La “avidez de la razón”, según Rafael Acosta De Arriba
Este jueves se presentó en la habanera Biblioteca Nacional de Cuba José Martí el libro Avidez de la razón, del reconocido intelectual cubano Rafael Acosta de Arriba (La Habana, 1953), ensayista, historiador y crítico de arte.
Avidez de la razón, de cerca de cuatrocientas páginas, constituye la primera compilación de textos literarios de su autoría y según Acosta de Arriba —en conversación exclusiva con La Jiribilla—, está “muy contento y satisfecho con el resultado desde el punto de vista de objeto libro”.
Los días finales de noviembre han sido de muchas emociones y felicidad para este incansable investigador que tiene en su haber una treintena de libros.
“He tenido la alegría sorpresiva y sorprendente porque fui seleccionado para ingresar en la Academia Cubana de la Lengua como Miembro de Número, con la letra F, que era la que correspondía al doctor Eusebio Leal, el recordado y querido historiador de La Habana. Es algo extraordinario y lo interpreto como un reconocimiento a mi trabajo escritural y los más de treinta años que llevo abordando distintos temas relacionados con la cultura cubana. Después de que los miembros de la Academia ejercieron su derecho a votación, quien me llamó, rodeado por los demás académicos, fue el escritor y amigo Leonardo Padura, para comunicarme la feliz noticia. Quedé sin palabras porque, sinceramente, no me lo esperaba”.

¿Cuál es el arco temporal de los textos compilados en Avidez de la razón?
“El texto más antiguo data de unos diecisiete años y hay otros muy recientes. En mi obra he tenido dos grandes temas: la historia y las artes visuales. En cuanto al primero, me he centrado en Carlos Manuel de Céspedes, su pensamiento, el independentismo del siglo XIX y la década de los sesenta del pasado siglo que la he estudiado bastante y he publicado sobre ella. En cuanto a artes visuales —en primer lugar—, me he enfocado en la fotografía y en el arte cubano en sentido general y en algunos artistas que puntualmente me han interesado.
“En cuanto a temas literarios, este es el primer volumen con los diferentes acercamientos a autores y temas, por ejemplo, a la obra de Octavio Paz, Cesar Vallejo, Max Aub, Cintio Vitier, Leonardo Padura y Pedro Juan Gutiérrez, entre otros. Incluí, además, trabajos en los que he hecho reseñas a escritores que presentan su primer libro porque me parece que hay que impulsar, ayudar, a los que se inician: así aparecen pasajes relacionados con los primeros libros de Ernesto Sierra, Modesto Milanés y Alejandro (Sender) Escobar Gómez. También hay acercamientos a las revistas Amnios —dedicada a la poesía— y la de la Biblioteca Nacional José Martí, así como a eventos como el Congreso Cultural de La Habana, de 1968. Todo está realizado desde un enfoque literario”.

