Enrique Gato Borregán es conocido en Cuba por ser el director de la franquicia de Tadeo Jones. Este prolífico creador español tiene en su haber más de 120 lauros nacionales e internacionales, entre ellos siete Premios Goya.

Muy atractivo resultó el conversatorio con el realizador, organizado como parte de la Muestra de Cine Español en La Habana.

Ante un público conformado, mayormente, por directores de animación cubanos y amantes de este género cinematográfico, Gato Borregán contó sus inicios como informático, una especialidad que estudió y ejerció durante poco tiempo. Apenas llevaba tres meses en esa labor cuando se dio cuenta de que era un trabajo rutinario y ya le parecía un horror porque sentía que le faltaba el componente creativo.

Confiesa que hay una frase que le encanta: “Qué la suerte te pille trabajando”.

“Es una cosa que no nos enseñan: hablar con nosotros mismos, estudiar cómo somos, entender qué nos gusta y qué no nos gusta. Tenía 23 años cuando me di cuenta de que no quería eso: un trabajo de por vida que no cambiara mucho.

“Pasó una cosa muy curiosa. En la asociación de la Facultad donde estaba estudiando la técnica de 3D, de repente aparece un anuncio para trabajar en el videojuego Commandos. Fue tan grande que pensábamos: ¿será americano, será británico? Alucinábamos cuando veíamos que se había hecho en plena calle Velázquez de Madrid”.

Commandos significó un punto de giro en su carrera y le cambió su visión para siempre. Decidió que iba dedicarse a esa nueva profesión.

“Tenía muy pocos conocimientos en aquella época, pero hice unas cuantas animaciones, muy sencillitas, muy básicas, muy austeras y muy malas. Preparé un pequeño currículo. Mi sorpresa fue que me llamaron una semana después y me preguntaron si podía entrar inmediatamente a formar parte de ese equipo. A pesar de que mis conocimientos eran muy básicos había muy poca gente que supiera hacer algo de animación”.

Confiesa que hay una frase que le encanta: “Qué la suerte te pille trabajando”. En su opinión, se refiere a que uno no sabe cuándo va a tener un golpe de suerte en la vida.

“Resulta que llevaba tanto tiempo investigando por mi cuenta cómo se hacía eso que ya tenía los conocimientos que me hacían falta. Al final es importante que te prepares como puedas para aquello que de verdad te nace de las tripas. Tienes que estar preparado, para cuando aparezca una oportunidad, sea para ti y no para otro”.

A partir de ese momento decidió dejar de ser informático e irse al mundo del videojuego que en la década de los 90 estaba como demonizado en España porque un hombre loco, imitando a un personaje animado, comenzó a matar personas con una catana.

“Hoy en día hay una cultura del videojuego mucho más amplia y se entienden mucho mejor. Fue complicado dar ese paso, pero lo di y entré a hacer animación en Pyro Studios. Allí estuve entre 1999 y 2002. Participé en varios proyectos (Torrente, Praetorians, Commandos 3 y War Leaders) y en esos años gané experiencia. Poco a poco fui asumiendo cargos y responsabilidades en la dirección de equipos artísticos y técnicos”.

Afirma Gato que los videojuegos de esos años eran muy rudimentarios. No habían llegado a ser películas interactivas tal como las de la actualidad y él aspiraba a dar un paso más adelante.

“Me invitaron a hacer una secuencia cinemática para el videojuego de Praetorians. En ellas se les contaban las historias a los jugadores. Estamos súper orgullosos porque la hicimos entre cuatro personas, en muy poco tiempo, con muy pocos medios, y la verdad nos quedó espectacular.

“En aquellos primitivos videojuegos los personajes solo se desplazaban de un lado a otro, caminando, corriendo, saltando o haciendo acciones muy sencillas y mecánicas.

“Comencé a crearme mis propios personajes e historias. Empecé a filmar siguiendo el tipo de estilo que me gustaba, no tan realista, sino algo más estilizado. Quería contar historias de un tono más familiar, relacionadas con lo que de verdad me gustaba.

“Curiosamente empecé a animar planos y planos y, de alguna forma, conseguí crear un cortometraje que tenía sentido. Es probablemente la peor forma de trabajo. Me llevó un año sin saber lo que iba a lograr. Después me enteré de que Miyazaki trabaja así”.

“Cambié la perspectiva. Me aparté del sector del videojuego y empezamos a crear lo que fue el primer cortometraje de Tadeo Jones”.

En diciembre de 2001 elabora el boceto que daría origen al mundo de Tadeo Jones a partir de una animación muy sencilla.

“Como era un enamorado total del personaje Superlópez, me apetecía mucho el tono de parodia en el cine de aventuras. Lo hice un poco de forma inconsciente. Aquí vino otro de los golpes de suerte en mi vida.

