Los desafíos del Ballet Nacional de Cuba (BNC) fue el tema del coloquio de la crítica efectuado en la Sala Villena de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), en el cual se homenajeó a esa compañía y se debatieron sus principales retos y potencialidades en la contemporaneidad.

Al espacio asistieron varias figuras del ballet cubano, coreógrafos, especialistas y críticos en la materia. También estuvieron presentes la primera bailarina y directora general del BNC, Viengsay Valdés, el presidente de la Uneac, Luis Morlote y el coreógrafo Alberto Méndez, entre otros.

“Es impresionante el trabajo que ha realizado el Ballet Nacional de Cuba a través de su historia, porque esto que estamos teniendo ahora es consecuencia de ese trabajo que se ha hecho”.

En el conversatorio el investigador Ismael Albelo estimó el esfuerzo desarrollado en las circunstancias actuales para rendir tributo a los 75 años de la compañía y compartió sus puntos de vista sobre la Escuela Cubana de Ballet.

Entre los desafíos de la institución, Albelo mencionó la necesidad de una conceptualización orientadora de esa herencia y velar por el desarrollo de la técnica en la academia. “Es verdad que hay cosas que mejorar, modernizar o contemporaneizar, pero siempre manteniendo las esencias y hasta que no sepamos cuáles son las esencias no podemos saber qué es lo que nos va a afectar”, añadió.

Ismael señaló la pérdida del sentido de pertenencia, y llamó a las compañías de danza a hacerse cargo de los centros de enseñanza y a involucrarse en la actualización de los programas de las asignaturas. “Yo creo que ahora es necesario, casi imprescindible, que la compañía asuma la escuela”, destacó.

El reconocido docente y crítico Noel Bonilla, calificó de excepcional el proyecto coreográfico implementado por el BNC con motivo de la celebración de su aniversario, tanto por la selección como por la colocación de las piezas.

Al espacio asistieron varias figuras del ballet cubano, coreógrafos, especialistas y críticos.

“La coreografía tiene que parecerse a la gente y a su tiempo”, expresó el especialista, quien también hizo un llamado a consultar los trabajos de los críticos en las diferentes publicaciones, a incentivar el arte coreográfico y a defender los éxitos alcanzados desde lo que somos y podemos ser. “Aspiraciones pueden ser muchas y creo que eso sería lo mejor, tener metas a conquistar, pero a partir de la realidad que tenemos, no de la añoranza del pasado”, manifestó.

La periodista y profesora Mercedes Borges ahondó en el vínculo con las nuevas generaciones de bailarines y enfatizó el capital representado por un público conocedor y amante del ballet. Además, comentó la pertinencia de atender la formación de los estudiantes, lo cual, a su juicio, puede ser complementado por las propias compañías.

También expuso la importancia del acercamiento a generaciones menos conocidas y a explorar el repertorio de obras cubanas y extranjeras junto al de grandes exponentes como una vía para complementar la formación de las futuras promociones de bailarines.

“La coreografía tiene que parecerse a la gente y a su tiempo”.

“Realmente es impresionante el trabajo que ha realizado el BNC a través de su historia porque esto que estamos teniendo ahora es consecuencia de ese trabajo que se ha hecho”, afirmó Vladimir Peraza en referencia al trabajo constante y continuo de la compañía.

El crítico y especialista de Danza del Consejo Nacional de las Artes Escénicas reseñó la influencia del BNC en la formación del público, y elogió las presentaciones efectuadas durante el año. “La temporada se ha esforzado porque, de una manera u otra, los 75 años del ballet estuvieran aquí y eso me parece muy importante”, afirmó.

Luis Morlote, a su vez, entregó a Viengsay Valdés una pieza original de Lesbia Vent Dumois y una fotografía con figuras relacionadas a los orígenes del BNC y de la Uneac.