Quienes han tenido el placer de visitar el Museo Nacional de Artes Decorativas, saben de su atmósfera singular. La elegancia e historia impregnan cada rincón y ahora, esa magia se multiplica con la exposición De París a La Habana: cien años de art déco; cita ineludible para los amantes de la cultura. La convocatoria se une a los esfuerzos que a nivel mundial se vienen realizando para celebrar el centenario de la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas, celebrada en París en 1925.

Estamos ante una muestra donde transitamos por el legado de un género que dejó huella en ciudades, objetos y modos de vida a lo largo del siglo XX. Cada sala invita a detenerse, observar y conectar con un período marcado por la innovación y el refinamiento. Bajo la curaduría de Manuel Alejandro Landín García, nos sumergimos en una experiencia multisensorial y reflexiva, articulada en núcleos temáticos que revelan la riqueza material y simbólica de la tendencia art déco.

De París a La Habana: cien años de art déco no solo ilumina un estilo; revive el espíritu de una época donde el arte abrazó la geometría, la industria y la elegancia como símbolos de futuro”.

Guiados por la especialista Irena Gastell Pagarizabal, comenzó nuestro recorrido. Nos aguardaban más de 200 ejemplares de una etapa que, al decir de su curador “creyó en el poder del diseño para reinventar el mundo”.

Reflejos: el metal como espejo de una era

En un primer contacto, el bronce juega el rol protagónico. Trabajado mediante técnicas como la cera perdida, captura formas estilizadas y superficies pulidas. Las piezas, muchas sobre bases de mármol u ónix, reflejan la relación entre lo humano y lo mecánico, así como la influencia del progreso tecnológico. Junto a figuras humanas idealizadas, también sobresale la fauna —real o mitológica— como símbolo de poder, exotismo y control sobre lo salvaje, integrándose al lenguaje visual del art déco con igual rigor geométrico.

Formas estilizadas y superficies pulidas.

Esculturas de luz: los cristales art déco

El cristal es otro de los deslumbrantes materiales que se ostentan. Más allá de su función decorativa, transmiten búsqueda ornamental. Luz y forma se funden, con evidentes rasgos de modernidad y exquisitez. Técnicas como el tallado, el esmerilado y el cristal opalescente transforman vasos y objetos en auténticas esculturas que incorporan reflejos y sombras, para, mediante diseños precisos y colores vibrantes, retratar el espíritu audaz de esta corriente artística.

Luz y forma se funden, con evidentes rasgos de modernidad y exquisitez.

Destacan manufacturas como el vaso Bacantes, de René Lalique, donde la mitología y la habilidad se fusionan, haciendo gala de perfección y movimiento.

Espíritu de una época: la estética de lo cotidiano

En esta sección nos transportamos a una Habana vibrante y cosmopolita. La élite, impulsada por el auge azucarero, adoptó con entusiasmo la moda art déco, inspirada en la velocidad y la modernidad. Esta nueva forma de asumir lo contemporáneo tuvo su reflejo en siluetas rectas, tejidos lujosos y accesorios geométricos que conjugan funcionalidad y encanto.

Funcionalidad y encanto de la moda art déco, inspirada en la velocidad y la modernidad.

Carteras metálicas y guantes de casas como Dior, forman parte de esta fascinante colección. Asimismo, destaca el legado de Dulce María Loynaz, con una representación de sus famosos abanicos, algunos confeccionados de plumas, lentejuelas, nácar y lujosos encajes.

Relojes, vajillas y objetos domésticos elevaron lo utilitario al nivel del arte.

Más allá del vestuario, el art déco impregnó la vida cotidiana: relojes, vajillas y objetos domésticos elevaban lo utilitario al nivel del arte. Lo habitual se torna sofisticado y la belleza encuentra su lugar en cada detalle.

Siluetas con marfil: criselefantinas art déco

El arte y el lujo convergen al coincidir con las esculturas criselefantinas. Estos íconos del art déco, combinan marfil tallado y bronce con delicadeza inigualable. El empleo de una inspiración clásica y atractivo moderno, manifiestan la obsesión de los años 20 y 30 por la elegancia, el movimiento y la geometría.

Obras como Les amis toujours, de Demetre Chiparus, destacan por capturar escenas íntimas con un refinamiento exquisito. Figuras femeninas estilizadas, diosas y bailarinas se convierten en símbolos de estatus, pero también en el imaginario de una época signada por el glamour.

“El arte y el lujo convergen al coincidir con las esculturas criselefantinas”.

Estas esculturas siguen hoy asombrando por su belleza y poder narrativo. En ellas resuena un ideal de renovación y novedad que aún fascina: el arte convertido en objeto precioso y el pasado reinventado con brillo futurista.

Durante nuestra visita, conversamos con el curador de la exposición, Manuel Alejandro Landín García, quien nos compartió su mirada sobre la exhibición.

¿Cuál fue el punto de partida para concebir la exposición y qué objetivos persigue?

Nos atrajo la celebración del centenario de la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas de París. La Habana es considerada una de las capitales mundiales del art déco, por su abundante arquitectura del estilo, arte gráfico, escultura, diseño de interiores y artes decorativas. Es en esta importante exposición donde el art déco alcanza su punto más álgido y se convierte en la sensación de Europa y el mundo. Además de agasajar los cien años del estilo en cuestión, otro de los objetivos era mostrar la gran colección que posee la sede, con más de 150 piezas, la gran mayoría nunca mostradas al público. 

