Aunque algunos quizás puedan dudarlo, es innegable que el cine, como el tiempo lo ha demostrado, es y seguirá siendo un acto de poesía.
La poesía, por su parte, tal vez en gratitud, se ha inspirado en filmes, actores, directores, que han quedado en la memoria de varias generaciones de amantes del séptimo arte.
Ahí están, por ejemplo, esos poemas que recrean cintas antológicas, que recuerdan rostros inolvidables, que salvan del olvido escenas irrepetibles…
Les invito a hojear, a propósito del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, algunos de esos poemarios, en que autores cubanos cantan al séptimo arte.
––I––

El cine es una de las pasiones de Fina García-Marruz, como queda evidenciado con la lectura de su poemario Créditos de Charlot (Fondo Editorial Casa de las Américas, La Habana, 2014, 88 pp.).
Textos que hablan de la huella dejada en el séptimo arte por Charlot, ese inolvidable personaje interpretado por el mítico actor Charles Chaplin, referencia insoslayable en la historia del cine universal.
Son cuarenta poemas que, a través de un personal y cuidado discurso lírico, desde la sensibilidad y la ternura, rinden homenaje —en palabras de su autora— al cine mudo y a los albores del cine parlante.
“Toda la poesía” es uno de los poemas que integran el cuaderno:
Desde cuándo,
cálido, tierno,
a la luz de hogar
del quicio de una calle,
Jackie Coogan está
sentado siempre
para nunca
irse.
Desde cuándo
toda la poesía allí,
en aquel quedarle
tan dulcemente grande
la gorra ladeada.
Con este poemario —aparecido, por vez primera, en el año 1990, en una edición manufacturada e iluminada a mano del sello Vigía, de Matanzas—, la escritora fue galardonada con el Premio de la Crítica Literaria.
Poeta y ensayista, Fina García-Marruz (La Habana, 1923-2022), recibió, entre otros reconocimientos, el Premio Nacional de Literatura y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, ambos por la obra de la vida.
Créditos de Charlot es un hermoso divertimento, que reconoce y exalta la magia del cine y, también, enaltece la poesía escrita por Fina García-Marruz, una de las voces más relevantes de la lírica cubana y de habla hispana del siglo XX.
––II––

Estructurado en dos secciones —“La linterna roja” y “La flor congelada”—, en Poemas del lente (Ediciones Loynaz, Pinar del Río, 2012, 64 pp.), Reinaldo Cedeño Pineda incluye una colección de textos inspirados en filmes de dentro y fuera de la isla.
Un total de cuarenta y un poemas aparecen en este libro, galardonado —según la decisión de un jurado integrado por Marilyn Bobes, Luis Lorente y Marcelo Morales— con el Premio Hermanos Loynaz de Poesía 2011.
En palabras del crítico Frank Padrón Nodarse, el autor “pone en juego su cámara personal: la palabra, específicamente el verso, que genera una sensibilidad no solo cinematográfica sino mucho más estética y, sobre todo, humanística”.
Al filme Lucía, de Humberto Solás, y a una de sus intérpretes, la actriz Raquel Revuelta, está dedicado este texto titulado, precisamente, “Lucía / Raquel”:
Dale una gardenia por Dios
una gardenia
Dale una gardenia a esta mujer
que ha perdido su nombre en un susurro
una gardenia antes de la locura
dale una gardenia
y reza.
(Lucía, de Humberto Solás, Cuba, 1968)
Reinaldo Cedeño Pineda (Santiago de Cuba, 1968), periodista, poeta, narrador, promotor cultural, es autor de libros como el poemario La abeja libando sal, el cuaderno de cuentos La edad de la insolencia y la investigación A capa y espada, la aventura de la pantalla.
Reconocido con el Premio Nacional de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro 2021, entre sus libros nacidos del ejercicio de la profesión se encuentran El hueso en el papel, Ser periodista, ser Quijote y Las pequeñas palabras.
Con Poemas del lente, su autor Reinaldo Cedeño Pineda no solo enriquece su bibliografía, sino también incorpora un sugerente título al catálogo editorial cubano contemporáneo dedicado al séptimo arte.
––III––

