Conversar con Yasmani Castro Caballero es como ir al encuentro de una fuente inagotable de saberes adquiridos mediante acuciosas investigaciones.

Aunque es oriundo de Santiago de Cuba, asegura que se considera más bien “ciudadano cubano, porque frecuentemente viajo por toda la Isla aprendiendo de las personas, conociendo sus costumbres, buscando historias escondidas a veces en los sitios más intrincados de cualquier barrio, de cualquier región del país”.

“Un sueño que mantengo de manera permanente: continuar trabajando a favor y en defensa, a ultranza si fuera preciso, de las raíces de la cultura cubana”.

Correspondiendo a una invitación del Comité Organizador del VI Encuentro Internacional de Jóvenes Promotores de la Poesía, visita por estos días nuestra capital.

En este evento, como en el encuentro internacional de jóvenes escritores de Iberoamérica y el Caribe, que se realizará a partir del 15 de febrero, igualmente en el contexto de la edición 31 de la Feria Internacional del Libro, Castro Caballero participará en “…dos paneles. El primero acerca del incalculable valor de la herencia cultural que nos legara Rogelio Martínez Furé, a quien se dedica este VI encuentro. En el segundo, junto a otros investigadores debatiremos sobre la presencia de la africanía en la oralidad cubana.

“Es la segunda ocasión en que asisto a estos eventos, y los dos resultan de gran provecho. Durante su desarrollo se produce un intercambio verdaderamente enriquecedor entre todos los participantes. Aprendemos no solo de los investigadores, poetas y escritores cubanos, sino también, y sobre todo, de los invitados extranjeros, gracias al carácter internacional de estos encuentros, que me permiten asimismo conocer otras formas de ver y asumir la vida”.

Además de sus magistrales intervenciones en ambos paneles, “lo más interesante de mi presencia en La Habana es la inauguración de una exposición conformada con títulos de Ediciones El Puente”.

La muestra, integrada por treinta piezas, entre textos, cartas y fotografías, se exhibirá en la Casa de la Poesía, en el Liceo Artístico Literario de La Habana, durante todo el mes de febrero. “Concebí esta exposición junto al ilustrador, coleccionista y diseñador Yoan Rivero. Y es resultado de una intensa búsqueda, de un arduo trabajo de arqueología bibliográfica que nos permitió encontrar, con excepción de cinco, las publicaciones realizadas por El Puente.

“Consideramos que es este el primer homenaje público que se le hace a El Puente después de su desaparición en los años sesenta. A ese grupo pertenecieron, entre otros muchos intelectuales, Rogelio Martínez Furé, Nancy Morejón, Gerardo Fulleda, Eugenio Hernández Espinosa, Miguel Barnet, Georgina Herrera, cuyas destacadas labores los han hecho acreedores de premios nacionales. Justamente muchas fotografías, cartas y objetos que mostramos en la exposición fueron aportados por algunos de ellos”.

¿Cuáles fueron los motivos que te condujeron a emprender esta investigación y, por consiguiente, esta exposición?

Durante un largo período de tiempo escuché a varias personas hablar de El Puente, de la generación que lo integró. Movido por la curiosidad, decidí investigar y encontré dos o tres artículos publicados escuetamente en algunos medios. La historia me interesó todavía más, y enseguida me percaté de que aquella era una parte de la literatura cubana, desarrollada en los primeros años del triunfo de la Revolución, bien poco o nada abordada, a pesar de su gran importancia y trascendencia.

A ello se sumó mi pasión por la investigación y la preservación de legados.

Descubrí igualmente que casi todos los intelectuales que escribieron para El Puente eran autores negros.

Yasmani Castro Caballero es licenciado en Educación, en la especialidad de Biología-Química. “Me gusta la docencia, afirma, pero mucho más escribir y reflejar en un audiovisual historias de vida que son resultado de mis investigaciones. Por eso hice una licenciatura en el Instituto Superior de Arte en dirección de cine, radio y televisión, y acabo de concluir una maestría sobre estudios cubanos y caribeños en la Universidad de Oriente”.

El Pabellón Cuba, como parte del programa de la Feria del Libro en la sede de la vanguardia artística joven cubana, acogerá, el 14 de febrero, el estreno del tercer documental de este joven realizador. “Titulé este documental Gente de campo. Es un material que tiene mucho que ver con la literatura, pues su presentación estará acompañada por una antología de poesía.