Por los intelectuales que menciona, uno se percata que no solo son escritores cubanos y parece que el mexicano Octavio Paz es una recurrencia en tus estudios e investigaciones.
“Octavio Paz es un escritor, poeta y ensayista al que me acerqué a inicio de los años noventa y desde que comencé a leerlo no he podido desprenderme de él. Es un tipo de autor que escribe de una manera fabulosa, con un estilo muy propio que te agarra, te atrapa y, realmente, me he sumergido en su obra. Por ejemplo, el año pasado el libro Los signos en mutación —que es un análisis que realicé sobre la crítica de arte de Octavio Paz—, recibió el Premio de la Crítica Literaria que otorga el Instituto Cubano del Libro y fue presentado en la Feria de Guadalajara, en México. Es un libro que quiero mucho y, a la vez, es el que más trabajo me ha costado porque la obra de Paz es oceánica y es de un pensamiento complejo: intentar insertarme ahí me ha costado tremendo esfuerzo.
“Algo parecido me sucede con la obra el peruano César Vallejo. Hice un texto para un evento internacional realizado en La Habana en 2022, en Casa de las Américas, a propósito del centenario de Trilce. A ese evento asistió un grupo de reconocidos vallejianos y presenté una ponencia referida a cómo veo a Vallejo a partir de Trilce, que fue su segundo libro. Como se sabe su primer libro, Los heraldos negros, irrumpió en el escenario poético internacional con mucha fuerza. Pero Trilce fue un libro muy rompedor y la crítica se descolocó un poco ante él porque cuando se realiza una primera lectura, uno queda con una sensación medio extraña ante el tipo de poesía y sensibilidad de Vallejo. Sin dudas, Vallejo es un poeta descomunal dentro de la lengua castellana.
“En cuanto a temas literarios, este es el primer volumen con los diferentes acercamientos a autores y temas, por ejemplo, a la obra de Octavio Paz, Cesar Vallejo, Max Aub, Cintio Vitier, Leonardo Padura y Pedro Juan Gutiérrez, entre otros”.
“También en Avidez de la razón aparecen textos más recientes sobre, por ejemplo, la obra de Leonardo Padura —quizás el escritor cubano vivo más leído— y sobre Pedro Juan Gutiérrez —también muy leído— y que afortunadamente su obra ha comenzado a publicarse en Cuba porque en sus inicios hubo cierta reticencia debido a que el lenguaje de Pedro Juan es muy visceral y da un retrato muy crudo y agresivo del llamado período especial que sufrimos en Cuba en los años noventa.
“Quisiera agradecer de manera muy especial —por su desvelo sostenido por la cultura cubana y la solidaridad humana— a Soledad Pagliuca y a la Fundación que preside, la editorial norteamericana Nuevos Mundos. Igualmente, al sello editorial Bachiller por acoger el libro y darle su terminación. Esos apoyos han sido decisivos en la consecución de este sueño”.
Toda creación relativa a la poesía, literatura o artes visuales tiene un fin, un objetivo, ¿cuál considera que será la utilidad de este libro?, ¿para qué puede servir?
Es una buena pregunta. Creo que está escrito de manera tal que es accesible para los intelectuales, es decir, escritores, críticos literarios, narradores, poetas o sea gente que se mueve en el mundo de las letras, pero también para el neófito, para el curioso o el simple interesado en estos temas. Traté siempre de que estos ensayos se movieran en una cuerda intermedia que permitiera la lectura del crítico especializado y, también el lector común.
Esto es muy importante porque —en muchas ocasiones— el crítico en su interés de demostrar conocimientos se eleva tanto que hace que sus lectores pertenezcan a un círculo muy estrecho o que no sea comprendido lo expresado.
Eso sucedió con mucha frecuencia en la crítica de arte, por ejemplo, aunque considero que está resuelto. Hubo un momento que era imposible avanzar en la lectura de un texto: era como caminar descalzo sobre el arrecife porque se empleaban una cantidad de términos raros, una prosa alambicada y, al final, no sacabas nada bueno de la lectura. Al contrario, era agotador.
Usted se ha cuidado mucho de eso…
Cierto y creo que las lecturas de Octavio Paz me han ayudado mucho porque la prosa del mexicano es muy elegante, pero extremamente clara. Eso me ha auxiliado bastante porque hay que recordar que no provengo del mundo de la lingüística sino que soy de formación matemática y, en ese sentido, he tenido que trabajar doble (o triple).
“Traté siempre de que estos ensayos se movieran en una cuerda intermedia que permitiera la lectura del crítico especializado y, también el lector común”.
Ha trascendido que, en la venidera Feria Internacional del Libro de La Habana a efectuarse en febrero próximo, habrá novedades relacionadas con su quehacer. ¿Puede adelantar algo a nuestros lectores?
“Espero que para la Feria estén tres libros: Avidez de la razón,otro que no es exactamente mío, pero fui el compilador junto con Maykel Calviño, un joven crítico de arte, que se titula Temas de mitopoética cubanay contiene textos de Miguel Barnet, Yolanda Wood, Rinaldo Acosta, entre otros destacados autores, y que tiene que ver con el mundo mágico y las religiones de los taínos, que fueron los primeros pobladores de Cuba a la llegada de los colonizadores españoles. Ellos no fueron muy desarrollados culturalmente: eran alfareros, pescadores y agricultores elementales, sin embargo tenían un mundo mítico muy interesante y, justamente, ese libro aborda ese universo. Temas de mitopoética cubana, hasta el momento, solo saldrá en versión digital, aunque la Editorial Letras Cubanas, tiene la intención de hacer una edición impresa.
“El tercer libro sería la quinta edición de Los silencios quebrados de San Lorenzo, mi volumen de ensayos sobre el Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, que en esta nueva edición tendrá nueve textos más en relación con la cuarta edición que ya está totalmente agotada. Saldrá de nuevo bajo el sello Boloña, de la Oficina del Historiador, que es la editorial que se ha encargado de realizar cuatro de las cinco ediciones del libro”.

¿Cada edición incluye nuevos textos?
Exactamente. La cuarta edición —en comparación con la tercera— incluyó cinco nuevos textos y la quinta contará, como ya dije, con ¡nueve textos ¡inéditos!
¿Se sustituyen unos textos por otros en dependencia de cada nueva edición?
No. Es un libro como una sumatoria y esta quinta edición contará con unas cuatrocientas páginas. Por ejemplo, hay un texto que es un análisis de cómo José Martí vio a Carlos Manuel de Céspedes. Considero que era algo que faltaba en mi mirada cespediana: incorporar la percepción del Héroe Nacional Cubano en relación con el Padre de la Patria.

