“La danza vive en los cuerpos”

Rubén Ricardo Infante
28/1/2020

Cada temporada resulta un momento oportuno para revisitarse y también para estrenar una obra que integre el repertorio de la compañía Acosta Danza. Con el inicio de un nuevo año, la agrupación presenta la temporada decimocuarta, continuidad con el trabajo desplegado hasta el momento y también espacio para la experimentación de nuevas ideas en torno al trabajo con los cuerpos, principal molde para la creación escénica.

Carlos Acosta, director de la compañía Acosta Danza. Foto: Internet
 

En las palabras al programa, escribió Carlos Acosta: “Esta temporada queremos distinguirla por el trabajo que hacen los artistas de la danza con sus cuerpos, la herramienta fundamental del que baila: su pincel, su guitarra, su cincel y su piedra”.

Cinco obras integran este programa, que comenzó el pasado 24 de enero y continuará durante el próximo fin de semana: Cruce sobre el Niágara, Impronta, Cor, Soledad y Mundo interpretado.

Aunque se aprecian diferencias en cada una de ellas, un denominador común resulta el esmerado trabajo con el cuerpo de los integrantes de esta joven compañía. Desde ese objetivo revisitan en su propio repertorio y conciben nuevas piezas que integrarán el legado de la agrupación a la danza cubana contemporánea.

Puesta en escena de la obra Cor. Foto: Del autor
 

El sistemático proceso de creación que vive la compañía hace que coreógrafos de diferentes latitudes y estéticas monten piezas para ser representadas en los escenarios cubanos e internacionales donde se presenta Acosta Danza.

Retomar una obra como Cruce… requiere de un acertado proceso de montaje, pues el antecedente cubano es la concepción de la misma por Danza Contemporánea de Cuba en 1987 y es importante que la creación de Marianela Boán permanezca en la fijeza del tiempo, en la coronación de ese espíritu que la misma pieza resume.

Cada obra en su independencia marca un sentido con respecto a la que le sigue, por esa razón, el programa de esta temporada resulta variado en el acercamiento desde las artes escénicas a la vinculación entre las artes. Esa necesidad de revisitar Cruce… motiva a una interacción con la música y las artes visuales como lenguajes propios que permiten las interconexiones semánticas.

Mientras que Impronta (María Rovira) es la búsqueda de ese espacio interior, donde se mezcla la cultura y las razas. Guarda el arsenal de la cultura cubana en su devenir, la esencia de la nación se alimenta de ese proceso de mestizaje. No hay color más puro que esa mezcla auténtica y sagrada de nosotros mismos.

Temporada Cuerpos en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Foto: Tomada del sitio Cubanews
 

Un piano en escena, la música de Pepe Gavilondo, ya parte activa del trabajo musical para la compañía, ahora con una obra Coral que integra la fuerza del Corazón, del Coraje y así se hace escuchar su Coro cuando Corea: “Por eso ahora, ya yo no vuelvo a querer…”

Totalmente sobria, quizás hasta un poco más reflexiva y/o profunda es Soledad. En ella, una pareja expresa lo salvaje que habita en ella, en la misma medida que muestra esos momentos de ternura o pasión que la desbordan. En la búsqueda del amor no hay definiciones, quizás lo más atractivo de esa búsqueda es la exploración, el contacto sensorial, la emoción, el descubrimiento…

Con toda intencionalidad, Mundo interpretado, es la pieza escogida para el cierre de este programa. La artista Glenda León y sus obras Cada flor es una forma del tiempo y Mundo interpretado, le han aportado al coreógrafo brasileño Juliano Nunes la conformación de un retrato de nosotros en el tiempo actual.

Puesta en escena de la obra Mundo interpretado. Foto: Del autor
 

El rejuego visual que establece la obra plástica con el montaje escénico le otorga a la misma una riqueza expresiva: desde la delicadeza de esas flores que cuelgan, el diseño de luces y la mirada hacia los cubanos como individuos.

Son cinco coordenadas las que nos propone Acosta Danza en esta temporada donde los cuerpos se moldean para asumir ese lenguaje vital que es la danza, esa fuerza que vive en los cuerpos y que los hacen más corpóreos, más humanos.