Callejón de Hamel, salvaguarda del legado africano
El 21 de abril de 1990 el reconocido artista de la plástica cubana Salvador González Escalona, creó el primer mural en la vía pública dedicado a la cultura afrocubana. Nació así en el legendario barrio de Cayo Hueso, en Centro Habana, el proyecto comunitario Callejón de Hamel que justamente por estos días, engalanado hasta el último de sus rincones, celebra el aniversario 35 de su fundación.
Prevista del 18 al 21 abril, la jornada de celebraciones contempla un variado programa de actividades y al respecto la artista de la plástica y muralista Jacquelín González Galano, precisó: “Todos los años hemos conmemorado nuestro aniversario por todo lo alto. Pero, en esta ocasión, los festejos tienen una connotación muy especial, porque haremos realidad un gran sueño: la primera edición del Festival Salvador González in memoriam. Concebimos este evento, que tendrá carácter anual, en honor a mi padre, que esta fecha se cumple cuatro años de su desaparición física”.
La también directora de este emblemático sitio capitalino dijo además que, junto a la realización del festival, en el que se incluyen todas las manifestaciones artísticas, destaca, entre otras actividades, “la celebración de la rumba más larga del Cayo, programada desde la mañana hasta la tarde del día 21. En esa actividad efectuaremos una especie de competencia entre las agrupaciones participantes. El tema que tenga mayor aceptación y sea seleccionado por el jurado será premiado con la réplica de una pintura de Salvador. Además de las agrupaciones nuestras, de la capital, contaremos con la presencia de importantes invitados como Rumbatá, de Camagüey, y Colombia del Puerto, de Matanzas.

“En la conmemoración de este aniversario 35 sobresalen asimismo las presentaciones especiales de las mejores peñas formadas como parte de los objetivos del proyecto y que han sido protagonistas de casi todas nuestras actividades.
“Otro momento relevante será la presentación de Te con…, que es la peña del bolero y que en esta oportunidad tendrá como invitada especial a la reconocida cantautora Arlenys Rodríguez.
“En el contexto de las celebraciones agasajaremos también a la peña Ochumare, dirigida a la comunidad LGTB. Una encomiable labor que venimos desarrollando de conjunto con el proyecto Afrodiverso. Esta peña cuenta con mucha aceptación y respeto por parte de los residentes en nuestra comunidad. Incluimos del mismo modo en el programa los espectáculos artísticos de la peña Los callejeros, dedicada al rap urbano.
“Y porque tiene una connotación muy significativa, de mucho arraigo en la población, incluimos además en el programa de la jornada una actividad a la que hemos dado el nombre de Rumba sin lentejuelas, que se propuso desde su propio surgimiento traer de vuelta aquella rumba cuyo escenario eran generalmente los solares habaneros y otros sitios mal llamados marginales.
“Una noche inolvidable protagonizará sin dudas Reynier Meriño, quien, acompañado de su grupo de flamenco y varios invitados, aludirán a esa otra raíz cultural de la nación cubana: la española.

“En la jornada no olvidamos, por supuesto, a los más pequeños. Para ellos preparamos un conjunto de actividades presididas por la selección del Niño Hamel. Se trata de una gran fiesta infantil que a través de un concurso se premiará al participante que mejor desempeño tenga en el arte. Es ese el Niño Hamel, el más representativo del Callejón.
“Por último concebimos la clausura con un gran concierto a cargo de la popular orquesta de Adalberto Álvarez y su son”.
Junto a Salvador González, eres fundadora del Callejón de Hamel, ¿cuánto ha crecido este sitio de referencia internacional y nacional desde su creación hasta la actualidad?
Tuve la enorme dicha de participar junto a mi padre en la creación de este maravilloso proyecto, al que entregó buena parte de su vida, y eso me permite asegurar que ha crecido muchísimo.
Como afirma un viejo adagio de la filosofía China, todos los viajes largos comienzan por el primer paso. Y nuestro proyecto comenzó con ese mural ubicado en la entrada. Posteriormente, por sugerencia de algunos vecinos, mi padre pintó otro mural y a este le siguieron otros y otros.
Poco a poco fuimos embelleciendo este lugar que era un callejón olvidado, lleno de basura y escombros, de todo tipo de desperdicios. Con su labor constante mi padre lo convirtió en un corredor de arte y, al propio tiempo, en un corredor de imaginario popular, donde pueden observarse todas las culturas sobre las cuales se forjó nuestra identidad, donde se permite manifestar todo tipo de arte y donde se siente una magia diferente.
Este callejón, que es una calle como cualquiera del país, está habitado por varios vecinos. Con ellos convivimos y a la vez han aprendido a cuidarlo, lo sienten suyo, lo han hecho parte de sus vidas, de su rutina diaria.
Nuestro proyecto ha tenido gran incidencia en esta comunidad. En lo que respecta a la parte social, hemos incidido, por ejemplo, en el rescate de jóvenes que literalmente han tenido un pie en la cárcel y gracias a nuestra perseverancia se han acercado a nuestras actividades y talleres. Al final logramos hacer de ellos personas de bien, vinculados incluso como activistas, colaboradores y hasta trabajadores del Callejón. Otro tanto se ha conseguido con jóvenes adictos a las drogas o a algún otro tipo de dependencia rechazadas por la sociedad.
También es necesario destacar la labor desarrollada con los adultos mayores, quienes semanalmente reciben atención médica, además de charlas y conferencias impartidas por especialistas calificados, las cuales redundan en el mejoramiento de las condiciones físicas y mentales de esas personas, no pocas de ellas aquejadas de estados depresivos. Para nosotros en realidad son personas importantísimas porque qué seríamos sin estos o aquellos lejanos ancestros.
Insertar chapeaux: “Poco a poco fuimos embelleciendo este lugar que era un callejón olvidado, lleno de basura y escombros, de todo tipo de desperdicios”.
Relevante resulta igualmente la programación sistemática de talleres de todas las manifestaciones artísticas: danza, teatro, artes plásticas, percusión. Y aunque están dirigidos preferentemente a niños y jóvenes, a ellos pueden asistir personas de todas las edades, residentes en cualquier municipio de la capital.
Con relación a la parte económica, es significativo el hecho de que con nuestras recaudaciones hemos contribuido en buena medida a la transformación del barrio.
¿Consideras que los logros alcanzados en el Callejón de Hamel, mencionados anteriormente, hacen realidad los sueños y aspiraciones de su creador?
No, no lo creo. Mi padre soñaba demasiado y le hubieran hecho falta al menos diez vidas para hacer realidad sus sueños. De cualquier manera, sí hemos trabajado y mucho para honrar su memoria, para estar a la altura de sus sueños y aspiraciones.
En estos momentos, por ejemplo, estamos inmersos en la creación de una academia de arte que fue siempre uno de sus mayores anhelos. Imaginaba constantemente que esa academia sería instalada en el parque que lleva el nombre de Excilia Saldaña, muy cercano al Callejón. En ese lugar, realizamos actualmente varios de nuestros talleres, pero aún no llegamos a lo que él aspiraba. No obstante, estamos convencidos de que lo conseguiremos no solo con nuestros esfuerzos, también con el apoyo de los trabajadores, activistas, colaboradores y especialmente de nuestros vecinos.