Duznel Zerquera: “La ciudad gastronómica es un proyecto de vida”

Elaine Caballero Sabugueiro
6/1/2020

Trinidad, la ciudad que a cada paso deslumbra por el excelente estado de su patrimonio, aspira a convertirse en ciudad gastronómica del mundo. Para concretar tal propósito, desde el 2018 la Oficina del Conservador de esa urbe junto con otras instituciones han organizado el Seminario Trinidad Gourmet, donde los sabores se convierten en protagonistas de cada encuentro con el arte culinario.

La ciudad de Trinidad deslumbra por el excelente estado de su patrimonio. Foto: Internet
 

“La ciudad gastronómica es un proyecto de vida”, confiesa el Conservador de Trinidad, Duznel Zerquera, a La Jiribilla, en el Primer Festival de Tradiciones Viñales Valle Vivo. “Se trata de una intención para retomar la culinaria, que aumenta el desarrollo local sostenido, porque imbrica a muchas personas que no tienen que ser profesionales, como el caso de la cocina de la abuela, o sea, los saberes más tradicionales que tenemos. Con eso se pueden desarrollar muchas dinámicas para el desarrollo local”.

Por esas razones, explica Duznel, “estamos apostando mucho por la gastronomía, declarada Patrimonio de la Nación Cubana. Esos saberes intensifican las economías creativas”.

En el empeño de obtener la condición de Ciudad Gastronómica del Mundo, este especialista considera como imprescindible dinamizar las formas de comercialización, el arraigo a la tierra dentro de los procesos de producción, siempre con una visión medioambiental, de carácter inclusivo y donde se tenga en cuenta el uso adecuado del combustible, entre otros aspectos necesarios para hacer de la comida una fuente saludable de nutrición y no solo un momento placentero para complacer el paladar.

“En estos momentos Trinidad tiene más de 98 restaurantes no estatales que intervienen en un patrimonio edificado, necesario de conservar. Ese diálogo queremos potenciarlo”.

Entre 2018 y 2019 recibieron dos declaratorias importantes de la Unesco: Ciudad Creativa del Mundo junto a La Habana y Ciudad Artesanal del Mundo. Sobre esta última, ¿cuán vistosa es la artesanía en las calles de Trinidad?

“El desarrollo de la artesanía viene históricamente, sobre todo en la lencería típica de Trinidad, la de mayor impacto hoy. También en la cerámica tenemos una importante evolución, tanto en la utilitaria como en la industrial, además de la herrería, la carpintería y otros saberes importantes”.

Conocer Trinidad es un placer irresistible para aquellos que buscan una conexión directa con la historia de Cuba.
Foto: Modesto Gutiérrez Cabo / Periódico Escambray

 

Con el auge del turismo ocurrió un cambio fundamental: Trinidad transitó de ciudad doméstica a una ciudad de servicio. ¿Cómo se expresa esa transformación?

“La declaratoria de Patrimonio Mundial establece que la comunidad internacional tiene derecho a disfrutar de ese patrimonio universal. Por tanto, el turismo es un elemento de enlace de ese fenómeno. A partir de ahí hay que tomar todas las precauciones para que se mantenga la autenticidad de los bienes, pero sin detener el desarrollo turístico porque si no, es imposible hacerlo.

“La ciudad es preciso manejarla para que mantenga su esencia, complemente sus funciones, pero que también brinde un servicio. El turismo viene a conocer, disfrutar, tomar y crear experiencias. Nosotros hemos tratado de que sean positivas con la protección del patrimonio, cuidando además la tipología de la arquitectura y sobre todo mantener una ciudad viva, que cuide sus tradiciones locales. Siempre pensamos que la arquitectura es el contenedor de quienes la habitan y si las personas cambian, pues la arquitectura indudablemente va a sufrir transformaciones. Trabajamos mucho sobre el ser humano, nuestro principal patrimonio, así como su cultura y autenticidad”.

En otras palabras: conocer Trinidad, desandar por el Valle de los Ingenios, es un placer irresistible para aquellos que buscan una conexión directa con la historia de Cuba. Entrar en las venas de la ciudad, llena de irregularidades por su morfología, es como viajar a la época colonial, con el acierto de encontrar en buena parte de sus casas, verdaderas reliquias preservadas que han obtenido premios de restauración internacional. El visitante muchas veces no imagina que esa ciudad de la Mayor de las Antillas, tiene tanto que mostrar al mundo.