José Lezama Lima

Escritor, poeta y ensayista cubano. La Habana, 1910-1976. Sus ensayos son imaginativos, poéticos, abiertos y constituyen una recreación de textos y visiones. Promotor de revistas y cenáculos, supo congregar en torno suyo a poetas de la talla de Gastón Baquero, Cintio Vitier, Eliseo Diego, Virgilio Piñera y Octavio Smith, entre otros, creando la revista Orígenes. Su primer libro de poemas fue Muerte de Narciso (1937). Siguen, entre otras obras poéticas, todas influidas por el estilo rico en metáforas y lleno de distorsiones de Góngora, Enemigo rumor  (1941), Aventuras sigilosas;Dador (1960) y Fragmentos a su imán, publicado póstumamente en 1977, en las que sigue demostrando que la poesía es una aventura arriesgada. En 1966 publicó la novela Paradiso, donde confluye toda su trayectoria poética de carácter barroco, simbólico e iniciático. El protagonista, José Cemí, remite de inmediato al autor en su devenir externo e interno camino de su conversión en poeta. Lo cubano, con sus deformaciones verbales, desempeña un papel fundamental en la obra, como ocurre en su colección de ensayos La cantidad hechizada (1970). Oppiano Licario es una novela inconclusa, aparecida póstumamente en 1977, que desarrolla la figura del personaje que ya aparecía en Paradiso y de la que toma título.

Se muestra ahora el ángel de La Jiribilla

Asoma ahora el ángel nuestro, el llamado para la invocación final ángel de la Jiribilla. Igual, por lo menos, al ángel de Bética; superior a la lucha entre el ángel y el duende, en que este riega con niebla y con espíritu de lo errante las alas intermedias.

El patio morado

El paño morado de una prolongada tristeza colgaba de los largos patios, de las cámaras abullonadas que formaban el palacio del obispado. En el centro el gran patio cuadrado parecía inundado de amistosas sombras desde la muerte de Monseñor.

Se muestra ahora el ángel de La Jiribilla

Asoma ahora el ángel nuestro, el llamado para la invocación final ángel de la Jiribilla. Igual, por lo menos, al ángel de Bética; superior a la lucha entre el ángel y el duende, en que este riega con niebla y con espíritu de lo errante las alas intermedias.

Selección de poemas

Porque habito un susurro como un velamen, / una tierra donde el hielo es una reminiscencia, / el fuego no puede izar un pájaro / y quemarlo en una conversación de estilo calmo./ Aunque ese estilo no me dicte un sollozo / y un brinco tenue me deje vivir malhumorado,/ no he de reconocer la inútil marcha / de una máscara flotando donde yo no pueda, / donde yo no pueda transportar el picapedrero o el picaporte / a los museos donde se empapelan asesinatos / mientras los visitadores señalan la ardilla / que con el rabo se ajusta las medias.