Como parte de la FILH 2023, el Pabellón Cuba acogerá, el 14 de febrero, el estreno de Gente de campo. Foto: Tomada del Perfil de Facebook del entrevistado

“Su preparación tuvo lugar en el contexto de la discusión y análisis del Código de las familias, y a partir de la importancia y alcance de este inclusivo proyecto preparé tres historias de vida: un hombre trans con una mujer, un hombre gay campesino y una mujer trans que es delegada del Poder Popular, en el municipio Jaruco, en la provincia de Mayabeque. A todos los une el sentido de la familia que han construido o aspiran a crear y el afán de hacer por los demás, más allá de lo que puedan pensar o decir las personas que los rodean. Sus protagonistas son campesinos, gente de campo acostumbrada a largas y duras faenas”.

Para su primer audiovisual, Castro Caballero reservó el título Mujer en dos tiempos. En él abordó “la historia de vida de dos grandes mujeres muy vinculadas a la historia de Santiago de Cuba, aunque vivieron en diferentes épocas. Una es Bertha Armiñán, fundadora del Conjunto Folclórico de Oriente, y la otra es Ana María Blanco Agüero, creadora del Guiñol, ambas instituciones creadas en 1959. Las dos narran sus vidas a través de su obra creativa.

“El segundo fue realizado por una solicitud de la Casa del Caribe y un grupo de religiosos santiagueros. Lo concebí como un merecido homenaje a Bienvenido Lorenzo, quien fuera durante décadas el presidente de la Asociación Yoruba. De ahí su título: Oshun Junque, la raíz no muere”.

¿Cuáles son tus mayores sueños, o al menos los más inmediatos?

Sueño con que haya muchas personas sensibles capaces de amar y entender lo que realmente es la poesía, que a mi juicio es la forma sublime de la belleza convertida en palabras, la forma del amor escrita.

“Para todos los investigadores que nos hemos dedicado al estudio de nuestras raíces, de la afrodescendencia, del legado cultural de los africanos, Rogelio Martínez Furé es un referente obligado. Si bien el doctor Fernando Ortiz fue quien descubrió al negro, Lidia Cabrera estudió y demostró la religiosidad del negro, Furé fue quien sintetizó todos esos estudios y trazó el puente desde Cuba hasta África y desde África hasta Cuba. Por ello es uno de nuestros más grandes africanistas y uno de los más grandes sabios africanistas que hemos tenido. Su impronta ha quedado como investigador, músico, promotor, como creador de emblemáticas agrupaciones como el Conjunto Folclórico Nacional.

En su primer audiovisual, Mujer en dos tiempos, Castro Caballero abordó “la historia de vida de dos grandes mujeres muy vinculadas a la historia de Santiago de Cuba”. Foto: Tomada del Perfil de Facebook del entrevistado

“Entonces mi otro gran sueño es que algún día, ojalá cercano, al igual que existen las fundaciones Alejo Carpentier, Nicolás Guillén, Fernando Ortiz, se cree una que lleve el nombre de Furé. Solo así podremos conservar su legado, que además de vasto y diversificado, es tremendamente valioso.

“El sueño más inmediato es concluir un documental en el que trabajo de manera incansable por la importancia que en mi opinión reviste, principalmente para los jóvenes. Lleva por nombre Gente de color o una definición estúpida. Con él pretendo corregir un poco esa definición errónea y hasta estúpida que sostienen no pocas personas al referirse a los negros. Logré reunir a veinte jóvenes menores de treinta años, residentes en las tres regiones del país y que desempeñan distintas labores. Todos son negros y, a través de sus testimonios, demuestro cómo a pesar del color de su piel son muy exitosos en sus respectivos desempeños laborales, bien como chefs, bailarines, poetas, escritores. Y, amén de ser negros, han sido capaces de construir su propia felicidad, al tiempo que trabajan por su país, por el bienestar de su pueblo.

“Y, finalmente, un sueño que mantengo de manera permanente: continuar trabajando a favor y en defensa, a ultranza si fuera preciso, de las raíces de la cultura cubana”.

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