Bitácora de una experiencia de investigación-creación (2024-2025). Primera etapa: la investigación de campo

Entre el 28 de julio y el 3 de agosto de 2024 iniciamos el proyecto artístico-pedagógico de investigación-creación colectiva en Minas de Matahambre. Diez artistas, que cursaban entonces el 3er año del Curso por Encuentros (CPE) de la Licenciatura en Artes Visuales, deciden acometer en ese pueblo una tarea que les habían encomendado los profesores de Prácticas Artísticas sobre el tema Arte y Comunidad. La idea de hacerla en Minas surgió en una reunión del grupo en que la profe Hortensia, en adelante, “La profe”, propuso realizar la acción en una zona rural, pues el año anterior los integrantes del grupo ya habían hecho una del mismo tipo en una zona urbana.

Después de varias propuestas, estimamos que la idea de Adrián era la mejor, por interesante y viable. Iniciamos los preparativos, incluida la revisión de la documentación básica sobre el lugar y la familiarización con enfoque etnográfico, que se vale de la investigación de campo, así como de sus herramientas.

Así, nos fuimos a Minas a captar la historia de vida e identidad minera de esa comunidad, dedicada a la extracción del cobre y convertida en “pueblo fantasma” a partir del abrupto cierre de las minas. Como corresponde a una investigación cualitativa de este tipo, la información obtenida se procesó, en primera instancia, a través de la producción de 34 relatos interpretados. “La profe”, devenida líder del proyecto, publicó en La Jiribilla un relato integrador de lo vivido en esta etapa. (Peramo, Hortensia. “Matahambre: primeras conclusiones de un proyecto de investigación-creación en artes visuales”. La Jiribilla 26/8/2024/)

Segunda etapa: la exposición Matahambre en la 15 Bienal

Septiembre-noviembre de 2024. La producción de piezas realizadas a partir de los relatos interpretados, y sometidas a la valoración de los profesores de Prácticas Artísticas, se adscribían perfectamente al lema “Horizontes compartidos”, que había convocado la 15 Bienal de La Habana. La Facultad de Artes Visuales también lanzaba su proyecto expositivo DOMOS, para el que solicitaba propuestas individuales y grupales de sus estudiantes.

En este contexto académico y “bienalero”, nos presentamos, no como grupo de 3er año, sino como Proyecto Matahambre, con la exposición colectiva Matahambre, con curaduría y museografía de “La profe”. Con ella se concretaba nuestra identidad como proyecto. Para la ocasión lanzamos nuestro logo, consistente en una recreación de la imagen de una de las torres que tipifican aquel entorno minero.

La producción de piezas realizadas a partir de los relatos interpretados, y sometidas a la valoración de los profesores de Prácticas Artísticas, se adscribían perfectamente al lema “Horizontes compartidos”, que había convocado la 15 Bienal de La Habana.

Esta exposición mostraba el resultado artístico de la investigación desarrollada, con la peculiaridad de que las obras fueron realizadas en colectivo, “compartiendo horizontes” desde su procesamiento intelectual, iniciado durante la estancia de investigación y proyectos de creación en Minas, hasta su fase de ejecución, a través de un trabajo colaborativo, entre artistas y pobladores, algunos de los cuales llegaron a intervenir directamente en la producción de las piezas.

También se incorporaron tres obras de un artista popular de Minas, invitado a la muestra, cuya obra conocimos durante nuestra estancia el pasado año. La exposición Matahambre logró sus objetivos: visibilizar la identidad minera de ese pueblo, contar su historia de vida interpretada por los artistas, y poner en valor la esteticidad de su paisaje natural e industrial. En fin, llevar el pueblo de Minas a la Bienal de La Habana. (Peramo, Hortensia. “Matahambre: una exposición y un proyecto de investigación-creación que comparte horizontes”. La Jiribilla, 4/12/24).

Tercera etapa: preparativos para la devolución

Diciembre de 2024-enero de 2025- El pueblo de Minas nos abrió sus brazos y su entraña minera, gesto al que correspondimos a través de la exposición Matahambre presentada en el marco de la 15 Bienal. Pero faltaba algo importante, llevar la Bienal a Minas, aspiración que estaba en nuestros planes y que también nos habían manifestado las autoridades de Cultura de ese territorio.

Una vez realizada la exposición Matahambre, estimamos la posibilidad de concretarla. Precisamos con ellos la mejor fecha para una nueva incursión en el poblado, quedamos en hacerla la semana del 2 al 8 de febrero, pues se conmemoraba un aniversario de su fundación y nos era conveniente también por el calendario docente. Echamos a andar el engranaje.

“Visitamos Minas en una avanzada operativa del 10 al 12 de enero, sostuvimos un intercambio con las autoridades para exponer nuestro proyecto, manifestar nuestra voluntad de continuarlo encabezado por nuestra Universidad y vincularlo a un programa de desarrollo local”.