¿Qué criterios curatoriales guiaron la selección y disposición de las piezas y qué tipo de obras la conforman?

La muestra está organizada por materiales en diferentes salas a lo largo y ancho del museo. Cada zona responde a una idea curatorial y a una museografía especifica dependiendo de las piezas. Normalmente las exposiciones en este museo suelen ocupar una habitación, dos como máximo. Esta ocupa cinco en total, por lo que es considerada dentro del ámbito del museo, como una mega exposición.

Se están utilizando actualmente tres galerías transitorias: parte de la galería de la planta alta y el baño art déco de la casa. La primera sala que da comienzo a la exhibición es la de los metales, ubicada en el ala izquierda. Contiene solamente piezas de bronce y materiales duros como mármol, alabastro y están organizadas por temática, como el desnudo femenino, animales de compañía, menesteres del baile y entretenimiento. La segunda se dedica a las piezas criselefantinas, que forman la segunda parte de la colección de metales art déco, ubicadas en la galería de la planta alta. La criselefantina es la combinación del marfil con el metal, que puede ser oro, bronce patinado o dorado.

Baño art déco original de la casa, un espacio recubierto de mármol rosado y blanco en perfecto estado de conservación y rodeado de espejos.

La siguiente sala es el baño art déco original de la otrora casa Gómez Mena, un espacio recubierto de mármol rosado y blanco en perfecto estado de conservación y rodeado de espejos. Este espacio, a pesar de ser protagonista por sí solo, tiene piezas importantes como las lámparas originales del espacio de Marius Ernest Sabino, vasos y juegos de baño de cristal.

A continuación, se encuentra la saleta principal de exposiciones, donde están reunidos los cristales art déco. Acá tenemos gran parte de las piezas de cristal de la colección, donde confluyen diferentes artistas, manufacturas y países. Los objetos a mano izquierda pertenecen a René Lalique, y están instituidos por temática, desde la mitología hasta la flora y fauna. A mano derecha tenemos los cristales coloreados, grabados al ácido, cortados y esmerilados. Aquí se pueden apreciar importantes artistas de talla mundial como René Lalique, Marius Ernest Sabino, Marc Lalique, Le Verre Francais y Val Saint Lambert. La última sala es la galería de actividades del museo, donde poseemos piezas variadas, que van desde abanicos y broches hasta porcelanas y juegos de cubiertos, incluyendo un vestido negro de georgette y canutillo de 1925. En esta sección hay presencia de importantes nombres de la industria de la moda como Chanel y Christian Dior.

¿Se han incluido ejemplares, documentos poco conocidos o recientemente restaurados?

Sí, tenemos una obra en exposición que perteneció a la colección de Dulce María Loynaz. Fue restaurada especialmente para esta ocasión. Es una pieza de bronce y mármol del artista francés Marcel Bouraine, que representa a tres damas flautistas en pleno baile.

Pieza de bronce y mármol del artista francés Marcel Bouraine, que perteneció a la colección de Dulce María Loynaz.

¿Qué tipo de experiencia se busca crear para el visitante, en términos de recorrido, ambientación o interacción?

La exposición está pensada para que el visitante recorra todo el museo, creando un recorrido inmersivo que vincula la ocasión de la muestra con las demás salas permanentes.

¿Qué esperan que el público se lleve de esta muestra tanto a nivel visual como conceptual?

Esperamos que el público haya tenido un acercamiento al estilo art déco desde las artes decorativas y por supuesto, desde nuestra colección. La exposición marca un antes y un después en el ámbito de las artes decorativas del estilo en nuestro país, ya que por primera vez salen a la luz más de un centenar de piezas que estaban en colección. Queremos que las personas la recuerden como una de las exposiciones más importantes de los últimos años en cuanto al art déco se refiere.

Una de las exposiciones más importantes de los últimos años en cuanto al art déco se refiere.

Como parte de las actividades asociadas a este homenaje, Landín García añade: “El próximo miércoles 25 de junio estaremos celebrando el Evento Teórico De París a La Habana: cien años de art déco. En el evento se desarrollarán conferencias de importantes especialistas, como el reconocido arquitecto Eduardo Luis Rodríguez y el premio nacional de diseño José Menéndez. De igual manera, contará con la participación de expertos del propio museo. A modo de colofón, se estará presentando el libro catálogo de la colección art déco del Museo Nacional de Artes Decorativas. La presentación estará a cargo de miembros de la Embajada de Francia, especialistas del centro y el equipo editorial. Cabe destacar, que este volumen es el resultado de la colaboración y cooperación de la Embajada de Francia en Cuba y el Museo Nacional de Artes Decorativas”.

Además, para quienes deseen continuar explorando los lenguajes del arte decorativo, el museo inaugurará el 24 de julio, una nueva exposición dedicada al art nouveau, con piezas excepcionales que permitirán apreciar el diálogo y contraste entre estos dos estilos, que marcaron la modernidad desde ángulos opuestos, pero igualmente fascinantes.

De París a La Habana: cien años de art déco no solo ilumina un estilo; revive el espíritu de una época donde el arte abrazó la geometría, la industria y la elegancia como símbolos de futuro.