaz Pimienta (Cuba). Sobre la obra ganadora, Olga Marta Pérez manifestó:

(…) una temática sensible con un alto sentido humano, consciente de la perspectiva de género y de la diversidad; porque, en manos de los pequeños lectores, los llevará a ser mejores personas, atendiendo a los valores que prevalecen en sus versos, y por tratarse de un poemario escrito de manera sencilla y directa que conserva la voz del niño, cuyo resultado es una obra tierna y conmovedora.

La primera mención fue para Melisa entre las hojas, de Martín Doria (Colombia). Asimismo, recibió mención el mexicano Joaquín Casasola con la obra En los zapatos de Elvis.

Entrega del Premio Literario Casa de las Américas 2019
 

En el apartado dedicado a la Literatura brasileña, el jurado estuvo compuesto por Isis Barra Costa, Luisa Geisler y José Luiz Passos. Este último expresó, con respecto a Por cima do mar, de Deborah Dornellas, la obra premiada: “narra una historia envolvente y relevante para el contexto brasileño y latinoamericano contemporáneo, que abarca temas como el racismo, el sexismo y la desigualdad, con originalidad y profundidad a través de la vida de su protagonista y de las mujeres negras que la precedieron”. Además, se otorgaron menciones honoríficas a Pequena música (poesía), de Adriana Lisboa; y Orelha lavada, infancia roubada (cuento), de Sandra Godinho.

El Premio de Estudios sobre Latinos en EE. UU. contó con Frances Aparicio (Puerto Rico-Estados Unidos), José Manuel Valenzuela (México), y Rubén G. Rumbaut Riera (Cuba-EE.UU.) como jurados. El premio fue para Indian Given. Racial Geographies across Mexico and the United States, de María Josefina Saldaña-Portillo (Estados Unidos). Uno de los mayores logros de esta obra es el trabajo ético y meticuloso con textos legales, literarios, fílmicos, crónicas coloniales y culturales; así como la puesta en diálogo de dichas fuentes. Asimismo, recibieron menciones honoríficas las obras Sugar, Cigars and Revolution: The Making of Cuban New York, de Lisandro Pérez (Cuba-Estados Unidos); y Latino Mass Mobilization. Inmigration, Racialization and Activism, de Chris Zepeda-Millán (Estados Unidos).

Igualmente, fueron entregados los premios honoríficos que cada año entrega Casa. Así el Premio de Poesía José Lezama fue para José María Memet (Chile), con la obra Meli Witran Mapu. Tierra de los cuatro lugares. El Premio de ensayo Ezequiel Martínez Estrada se le otorgó a la obra ¡Saoco salsero! o el swing del Sonero Mayor. Sociología urbana de la memoria del ritmo, de Ángel G. Quintero-Rivera (Puerto Rico). Y por último, el José María Arguedas de Narrativa lo mereció El diablo de las provincias, del colombiano Juan Cárdenas.

Cada año el Premio Literario Casa de las Américas da fe de la calidad creativa del continente y abre las puertas a una nueva edición, donde el reto es mayor dada la alta expectativa dejada por los ganadores precedentes. Constituye una plataforma ideal para la promoción de escritores de valía y una oportunidad de visibilización dentro del universo literario.