De tan solo pronunciar el nombre de Iván Soca se sabe que estamos haciendo referencia a uno de los más relevantes fotógrafos de nuestro país. Ahí están los testimonios gráficos de su personal acercamiento a figuras paradigmáticas de la cultura cubana como Juan Formell, Silvio Rodríguez y Santiago Feliú entre tantos otros, para entregarnos un compendio de fotos que hablan por sí mismas acerca de la exquisita sensibilidad que acompaña a este creador mayor de las artes visuales. Por tal motivo, desde el pasado mes de julio, la sede de los prestigiosos Estudios Abdala en la capital, acoge una exposición de obras de Soca, que no por el hecho de haber sido expuesta con anterioridad en diferentes eventos, deja nuevamente de impactarnos.

Si en esta ocasión el móvil que anima al fotógrafo no tiene como centro la presencia de ningún artista en específico, de todos modos, la temática de la música permanece como una constante habitual de su obra. Coincidiendo con el sexagésimo aniversario del grupo británico Pink Floyd, no hay otra banda sonora que se ajuste más a su propósito para apoyar el mensaje de dicha exposición. Pocas agrupaciones de la historia del rock se distinguen por matizar su música desde un singular rango de conceptualización de los problemas de nuestra existencia como lo ha hecho Pink Floyd, cuestionadoras reflexiones hechas canciones, de cuyos títulos Soca se ha apropiado para nombrar las fotos exhibidas.

Iván Soca, uno de los más relevantes fotógrafos de nuestro país. Foto: Tomada del Facebook del artista

Incluso hasta el nombre de la exposición lo toma de una canción de David Gilmour llamada “Out of the blue”, un emotivo acercamiento a la presencia de la nada como factor activo desencadenante en la evolución del ser humano.

En la inauguración, el público asistente a la exposición permanecía atento al performance realizado por el propio Soca, al ir colocando bloque a bloque para llegar a construir un muro simulado que taparía nuestro ángulo de visión sobre el guitarrista Rafael Berlanga en su ejecución de canciones de Pink Floyd, previamente seleccionadas por el DJ Iván Lejardi. Pero al mismo tiempo en los pasillos del estudio, se iban colocando los respectivos paneles con las fotos de la muestra.

No hay otra banda sonora que se ajuste más al propósito del artista para apoyar la exposición que la del grupo británico Pink Floyd. Foto: “In The Flesh”/Iván Soca

Nada más que de enfrentarnos a fotos como “On An Island”, “The Final Cut”, “In The Flesh” y “Shine On You Crazy Diamond”, se nos hace evidente la voluntad de Soca de establecer un paralelismo entre estas fotos y las canciones de Pink Floyd, aunadas por el mismo nivel de angustia que nos agobia en estos tiempos, esa que subyace en lo más hondo de nuestros sentimientos. No obstante, si el hecho de contactar con este conjunto de fotos nos llega a impregnar de una inquietante atmosfera de desolación y de abandono, nada más que contar con la pieza titulada “Out of the blue”, valida por si sola la razón de dicha exposición. Significa asistir a una revelación indiscutible de que el surrealismo no se manifiesta como un hecho aislado, sino que constituye un componente perceptible en nuestras vidas cotidianas.

Acerca del dramático impacto de esta enigmática alusión a la nada en “Out of the blue”, se pudiera redactar todo un tratado filosófico por las implicaciones que trae consigo cualquier nivel de análisis al respecto. Precisamente, semejante propuesta de Iván Soca nos confirma la evidencia de que detrás de este imprescindible velador por el legado visual de nuestros músicos, hay también una persona pendiente como profesional de las problemáticas existenciales del mundo en que vivimos.

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