Habitado mayoritariamente por afrodescendientes, el Callejón de Hamel devino escenario ideal para la clausura de la primera Jornada que se celebró en Cuba con motivo del Día de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora. “Ha sido una semana histórica, de intenso trabajo, de fructíferos intercambios. Días que permitieron consolidar la unidad, de dar a conocer cuánto hemos avanzado y cuanto nos falta aún por andar. Una semana que trascenderá en el tiempo por sus resultados que ya comienzan a apreciarse”, dijo en exclusiva Yulexis Almeida Junco, académica y activista en temas de género y razas.

“Ha sido una semana histórica, de intenso trabajo, de fructíferos intercambios. Días que permitieron consolidar la unidad, de dar a conocer cuánto hemos avanzado y cuanto nos falta aún por andar”.

Desde el 18 y hasta el 25 de julio sesionó en La Habana la Jornada por el Día de la Mujer Afrolatina y Afrocaribeña, demostrativa de las conquistas alcanzadas por las mujeres negras y mestizas en nuestra nación. Entre las actividades más relevantes desarrolladas en el contexto de este evento, que puso a prueba las iniciativas, capacidad de convocatoria y organizativas de alrededor de un centenar de mujeres capitalinas, Almeida Junco destacó la realización de un panel muy importante en la Casa de África, que fue honrado con la presencia de la Embajadora de Haití y la de la República del Congo, además de una funcionaria de la Embajada de Burkina Faso.

“Realizamos una exposición de pintura y fotografía que nucleó un grupo significativo de mujeres dedicadas a estas artes. También la celebración de un coloquio que, en mi opinión, fue uno de los momentos más relevantes de la Jornada, porque durante su desarrollo se dieron a conocer los resultados de diferentes investigaciones sobre esta temática. Fue un rico intercambio de saberes por la gran diversidad de los trabajos presentados a título personal o por equipos, casi todos pertenecientes a instituciones y centros investigativos.

“Tuvimos igualmente nuestro concierto —efectuado en el cine Chaplin— que nos dio la oportunidad de presentar numerosos proyectos artísticos que desde el arte dan fe de su lucha por los derechos de las mujeres afrolatinas, afrocaribeñas y también, por qué no, afrocubanas.

Imagen: La Jiribilla

“Para la historia queda de la misma manera la macroferia realizada en la Casa del Alba Cultural, que se distinguió, además de la amplia representación de mujeres, por la asistencia de una veintena de niños.

“Y, por supuesto, no faltaron en el programa de esa gran fiesta que fue nuestro evento, las actividades en barrios apartados de la capital y considerados vulnerables, como La Güinera, donde se efectuó un Festival de turbantes. Una iniciativa de las federadas de esa comunidad.

“Asimismo nos dio una calurosa acogida el barrio de Los Sitos con su atractivo proyecto Quisicuaba y la Casa de Cultura de Centro Habana, por solo citar algunos ejemplos”

¿Qué saldos deja la celebración de esta primera Jornada dedicada a reverenciar el legado de la intelectual cubana Georgina Herrera y de otras muchas valiosas mujeres que dejaron su impronta en la historia y la cultura nacional?

Nos deja saldos muy positivos. Fuimos capaces de crear una articulación, ese es a mi juicio el mayor resultado. Esa articulación que surgió en el mismo quehacer de la Jornada, para hacer algo en común. Y ahora lo que nos queda es el desafío de qué va a pasar en adelante. En qué se va a convertir esa articulación.

Conocimos por primera vez de importantes y diversos proyectos creados en función de lo que tenemos que trabajar todavía a favor de la justicia social de las mujeres negras y mestizas, así como también de las conquistas alcanzadas, de cuanto hemos avanzado en ese sentido.

“Sobre la marcha se fueron sumando mujeres con ideas grandiosas, con proyectos hermosos”.

Dentro del activismo fue una magnifica experiencia de trabajo lograda a través de alianzas con instituciones del gobierno y muchas instituciones culturales, que nos dieron su apoyo incondicional e inmediato aun cuando no llegamos a tocar a sus puertas.

A decir verdad no esperábamos la dimensión que adquirió esta Jornada, sobre todo si tenemos en cuenta los escasos recursos con que contábamos y el poco tiempo con que la organizamos, en solo dos meses. Pero sobre la marcha se fueron sumando mujeres con ideas grandiosas, con proyectos hermosos.

Esta Jornada ha consolidado la unidad, ha hecho posible el reconocimiento y la visibilidad a nivel de país de todo lo que hemos hecho y hacemos. Hoy es, en efecto, su último día. Sin embargo, como este es uno de esos tipos de eventos que llegaron para quedarse, antes de arribar a esta clausura ya comenzamos a planificar el segundo encuentro, sostenido en la certeza de que hay muchas mujeres por sumar, mucho por reconocer y mucho todavía por debatir.