Me disculpo si los ofendo con mis palabras y mi sinceridad; por ser de los cubanos que bajo ningún pretexto agrede a la patria, que es madre y pueblo para mí.

Me disculpo por sentir gratitud al haber estudiado una carrera de Química y otra de Artes Plásticas; por reconocer y agradecer que a mi familia y a mí en varias ocasiones nos han salvado la vida nuestros médicos. Me disculpo porque todo esto ha sido gratuito.

Me disculpo por tener (también) grandes amigos que no piensan como yo, pero aun así me respetan, pues bien saben que siguen siendo mis hermanos de vida. Me disculpo por estar dispuesto a ayudarlos siempre que me necesiten.

Me disculpo por rendir tributo a mis ancestros y no permitir que su legado se pierda; por preferir defender a mi país que rendir culto al dinero y a la fama.

“Me disculpo por ser un hombre consecuente y fiel a los valores que me inculcaron mis abuelos, los más grandes
y puros de la humanidad”. Foto: Tomada de Pixabay

Me disculpo por ser patriota, por expresar mis ideas aquí y en otras tierras, aun cuando estas no sean compartidas.

Me disculpo también por haber dicho a los dirigentes de este país lo que creo que está mal y debe ser cambiado.

Me disculpo por no tener carro ni lujos, y por destinar mis recursos a ayudar a los más desfavorecidos.

Me disculpo por haber recorrido mi isla antes de recorrer el mundo.

Me disculpo por sentirme orgulloso de ser cubano.

Me disculpo por no apoyar bajo ningún concepto a personas que desean que reine el caos en mi barrio, intervención militar, guerra, bombas, muerte…

Me disculpo por no sentir odio hacia esos que prefieren que mueran sus amigos, o los hijos de sus amigos, o los amigos de sus amigos, antes de apoyar a la tierra que los vio nacer. Me disculpo en nombre de ellos, por tanto odio, por tanta enajenación, por tanto desamor.

“Me disculpo por sentirme orgulloso de ser cubano”.

Me disculpo por estar dispuesto a dar la vida para cuidar y defender a mi familia, a su familia, a la familia de sus amigos, a la familia de los amigos de mis amigos.

Me disculpo por ser un hombre consecuente y fiel a los valores que me inculcaron mis abuelos, los más grandes y puros de la humanidad.

Sepan que me disculpo porque no me arrepiento.

¡Patria o muerte! ¡Venceremos!

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