Pero no nos conformamos solo con llevar la exposición Matahambre, sino que nos propusimos expandir la experiencia a través de otras acciones. Ante aquella perspectiva, comenzaron a surgir ideas y nuevos proyectos. Presentamos el proyecto al Centro de Desarrollo de las Artes Visuales (CDAV), y el Proyecto Matahambre gana la Beca de creación 2024 que otorga esa institución. Sabíamos que el monto de esta no sería suficiente para sufragar los gastos del nuevo proyecto, ni que llegaría a tiempo. El grupo tampoco estaba en condiciones de repetir el aporte propio, como hizo en el primer viaje.

Pero a las buenas ideas a veces les llegan buenos padrinos. Indagamos y acudimos a GEOMINSAL, contactamos con sus directivos y estos accedieron a recibirnos. “La profe” exponía el proyecto con todo el entusiasmo y optimismo que la caracteriza… ellos la escuchaban con cara de póker. “La profe” advierte que llegaba el momento de cortar el relato y, resuelta, dice: “en fin, venimos a pedirles ayuda”.

Sensibles con el pueblo de Minas y apostando a nuestro sueño (a pesar de que estaban insatisfechos con otros que apoyaron y no fructificaron), nos dieron todo el apoyo que necesitábamos. Todavía no salimos de nuestro asombro. Contando con este respaldo, “La profe” elaboró el plan de tareas de los artistas, que no sólo incluyó la producción o adelanto de las obras proyectadas y talleres a realizar en el territorio, sino tareas de diseño de los materiales promocionales, impresiones y muchos otros detalles. También elaboró el plan de tareas de las autoridades de Minas, de Cultura, de la empresa Geominera Pinar y su Unidad Básica en Minas, plan que tuvo seguimiento por WhatsApp y dos videoconferencias coordinadas por nuestros “padrinos”.

Visitamos Minas en una avanzada operativa del 10 al 12 de enero, sostuvimos un intercambio con las autoridades para exponer nuestro proyecto, manifestar nuestra voluntad de continuarlo encabezado por nuestra Universidad y vincularlo a un programa de desarrollo local. Esta avanzada operativa sirvió, sobre todo, para “tocar con la mano” los preparativos y aseguramientos, y definir los lugares donde se emplazarían las obras y se realizarían los talleres y acciones previstas en el programa concebido como Jornada artística por el aniversario 112 de Minas de Matahambre. El sueño parecía posible.

Cuarta etapa: regreso a Minas como proyecto llevando la 15 Bienal

Sábado 1 de febrero de 2025. Ya desmontada la exposición Matahambre durante la semana y preservada para su transportación, realizadas las impresiones de lonas, cartelas, afiches, pegatinas, agrupadas junto a otras piezas y herramientas para el laboreo in situ, partieron dos artistas con la preciada carga en un camión que nos facilitó la Geominera Pinar. Descarga en Minas: Casa de Cultura, aserrío. Otra vez contando con Reinaldito, nuestro anfitrión ejemplar, para dar albergue y comida a nuestros dos emisarios, hasta que llegara el resto de la tropa para iniciar las acciones.

Domingo 2 de febrero de 2025. Llegada del grueso del grupo a Santa Lucía, almuerzo y alojamiento de la Geominera Pinar. Llegada a Minas. Contactos y revisión del plan inmediato. “La profe” distribuye tareas a todos los integrantes. Delega las acciones de promoción y enlace en las dos vicedecanas incorporadas en esta fase, Mari Mola y Tere. Inicio del montaje de la exposición Matahambre, segunda edición, en la galería de la Casa de Cultura con la debida rectificación in situ de la museografía que “La profe” había proyectado a partir de su visita en la avanzada.

“Alentadora y efectiva la facilidad que nos brindó Radio Minas, con planta eléctrica propia (los ‘alumbrones’ diarios serían de dos horas, muchas veces en el inútil horario de la madrugada), al ofrecer a los artistas una extensión con la que podrían conectar equipos eléctricos y laptops para trabajar en sus piezas”.

Gracias a la colaboración de Yasmani y otros especialistas de la Casa de Cultura se avanza más rápido. Ariadna y Dorzón (de segundo año, convocados por “La profe” para apoyar la producción de piezas), se dirigen a “el concentrador” donde los obreros de la Unidad Básica de la Geominera Pinar debían excavar el hueco de tres metros cúbicos para “Monumento invertido”, además debían revisar el corte de troncos de pinos que la artista emplearía para recubrir el interior de la pieza. Alentador fue observar cómo otro grupo de obreros habían fundido ya los dados donde Maykel definió el emplazamiento de su pieza “Árboles raros”.

Obreros de Geominera trabajando en la pieza de Ariadna Álvarez “Monumento invertido”.

