Le dicen La Nana, y nunca mejor apodo se encontraría. No dudo de su rigor y exigencias pero con esa voz dulce, ese trato afable, ese candor al comunicar sus ideas y proponer caminos creativos, ¿cómo no llamarla así, desde el cariño y el respeto que le profesan todos los que, a un mínimo gesto suyo, saben lo que hay que hacer?

El Coro Vocal Leo arriba a su aniversario 30 en este 2023 y, entre los mayores logros que ha obtenido, está el de haberse convertido en un referente del movimiento coral cubano, con un sello distintivo muy singular. Los entendidos señalan el volumen, la notable potencia sonora, la destreza técnica de sus voces, el peculiar desplazamiento en escena, el rigor profesional de sus integrantes pero, como diría el Premio Nacional de Música Roberto Valera: “Un coro tiene que tener un director. Si hay un instrumento que se parece a un director es el coro. No solo se trata de enseñar sino también de dotarle de su estilo”.

El Coro Vocal Leo arriba a su aniversario 30 convertido en un referente del movimiento coral cubano, con un sello distintivo muy singular.

En Vocal Leo, justamente, está la esencia de la Maestra Corina Campos, La Nana. Conversar con ella es percibir, en cada palabra, la pasión por su trabajo, por sus alumnos, por sus muchachos y muchachas, los que durante tres décadas han formado parte de la gran familia que ella, junto a su esposo, el Maestro Jorge Luis Pacheco, concibieron fuera del hogar.

Usted dirigió el Coro de la Ópera Nacional de Cuba y el Coro del Gran Teatro de La Habana antes de fundar Vocal Leo. ¿Por qué decidió hacerlo?

Nunca pensé dirigir un coro de ópera. La vida da muchas vueltas. Con 21 años, estudiando aún en el Instituto Superior de Arte, fui seleccionada para ello. Aprendí mucho, y tuve personas a mi lado que me ayudaron a entender el trabajo en el teatro musical en primera instancia, y a comprender la ópera y la zarzuela. Cuba tiene un teatro musical propio, y había figuras increíbles, con una calidad impresionante. Bebí de todo eso.

Sin embargo, en un momento yo quería otra cosa. Soñaba con un coro sin acompañamiento, a capella. Debo reconocer que, además, me inspiró el surgimiento de otros coros como el Exaudi, el Entrevoces…

Inicialmente conté con integrantes del coro de la Ópera, aunque no continuaron por mucho tiempo. Tuve entonces a otras personas, alumnos algunos de otros maestros. Así empezamos. Yo estaba muy joven también y ensayábamos muy tarde en la noche, de 6 a 9 pm, porque cada uno tenía otras ocupaciones. Sacrificábamos el tiempo con la familia y otras actividades.

Nos profesionalizamos después del viaje a Cantonigrós, tras participar en el Concurso Internacional de 1999 y obtener los dos primeros premios en Polifonía y Folclore.

Ha sido largo el camino, y difícil. Han pasado muchas personas por el coro y con todos, estén donde estén, mantengo excelentes relaciones. Fuimos una escuela, así lo reconocen, y la energía que compartimos siempre debe ser la mejor. Hoy me asombro de las obras que monté en aquella época, cuando el nivel mío y el de los integrantes del coro no era tan elevado como ahora. Trabajamos con mucho amor, creo que ahí radicó la clave.

“Soñaba con un coro sin acompañamiento, a capella”.

Se han sumado otros premios relevantes en la trayectoria del coro…

Hemos estado en eventos en muchos países como Nicaragua, Guatemala, Colombia, Argentina, Estados Unidos, España y Alemania, entre otros.

Obtuvimos el Primer Premio de Canto Coral en Cubadisco 2021; las dos medallas de oro en las modalidades de Polifonía y Música popular, en la Olimpiada Mundial de Coros, celebrada en el año 2004 en Bremen, Alemania, y el Premio Especial del Jurado y el de la Popularidad en el  Concurso Internacional de Coros en la ciudad alemana de Marktoberdorf, en 2019.

Dejamos una estela de respeto, de admiración. Eso reconforta y no solo es un reconocimiento a nuestro trabajo sino a todo el movimiento coral cubano. Nos identificamos fácilmente por nuestras sonrisas, gestualidades, proyección escénica… somos cubanos.

Cada coro tiene su personalidad, según el director. ¿Cómo describiría a Vocal Leo?

Yo describiría a Vocal Leo como un coro muy alegre. Somos una gran familia. Nada es arbitrario, ni siquiera porque lo proponga yo que soy la directora. Intercambiamos sugerencias, opiniones, criterios. No me cierro a los aportes que cada uno de los miembros pueda ofrecer porque son participes de toda nuestra creación de conjunto, y eso es algo que yo estimulo.

Me gusta propiciar el clima de la camaradería, el sentido de pertenencia, y establecer relaciones maravillosas, pese a las diferencias. No puede haber barreras entre nosotros porque la comunicación en escena es esencial. No en balde los directores de coro deben poseer conocimientos de pedagogía y de psicología, además de los académicos y musicales.

Me interesa, además, que cada uno se desarrolle en las facetas que desee. Los tengo compositores, musicólogos, pianistas, directores de coros. En la medida en la que estén más realizados en sus especialidades serán mejores en mi coro. Manejo los horarios de nuestros ensayos y presentaciones para no interferir en sus proyectos individuales y así existe mayor compromiso con Vocal Leo. Desde el punto de vista humano les doy la oportunidad de que crezcan profesionalmente y que entonces nuestro trabajo sea con mayor rigor y profesionalidad.

“Yo describiría a Vocal Leo como un coro muy alegre. Somos una gran familia”.

Se aproxima un concierto de lujo como parte de la celebración por los 30 años de la agrupación…

Desde que empezó el año estamos de celebración. Hicimos un concierto en la Biblioteca Nacional José Martí con música latinoamericana y algunos estrenos. Otro lo hicimos en abril en la sala Cervantes, con obras de Beatriz Corona, Roberto Valera, Guido López-Gavilán, Leo Brower y otros autores más jóvenes, porque siempre me gusta combinar autores de diferentes generaciones en el repertorio.

El sábado 17 de junio a las 6 pm en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís ofreceremos un concierto de música sacra contemporánea y de los negros espirituales. Nos ha caracterizado hacer música contemporánea, sacra o no, y los negros espirituales porque contamos con el recurso humano para hacerlo.

Tendremos a Wendys Hernández, miembro de la Jazz Band del Conservatorio Amadeo Roldán como invitada. Ella es saxofonista y aunque no estudió canto, tiene mucho talento para cantar el jazz y el góspel, y tiene una extraordinaria maestría para improvisar. Esperamos que nos acompañen todos los que gustan de nuestro trabajo, para que festejemos juntos.