Desde su fundación, 75 años atrás, el hoy Ballet Nacional de Cuba tuvo entre sus principales objetivos la creación de un centro formador de bailarines nacionales —que tuvo sucursales en varias ciudades de la Isla—, y hacer extensivos sus espectáculos, de forma masiva, a lo largo y ancho del país. Antecedentes de sus trabajos en esos campos fueron la creación, en 1950, de la Academia de Ballet Alicia Alonso, a quien correspondió la tarea de descubrir vocaciones y talentos y gestar el fenómeno artístico-pedagógico hoy mundialmente reconocido como la Escuela Cubana de Ballet.

“La danza no solo enseña disciplina, gracia y perseverancia, también conecta corazones y trasciende barreras culturales”.

De forma paralela estuvo la realización de una fructífera labor de difusión masiva del arte del ballet en todos los sectores de la nación, mediante Cursos de Verano y espectáculos masivos en estadios, anfiteatros y plazas públicas. Esa histórica labor, realizada sin apoyo oficial alguno en el periodo de 1948-1959, logró consolidar sus objetivos tras el triunfo de la Revolución el primero de enero de 1959. En la Ley 812 del Gobierno Revolucionario firmada el 20 de mayo de 1960 por el Comandante Fidel Castro, entonces Primer Ministro, se hizo un reconocimiento al histórico batallar de Alicia y Fernando Alonso al afirmar que: “El ballet constituye, sin duda alguna, una de las más elevadas y hermosas manifestaciones artísticas, que cuenta ya con tradición en nuestro país debido al esfuerzo realizado por instituciones privadas, principalmente el Ballet de Cuba que, a través de largos años de paciente y tesonera labor, ha logrado mantener el culto y la afición por la danza”.

Los logros de nuestro ballet se han hecho extensivos a través de los Cursos Prácticos Internacionales de la Escuela Cubana de Ballet.

Consecuente con esos objetivos, en 1961 la Academia de Ballet Alicia Alonso puso su rica experiencia en la creación de la Escuela Nacional de Ballet y en la red de planteles que en todo el país han tenido desde entonces la responsabilidad de preservar tan valioso legado pedagógico.

Los logros de nuestro ballet se han hecho extensivos a través de los Cursos Prácticos Internacionales de la Escuela Cubana de Ballet, conocidos como CUBALLET, bajo los auspicios del Departamento de Docencia Especializada del Ballet Nacional de Cuba, los que a partir de su creación en 1982, han compartido experiencias en el ámbito de la pedagogía del ballet con alumnos y especialistas de numerosas partes del mundo.

Posteriormente surgió la Cátedra de Danza, que ha hecho llegar la metodología cubana del ballet a amplios sectores del país y que anualmente auspicia su Taller Internacional de Verano, que permite una confrontación de experiencias con alumnos y especialistas extranjeros. Este año, entre el 11 de julio y el 5 de agosto, se dieron cita en La Habana más de 150 estudiantes, bailarines y profesores procedentes de países como Bolivia, Colombia, España, Estados Unidos, México, Puerto Rico y Cuba, entre otros, los cuales recibieron un amplio programa pedagógico que incluyó clases de técnica, dúo clásico, clases magistrales así como conferencias y seminarios sobre la metodología de la enseñanza del ballet, acordes a la técnica, la ética y la estética de la Escuela Cubana de Ballet. El curso intensivo, dirigido a estudiantes y jóvenes bailarines con edades comprendidas entre 13 y 29 años incluyó un programa de entrenamiento profesional y un programa pre-profesional.

“Cada paso, cada movimiento fue una manifestación de dedicación por el arte del ballet”.

La Gala de Clausura, coreografiada por el maestro Alberto Méndez, tuvo lugar en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba e incluyó un desfile, una clase demostrativa, variaciones y una suite del ballet Coppelia.

En sus palabras de clausura la profesora Mercedes Beltrán, coordinadora artístico-pedagógica del evento expresó:

En nombre de la dirección del Ballet Nacional de Cuba y de todo el equipo técnico, administrativo y docente de este curso intensivo deseo transmitirles el enorme placer que hemos sentido por haber compartido juntos estas edificantes jornadas de trabajo. Fueron días intensos y de mucho aprendizaje, semanas de mucho esfuerzo y es el esfuerzo lo que hace la diferencia. Él está marcando una verdadera diferencia en la vida de estos niños y jóvenes al darles esta oportunidad de expresarse a través de la danza y ampliar sus conocimientos con la técnica, el estilo y las características de interpretación del método de la enseñanza de la Escuela Cubana de Ballet, que posee características propias y es afín al biotipo físico del latinoamericano. Estamos orgullosos al ver el empeño y el talento de los participantes, cada paso, cada movimiento fue una manifestación de dedicación por el arte del ballet. Ha sido, una vez más, nuestra principal motivación en estos días, reafirman nuestra seguridad de que este Taller ha servido para fortalecer el intercambio cultural y muy especialmente la dedicación de los profesores y pianistas. Fue un aspecto fundamental para proporcionar esa inmersión de conocimiento, con maestría demostraron a los estudiantes la riqueza de la cultura universal que representa nuestra Escuela Cubana de Ballet al ver los resultados hoy alcanzados en nuestros participantes. La danza no solo enseña disciplina, gracia y perseverancia, también conecta corazones y trasciende barreras culturales… Nuestra reverencia a los padres y familiares que han sido los verdaderos apoyadores de nuestro propósito y nos permiten llevar la magia del ballet a un nuevo escalón. A los estudiantes les decimos que sean protagonistas de sus sueños y los instamos con dedicación, pasión y esfuerzo para alcanzar una carrera brillante.

Al cerrarse las cortinas, la nueva cita quedó abierta para el Taller de Verano del 2024.