Alentadora y efectiva la facilidad que nos brindó Radio Minas, con planta eléctrica propia (los “alumbrones” diarios serían de dos horas, muchas veces en el inútil horario de la madrugada), al ofrecer a los artistas una extensión con la que podrían conectar equipos eléctricos y laptops para trabajar en sus piezas. Lisandro Miranda —director de la UB y tataranieto de Victoriano Miranda, el descubridor de aquella primera piedra azul de cobre con la que dio inicio esta historia minera— siempre a la orden, aseguraba el grupo electrógeno para la inauguración el martes. Era solo el comienzo, pero todo iba marchando. Habíamos coordinado el almuerzo diario a partir del lunes en el comedor del Taller central, así ahorrábamos tiempo y combustible. Al anochecer, sería el retorno a Santa Lucía.

Lunes 3 de febrero. Conferencia de prensa solicitada por “La profe” para exponer el proyecto e informar el programa artístico de la jornada dedicada al 112 aniversario de Minas. Pide insistentemente que se divulguen las actividades y las convocatorias a los talleres. No hay electricidad, la radio no es viable, hay que hacerlo de modo personal por los gestores del lugar. Tere queda a cargo de la crónica diaria y de las entrevistas que cada tarde realizará Radio Minas con enlace con Radio Guamá; se hace la lista.

Desde el lunes comenzaron las entrevistas a nuestros artistas-estudiantes y las transmisiones diarias por Radio Minas.

El montaje de Matahambre debe terminar este día porque el martes inician otras acciones y los talleres; también hay que comenzar el martes a montar “Donación” en el museo de la minería, cerrado durante años y que reabría, por nuestra gestión, para emplazar allí esta segunda exposición en sus dos primeras salas.

Llega Frank por sus medios, con la importante misión de probar el proyector donde debe exhibirse a las 4 pm en el teatro de la Casa de Cultura su video Proyecto Matahambre, ocho minutos de una experiencia que recoge en síntesis el trabajo de campo realizado el pasado año, estrenado en noviembre como parte de la exposición Matahambre. A esta exhibición debe seguir un intercambio con los asistentes. La prueba se hace con una batería portátil que trajo él mismo. Con esta también se probó el televisor previsto para el loop de Osmany, y las tres cajas de luz de Maykel y Reynier. Todo funciona. Pero nos avisan que está declarado un apagón total. Así que posponemos la exhibición para el martes como preámbulo de la inauguración de Matahambre, segunda edición, para lo que contaremos con el grupo electrógeno prometido. Durante el día continúan las labores de producción de las piezas de Ariadna y Maykel.

“Desde temprano se colocaron las tres lonas del Proyecto Matahambre en tres lugares visual y simbólicamente estratégicos”.

Osmani Domínguez define y traza dónde va a realizar “Zona curada II”, continuación de las pinturas que presentó en Matahambre sobre una estructura de tablas de pino elaborada por el artista, con la diferencia de que ahora las realizará sobre las paredes de tabla de las viviendas típicas del lugar. En los dos casos, emplea como pigmento óxido de cobre. A partir de mañana martes, con Osmani colaborarán Osvier, cuando termine de montar Donación, y Rey, hasta que se incorpore al equipo de las video proyecciones del jueves. Otra pieza de arte público, no solo por expuesta en exteriores, sino porque da la oportunidad a los pobladores de observar el proceso y su resultado, de preguntar e intercambiar con los artistas.

Desde temprano se colocaron las tres lonas del Proyecto Matahambre en tres lugares visual y simbólicamente estratégicos: el punto más elevado (tuvimos que optar por el preuniversitario, porque la torre 1, que era la elegida, resultó muy peligrosa para escalar por su mal estado de conservación); la pared exterior de la sala de máquinas donde está el güinche grande, patrimonio nacional industrial, donde programamos desarrollar el miércoles la acción “Los mineros se retratan” y el jueves “Regeneración de memorias I”, primera sesión de video proyecciones. La tercera lona se coloca en el tronco de la palma real ubicada en el parque: sencillamente mágica. (Al regreso no pudimos retirarla, quedó allí a petición de los vecinos).

La lona en la palma real del parque se quedó en Minas a petición de los vecinos.

Martes 4 de febrero. Por la mañana se da el “todo listo” al grupo electrógeno y a la inauguración de la exposición Matahambre. Yuni, directora de la Casa de Cultura, está al tanto de su importante papel como anfitriona, junto a sus especialistas. Comienzan los talleres de fotografía Cosecha de luz minera y Experiencia estenopeica, y el de collage “Autorretrato”. Continúan las producciones de piezas y la documentación de todo lo que ocurre se refuerza con la llegada de Frank que acompaña a Osmany en esta misión de estar en todas partes, dispersos por todo el pueblo. