Hoy, 27 de febrero, falleció en La Habana Tony Cañas, gran artista del maquillaje y personalidad de larga trayectoria en el Ballet Nacional de Cuba, donde comenzó a trabajar en 1964.

Antonio (Tony) Cañas nació en El Mariel, el 26 de noviembre de 1929. Su quehacer estuvo íntimamente ligado a la carrera de Alicia Alonso, de la cual fue maquillista desde 1965. El maestro solía recordar con emoción la primera vez que trabajó para la prima ballerina assoluta, en su caracterización del doble personaje de Odette-Odile, de El lago de los cisnes. Al evocar lo que le dijo entonces Alicia Alonso: “Quiero ser una lágrima en el II acto”, Tony Cañas expresó: “Me sentí inspirado por aquella imagen poética y hermosa, fue para mí una revelación de la grandeza del arte del ballet y de esta mujer”.

Experto de gran valía en su profesión, desarrolló también una intensa labor pedagógica, por la que obtuvo el reconocimiento y la admiración de varias generaciones de sus alumnos. Además de su actividad en el Ballet Nacional de Cuba, laboró para el Conjunto Dramático Nacional, el Conjunto Folklórico Nacional, Danza Nacional de Cuba, Teatro Estudio, el Teatro Musical de La Habana, la Ópera de Cuba y el Icaic.

Entre otras condecoraciones, poseía la Medalla Raúl Gómez García, la Distinción por la Cultura Nacional, la Medalla Alejo Carpentier y el Premio Anual del Gran Teatro de La Habana.

“Era un ser extraordinario con un inmenso arsenal de conocimientos”, expresó Viengsay Valdés.

Tony Cañas siempre será recordado por sus compañeros por su profesionalismo ejemplar, su afabilidad y buen humor. Viengsay Valdés, primera bailarina y directora del Ballet Nacional de Cuba, ha expresado a propósito de esta lamentable pérdida: “Toni fue un gran amigo. Tuve la inmensa suerte de que me iniciara en los roles principales con su maravillosa obra de caracterización de los personajes. Encontró en mi rostro los detalles a resaltar y así lo expresaba en su maquillaje. Confeccionó mis primeras coronas para El lago de los cisnes. Cuando viajaba con la compañía en giras internacionales, además de realizar su trabajo con Alicia Alonso, siempre tenía tiempo para ayudarnos a todos, primeras figuras, solistas e incluso a los miembros del cuerpo de baile, a prepararnos para la función. Y mientras nos maquillaba hablaba de temas positivos, siempre calmado y dulce. Era un ser extraordinario con un inmenso arsenal de conocimientos y una trayectoria que no podemos separar de la tradición y la historia de nuestra compañía”.

1