El cine logra perpetuar en imágenes las escenas y las historias de décadas anteriores y, de esta forma, el espectador siempre podrá reencontrar aquellos filmes que resultan de interés cuando sobre ellos ha transitado el juez del arte: el tiempo. Uno de estos filmes, La mujer de cemento (Gordon Douglas, 1967), programado como parte del ciclo “Thrillers de estreno en Cinemateca”, es una película que se inserta en la búsqueda de un asesino y alcanza sus mejores momentos en esa constante indagación de pistas y posibles culpables.

La mujer de cemento posee un argumento lineal, sobre el cual se sostiene la estructura narrativa y dramática, aunque podríamos señalar debilidades en estos aspectos, pues un hecho casual es lo que genera toda la historia que va revelando el filme, con aciertos y señalados desaciertos.

Secuela del filme Hampa dorada, en La mujer de cemento están presentes códigos propios del thriller, que señalan como posible un hecho, mientras se delinea otro, a partir de un giro inesperado. Con estos desbalances, aderezados con escenas de persecuciones en carreteras, algunos golpes cara a cara y pequeños tiroteos, la película no alcanza un estatus clásico —aunque consideramos que este nunca fue uno de sus propósitos— sino el hecho de brindar un espectáculo agradable y explotar al máximo la actuación de Frank Sinatra.

En La mujer de cemento están presentes códigos propios del thriller.

Interpretando a un detective privado en el que prevalece el cinismo, el personaje encarnado por Frank Sinatra es capaz de violar cualquier posible ley u orden establecido, con tal de obtener su objetivo. Aunque en la concepción del mismo, se remarque un tono simpático y el espectador establezca cierta relación con sus actuaciones. En su rol protagónico, sobre Sinatra descansa el peso de la historia, y cada una de sus escenas resultan de mucho interés en la comprensión de sus sospechas, basadas en el instinto y la observación.

Las especialidades de la realización audiovisual conforman un discurso visual correcto, pero sin poder señalar una de ellas como fundamental en el corpus de la puesta en pantalla. En muchos casos, la música solo acentúa con remarcada intensidad, los momentos más memorables de La mujer de cemento, lo demás queda a su consideración.