“Tardes de Cinemateca –escribe el poeta Virgilio López Lemus, en el epílogo a este libro– reúne el acercamiento al cine y su ámbito de un poeta encabalgado entre los siglos XX y XXI, no referido solo al arte sino también a la sala de proyección”.
Se trata de una selección de once poemas inspirados en el séptimo arte, escritos por Alberto Acosta-Pérez a lo largo de varios años de ejercicio lirico, textos que demuestran el interés que el cine siempre despertó en el autor.
“Filme” es uno de los poemas incluidos en la colección:
El espacio del cine como un verano.
Me llega y me salgo y me sale el silencio.
No hay sitio como el cine para deambular por el mundo
distinto a este mundo donde pastan las fieras.
Los cines no precisan la captura de muchachos
en el cerco peligroso de Pasolini,
para andar sobre sus espaldas
desbordando la selva y los acantilados.
A la orilla del océano
corren rápidos los jóvenes al viento
abriéndose a la flor del celuloide
y
se cierran
como valvas eucarísticas y hambrientas.
Poeta, narrador, traductor, promotor cultural, Alberto Acosta-Pérez (La Habana, 1955-2012) es uno de los poetas más relevantes de su generación, autor de una significativa obra en el panorama de las letras cubanas.
En su bibliografía aparecen, entre otros títulos, los poemarios El ángel y la memoria, Premio Internacional de Poesía Gerardo Diego; Monedas al aire, Premio Pinos Nuevos, y Música vaga, Premio de la Crítica Literaria.
Pronóstico reservado, Premio de Narrativa Breve Alberto Lista, de Sevilla, España, y Juan Jacobo. Una biografía, Premio Razón de Ser de la Fundación Alejo Carpentier, son algunos de sus libros de narrativa.
Tardes de Cinemateca (Ediciones ICAIC, La Habana, 2023), con prólogo de Luciano Castillo e ilustraciones de Iranidis (Iris) Fundora, es un lúcido tributo, desde la poesía, al arte de las imágenes en movimiento.
––IV––

Con compilación de Virgilio López Lemus, casi un centenar de textos, nacidos en homenaje al cine, se agrupan en Escuchando en la oscuridad. Poesía cubana sobre cine (Ediciones ICAIC, La Habana, 2025, 204 pp.).
Son poemas que firman cuarenta y cuatro autores cubanos, de diversas generaciones, estilos, tendencias, quienes dedican sus versos, inspirados en la magia del séptimo arte, a filmes, actores, directores…
Podrán encontrarse en estas páginas, textos, entre otros, de Eliseo Diego, Fina García-Marruz, Pablo Armando Fernández, Roberto Branly, Miguel Barnet, Nancy Morejón, Alberto Acosta-Pérez, Reinaldo Cedeño Pineda y Leymen Pérez.
De Luis Suardíaz (Camagüey, 1936-La Habana, 2005), otro de los autores compilados, se reproduce “Fílmicas”. He aquí un fragmento:
III
Marilyn,
huérfana ultrajada. Frágil ángel de luz
en aquel Hollywood de tinieblas, lejana prima
que tramaba desquite y perdía súbitamente los zapatos.
Llegué a intuir, porque iba ya creciendo entre
crónicas de cine y astrologías, que su éxito
estaba en las burbujas rosadas de su palabra,
en esa juguetería de medias finas y bombones,
en las pestañas, los mohines, los hombros desnudos…
Daban ganas de mecerla en un columpio
de bejucos perfumados, porque aunque tuviera
en todas las cartas el triunfo,
al final tenía que perder.
Y para ella brotarían versos de duelo
en servilletas de papel.
(…)
VIII
Nunca más volví a mirar
con ojos de seminarista
a las estrellas del cine.
me había enamorado, definitivamente
de la Vida Real.
Poeta, ensayista, crítico, traductor y profesor, Virgilio López Lemus (Fomento, Sancti Spíritus, 1946), quien prepara esta compilación y su nota introductoria, es un profundo investigador de la poesía cubana y de la lengua española.
Al presentar este libro, asegura que “sea este volumen un homenaje al arte de las sombras, de las imágenes proyectadas simulando la realidad, al mucho bien que ha ofrecido el cine a nuestras vidas, a la luz hecha imagen y semejanza”.

