Los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo, el 26 de julio de 1953, marcan un momento de incuestionable trascendencia en la historia de la nación cubana por su definitiva libertad, soberanía e independencia. Aunque la acción, encabezada por Fidel Castro y los jóvenes de la Generación del Centenario, no logra su propósito de derrocar a la tiranía batistiana y edificar una nueva sociedad, señala el rumbo de las luchas de los cubanos de la segunda mitad del siglo XX hasta la victoria de enero de 1959.

Amplia y diversa es la bibliografía que, a lo largo del tiempo, se dedica, desde diversas miradas y enfoques, a investigar, analizar, indagar, reflexionar, sobre esta heroica gesta que también estremece la historia de los pueblos oprimidos de Nuestra América. Dentro de ese catálogo sobresalen varios libros relacionados con La historia me absolverá, el alegato de autodefensa pronunciado por Fidel, el 16 de octubre de 1953, en el juicio que la tiranía le sigue a él y a los moncadistas, por el asalto a ambas fortalezas del oriente de la isla.

“Quienes lleguen a estas páginas, ciertamente no se equivocan al pensar que esta obra (…) resulta una propuesta algo insólita, diferente, una verdadera rareza dentro del catálogo editorial insular de estos tiempos”.

El historiador Pedro Álvarez Tabío, al referirse a este documento, sintetiza así su importancia:

Manifiesto programático, acta de acusación y denuncia, alegato de justificación legal, moral, filosófica y política de la lucha revolucionaria contra la tiranía, La historia me absolverá es, por derecho propio, el documento raigal de la Revolución Cubana y uno de los textos principales en la historia del pensamiento político y la acción revolucionaria en Cuba y en América Latina.

Uno de los libros que se acerca, a partir de una novedosa perspectiva, a este alegato de autodefensa es La historia me absolverá. Decimario (Ediciones La Memoria, Colección Cuba y Puerto Rico Son, La Habana, 2013, 112 pp.), que firma el luchador independentista puertorriqueño Juan Camacho. Quienes lleguen a estas páginas, ciertamente no se equivocan al pensar que esta obra —de lectura amena, interesante, aleccionadora— resulta una propuesta algo insólita, diferente, una verdadera rareza dentro del catálogo editorial insular de estos tiempos.

“Conoce Juan Camacho que ‘La historia me absolverá no fue solo un alegato jurídico, sino sobre todo, un discurso político, pequeño en su exposición, pero grande en su contenido’”.

El propósito del autor es presentar La historia me absolverá en estrofas decimales y versos octosílabos, empresa nunca antes realizada, que logra llevar a cabo tanto por un profundo estudio del documento como por un hábil manejo de los recursos poéticos.

Juan Camacho abre así La historia me absolverá. Decimario:

Nunca un letrado ha tenido
difíciles condiciones,
ni acusado las sanciones
que ambos hemos sufrido.
De abogado no he podido
siquiera ver el sumario
de acusado, solitario
en una celda sombría
seis meses y cuatro días,
en un castigo arbitrario.

Solo alguien como el autor de este decimario, admirador de Cuba y dueño de una amplia cultura poética, puede enfrentar este ambicioso reto que permite al lector acercarse a un documento de indudable valor en la historia de la Revolución Cubana. Conoce Juan Camacho que “La historia me absolverá no fue solo un alegato jurídico, sino sobre todo, un discurso político, pequeño en su exposición, pero grande en su contenido. Incluyó las bases para desarrollar un programa socialista y se convirtió en vehículo idóneo para reagrupar y sumar adeptos para la futura lucha revolucionaria”.

Es este el fragmento final de este respetuoso homenaje al aguerrido alegato:

Sé que la cárcel es dura,
de amenazas y lamentos,
de cobarde ensañamiento
y de completa censura.
Mas nunca la dictadura
mi espíritu cejará,
ningún tirado podrá
doblegar a quien soporta.
Condenadme, no importa,
la Historia me absolverá.

Poeta, maestro, dirigente sindical y comunitario, incansable luchador por la independencia de su patria, Juan Camacho (Bayamón, Puerto Rico, 1947) es autor de otros libros, entre ellos Una década de décimas: Vieques, la nación y la libertad y Abelardo, ambos escritos en décimas. “Si la poesía, en tanto que arte, es libertad, como lo es, uno de los méritos de esta obra de Juan Camacho ─asegura el poeta y abogado puertorriqueño Luis Raúl Albaladejo─ es haber ejercido esa libertad a partir de un texto preestablecido sin que por ello su ejercicio creador sea menos libre”.

Con la publicación de La historia me absolverá. Decimario se enriquece la bibliografía que, desde hace décadas, se dedica a estudiar, investigar, analizar, un documento y una acción que señalan un viraje en la historia de la mayor de Las Antillas de la segunda mitad de la pasada centuria. Leer, o volver a leer, las páginas de este libro es también una manera de salvar la memoria, de engrandecer la historiografía de la nación, de rescatar el heroísmo de aquella epopeya que protagonizaron, el 26 de julio de 1953, Fidel y los jóvenes de la Generación del Centenario.