“De repente me enteré de que están intentando hacer una película de Superlópez (que se pudo estrenar en 2018). Me tiré de cabeza a buscar quién estaba detrás de ese proyecto. Conseguí el contacto del productor y le escribí en un correo que estaba dispuesto a trabajar gratis”.

El proyecto estuvo muchos años guardado sin que se pudiera materializar por lo que en 2003 Gato creó su cortometraje, de tres minutos, con la intención de sacar a flote todo lo que se imaginaba y había visto en las viñetas de ese personaje. Entonces, el productor de Superlópez, Nico Matji, le propone hacer un corto, pensado para la pantalla grande.

“Cambié la perspectiva. De repente tenía la oportunidad de pensar: vamos a intentar que esto crezca. Me aparté del sector del videojuego y empezamos a crear lo que fue el primer cortometraje de Tadeo Jones (2004)”.

A raíz del éxito alcanzado (resultó el corto español más premiado de la historia), conciben un cómic, con la historia de lo que podía ser el futuro largometraje.

“Lo dibujó Jan (Juan López Fernández), el dibujante de Superlópez. Era una forma muy original de ir a los despachos de producción, en lugar de presentar solamente un guion, lo acompañábamos del cómic. Finalmente, en 2006, ve la luz el segundo cortometraje acompañado de su respectivo cómic. Cada uno de los cortos alcanzó el Premio Goya.

“Daba miedo pensar en un largometraje que implica a cientos de personas, un equipo gigantesco, y es muy complicado de articular” —recuerda el director.

En 2007 le llega una oferta para trabajar en el departamento de cámara de Sony Pictures Animation, en Hollywood, cuando apareció el presupuesto para arrancar el primer año de producción de su largometraje inspirado en Indiana Jones y que constituye un homenaje a la cinematografía de aventuras de la década de los 80 —explica.

Animadores cubanos con Enrique Gato Borregán. Foto: Maya Quiroga

A pesar de que el resto del dinero tenían que encontrarlo sobre la marcha, decidió quedarse en España. El primer paso fue fundar, en junio de 2008, Ligtbox Animation Studios y rodar la primera película de la saga: Las aventuras de Tadeo Jones.

Fueron cuatro años de mucho sufrimiento para que se sumaran otras productoras porque en aquellos tiempos no existía la cultura del cine de animación en España. La película se estrenó en 2012. Viajó por 52 países y alcanzó un gran éxito internacional, recuerda.

Una escuela de animación

Uno de los problemas que enfrentaron en ese lustro fue la falta de talento artístico español capacitado para el cine de animación hecho mediante ordenadores. Gato tomó la decisión de fundar Lighbox Academy, una escuela donde se enseñan todas las especialidades necesarias para acometer las producciones de su Estudio.

“Era el sitio donde nos hubiera gustado estudiar, con un entorno divertido para que la gente se la pase bien a pesar de que lleva muchas horas convertirse en un profesional de la animación. Siempre tenemos algún cortometraje en marcha en la escuela para que los alumnos puedan formar parte de él y asuman una primera experiencia laboral. Varios de esos cortos han ganado premios Goya y otros premios internacionales”.

Al final del curso celebran una ceremonia, que remeda a las de grandes eventos del séptimo arte, donde se premia a los alumnos con mejor desempeño académico en cada una de las especialidades.

Otra de las líneas de trabajo de la escuela es la formación de capacidades de personas con talento y bajos recursos económicos. Junto con Becas Nvidia, Lighbox Academy patrocina ese programa.

“Estamos orgullosos de las películas y de todo lo que hemos hecho. Tenemos graduados en producciones de Marvel Studios. Desde Londres nos piden alumnos para terminar los efectos visuales de sus proyectos. Lighbox Academy le ha creado un camino profesional a mucha gente. Cada año se gradúan 500 estudiantes de la escuela.

Según estadísticas aportadas por Gato, más del 85 por ciento de los alumnos que se forman en la Academia, al año siguiente de su graduación consiguen trabajo en el sector de la animación, los videojuegos o los efectos visuales, campos que han entrado en ebullición, después de la pandemia de la COVID-19, con el auge del trabajo a distancia y del nacimiento de múltiples plataformas digitales para la exhibición de audiovisuales.

Jesús Rubio Molina muestra a Gato Borregán imágenes de la serie animada Acuarelas de Cuba. Foto: Maya Quiroga

“El sueño inicial era hacer películas desde España y se ha conseguido. Estamos comenzando el cuarto largometraje de Tadeo Jones. Pero el objetivo mayor es lograr que la industria en España se estabilice para que sea un sector sólido y empujar, todo lo posible, la animación en América Latina. Cada vez tenemos más profesionales de este continente que trabajan en nuestros largometrajes” —concluye.

En el contexto de la Muestra de Cine Español en La Habana se proyectó en la Cinemateca de Cuba La Tabla Esmeralda (2022), el más reciente largometraje dirigido por Gato Borregán.