Hace algunos años Gilberte Cournand, prestigiosa crítica francesa, escribió en su famosa columna del diario Le Parisien: “Hasta ahora las bailarinas eran las joyas del Ballet Nacional de Cuba, hoy los muchachos les están arrebatando las palmas”. Esta afirmación, que pone en su justo valor la valiosa presencia de los bailarines cubanos, tanto en su compañía “alma mater” como en los más exigentes escenarios mundiales, toma extraordinaria vigencia con los triunfos del bailarín Carlos Patricio Revé, quien luego de su exitosa presencia en la principal compañía danzaria cubana ha desarrollado una brillante carrera con el Queensland Ballet de Australia, a partir del 2018.

Con sus muchos triunfos internacionales, el joven bailarín no ha olvidado nunca sus raíces y ello lo ha probado con fuertes nexos con la compañía cubana y más recientemente con su participación en el pasado 28 Festival Internacional de Ballet, celebrado en La Habana, a finales del 2024, donde interpretó El lago de los cisnes, en la versión coreográfica de Alicia Alonso junto a Anette Delgado y Tres preludios, de Ben Stevenson, con Grettel Morejón como partenaire. Su sentido de pertenencia al colectivo danzario que lo vio hacerse un profesional de la danza ha sido otro de sus muchos valores como artista y ser humano.

“(…) el joven bailarín no ha olvidado nunca sus raíces y ello lo ha probado con fuertes nexos con la compañía cubana y (…) con su participación en el pasado 28 Festival Internacional de Ballet”.

Nacido en La Habana, el joven bailarín, que ahora acapara los mayores elogios de la crítica internacional por sus recientes triunfos en Australia, Londres y Buenos Aires, inició sus estudios a los nueve años de edad en los talleres vocacionales de la Escuela Nacional de Ballet y los continuó en la Escuela Elemental de Ballet Alejo Carpentier, de la capital cubana. En el 2013 pasó a la Escuela Nacional de Ballet donde complementó su formación artística con destacados profesores, entre ellos Ramona de Saá y Yuneisi Rodríguez.

Durante su etapa escolar participó en intercambios académicos en México y Estados Unidos y se hizo acreedor de importantes galardones; entre ellos, la medalla de bronce en el 2014 y el Grand Prix y la medalla de oro en el 2015, en los Concursos del Encuentro Internacional de Academias para la Enseñanza del Ballet.

“Su sentido de pertenencia al colectivo danzario que lo vio hacerse un profesional de la danza ha sido otro de sus muchos valores como artista y ser humano”.

Al graduarse, ese mismo año pasó a integrar el elenco del Ballet Nacional de Cuba bajo la dirección artístico-técnica de Alicia Alonso, donde en 2016 fue promovido a la categoría de Solista, en el 2017 a bailarín principal y a principios del 2018 a la de primer bailarín.

Por su extraordinario rendimiento artístico en el 2016 fue invitado a participar en importantes galas en Vietnam, República Popular de Laos y en Cambodia, y en el 2017 en la Gala del Ballet de Monterrey, en México. En el año 2018 recibió el Premio al Mejor Bailarín, otorgado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

“En 2018, mi interpretación de Romeo marcó mi ascenso como solista en el Queensland Ballet”.

En la carrera de Patricio Revé ha tenido gran importancia su incorporación, en dicho año al Queensland Ballet, en Australia, prestigiosa compañía dirigida por el bailarín chino Li Cunxin. En declaraciones especiales para los lectores de La Jiribilla, el destacado bailarín cubano dice:

“He tenido el privilegio de trabajar con destacados coreógrafos y maestros internacionales y enriquecerme como artista a través de una amplia variedad de repertorio clásico y contemporáneo, en el que merecen destacarse obras como Romeo y Julieta y Manon, de Kenneth MacMillan; Etudes, de Harald Lander, Cascanueces, de Ben Stevenson; Serenade, de Balanchine, La bella durmiente, en la versión de Greg Horsman; Giselle, de Ai Gul Gaisina y Sctrictly Gershwin, de Derek Deane.

