Después de una jornada llena de buenas exhibiciones, aún quedan muchas sorpresas por parte del Festival Orizzonti: Italia-Cuba, el cual propone para esta próxima semana (del 9 al 13 de julio) mantener una cartelera que se destaca por su calidad, entretenimiento y diversidad. Los tres cines sedes del evento (23 y 12, Charles Chaplin y Acapulco) están organizados para ofrecer la mejor de las experiencias y siempre estar a favor de la comodidad del gran púbico, posibilitando que este tenga facilidad de horario con tal de que no se pierda ningún título, debido a la rotación existente en el diseño del programa cinematográfico.
Orizzonti vuelve a la capital con la visión que le ha caracterizado desde la realización de su primera muestra en el año 2022, la cual está sustentada por la proyección del mejor cine italiano de todos los tiempos, mientras crea un espacio para homenajear a los grandes realizadores y artistas del medio en dicho país. Además, tiene por línea mantener y fortalecer un vínculo cultural entre ambas naciones a través del séptimo arte, puente que habla todos los idiomas y transmite todas las emociones.
La veintena de películas que componen esta cuarta edición es variada, al contar con la presencia en cada tanda de largometrajes y cortometrajes que difieren entre sí en cuanto a formato y género, como también una serie de documentales especialmente colocados para generar reflexiones en el espectador, ya sean de corte biográfico o social-contemporáneo. Sin embargo, y mirando los filmes de ficción, estos tienen un especial lugar en la cartelera, ya que mantienen una pluralidad temática concebida para el gusto particular de los espectadores.

Se puede tomar por ejemplo la cinta francesa-italiana Parikrama (2023) del director Goutam Ghose (Travesía, The Voyage Beyond, Boundless), la cual se posiciona sobre los deseos de un director de cine que busca filmar un documental en la India, específicamente de la ceremonia-ritual de los peregrinos en el río Narmada, de connotaciones sagradas. En esa misión contacta con Lala, un niño hindú que le cambia el curso de la vida.
El drama de Ghose, adaptación de la novela Lala del escritor Sergio Scapagnini, está construido desde una mirada intimista del deseo del hombre como ser íntegro, en particular del intelectual que ansía conocer mientras construye, el que explora, a la vez que repara sobre el lugar que le rodea, su contexto actual para (re)conocerse, teniendo en cuenta su relación con el otro, concepto filosófico que sobredimensiona la propia visión de ser.

En esta línea hay varias películas en el Festival que indagan sobre la condición humana y su capacidad de adaptarse a los tiempos, sean cuales sean. Una de ellas en particular coloca a la vida como centro de todos los cambios y esperanzas. La biografía de Antonio Ligabue queda retratada en el filme Volevo Nascondermi (La vida solitaria de Antonio Ligabue, 2020), pero, vista con una lupa que indaga sobre la soledad y la tristeza como estados o sentimientos inseparables de la vida del hombre. No obstante, de entre estos descuella la pasión por el arte tal cual herramienta de sanación.
Sucede que Giorgio Dirriti (Lubo, I´uomo che verrá, Il vento fa il suo giro), director de la cinta en cuestión, se posiciona justamente sobre un Ligabue (interpretado por Elio Germano) expulsado de Suiza y asentado en Italia en la extrema pobreza, que tiene como única arma a su favor la pintura. Cada dibujo, boceto o lienzo le sirve para crecer y liberarse de un mundo opresor.

Por otra parte, la presente edición de Orizzonti hace gala de una gran variedad de filmes históricos, que asumiendo otros géneros fuera de la estructura épica, narran capítulos de la historia italiana y/o fábulas universales. Un caso específico y poco usual de este género, que forma parte del programa, es el filme He visto a un Rey (Ho visto un Re, 2024). Su directora, Giorgia Farina (Amiche da morire, Guida romantica a posti perduti, Ho ucciso Napoleone), aprovecha la imaginación versátil de un niño para darle un vuelco a uno de los episodios más complejos de Italia. La comedia, basada en hechos reales, toma lugar en la época fascista italiana. Emilio (Marco Fiore) es un niño con mucha inventiva, lo que lo lleva a amigarse de un prisionero etíope, capturado por su padre Marcello (Edoardo Pesce) durante la Campaña de Etiopía en 1936. Esto lo lleva a observar su mundo desde otra perspectiva más allá de la crueldad habitual que le rodea.
Una vez más el Festival Orizzonti: Italia-Cuba promete dejar al gran público con muy buen sabor en este comienzo del verano. Su sello busca, no solo que el espectador cubano tenga una representación de cine italiano, sino que este amplíe su conocimiento sobre esa tierra gestora de grandes cineastas, celebridades y obras, mientras disfruta de una muestra pequeña en cuanto a tiempo, pero grande en diversidad, tradición e idiosincrasia.