“Como bailarín formado en la Escuela Cubana de Ballet, representar sus valores y características distintivas como son el virtuosismo técnico, la elegancia, el respeto por el trabajo en pareja y la fuerte presencia escénica que nos caracteriza, ha sido un gran reto durante toda mi carrera. Por ello he recibido reconocimientos como cubano y considero que es mi compromiso artístico mayor”.

“He tenido el privilegio de trabajar con destacados coreógrafos y maestros internacionales y enriquecerme como artista a través de una amplia variedad de repertorio clásico y contemporáneo”.

Y subrayando su innata cubanía reafirma: “Durante mi formación en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba tuve la fortuna de ser guiado por maestros de gran calibre, quienes marcaron profundamente mi vida y mi carrera, a todos ellos los recuerdo con inmenso cariño”.

En mayo de este año Carlos Patricio fue invitado a interpretar el rol de Romeo en la versión de Romeo y Julieta, de Kenneth MacMillan, en la prestigiosa y selectiva compañía del Royal Ballet de Londres, donde tuvo como partenaire a la afamada bailarina rusa Natalia Osipova. Sobre esta experiencia dice:

“Fue de un valor incalculable, no solo por la magnitud artística del momento sino por representar a todas las personas que han apoyado mi trayectoria tanto en Cuba como en Australia. El repertorio de MacMillan ha sido especialmente significativo para mí, pues en 2018 mi interpretación de Romeo marcó mi ascenso como solista en el Queensland Ballet y en el 2022 con Manon, también con coreografía suya fui promovido a primer bailarín. Ser invitado a interpretar Romeo en el propio teatro donde se estrenó ese ballet fue más que un honor, fue un punto culminante en mi carrera”.

En el escenario del Covent Garden en Romeo y Julieta con Natalia Osipova.

Esas funciones tuvieron lugar los días 5, 10 y 24 de mayo, en el histórico Covent Garden, máximo escenario de la escuela inglesa de ballet. Recientemente Patricio regresó a Australia tras dos semanas de intenso trabajo en Buenos Aires, donde tuvo el honor de ser invitado por el maestro Julio Bocca, director del prestigioso Teatro Colón, donde interpretó el rol principal del ballet Paquita. Sobre esta experiencia argentina explica:

“Bailar en uno de los teatros más emblemáticos del mundo fue una experiencia inolvidable, que me conmovió profundamente por el calor del público argentino y la energía única de un país con el que compartimos raíces culturales profundas. Ha sido un período de enorme crecimiento personal y artístico por el que me siento profundamente agradecido.”

La extensa agenda de trabajo de este bailarín cubano triunfador incluye otro nuevo reto; del 30 de julio al 4 de agosto volverá a presentarse desde el escenario del Teatro Colón, esta vez como el Basilio, de Don Quijote, donde tendrá como su pareja, en el papel de Kitri, a la gran bailarina argentina Marianela Núñez, estrella del Real Ballet de Londres.

Como Basilio en Don Quijote.

En la actualidad Patricio Revé es primera figura del Ballet de San Francisco, en los Estados Unidos.

El rango de “danseur noble” es una difícil categoría, que muy pocos artistas del ballet logran obtener. Exige una especial presencia apolínea en la escena, pureza de línea, solidez técnica, ductilidad estilística, innata musicalidad y algo indefinible que recibe el nombre de “ángel” o “duende”. El embrión de esas muchas virtudes se le vio a Carlos Patricio Revé desde sus inicios escolares. Lindo ver como en virtud de su disciplinado quehacer cotidiano, él las ha desarrollado hasta los niveles de excelencia que ahora le reconoce la crítica especializada a nivel mundial.

La Escuela Cubana de Ballet, de la cual es un brillante exponente, lo celebra con orgullo grande, especialmente por comprobar que no olvida sus raíces y que tiene bien sabido que el arte no tiene patria, pero los artistas sí.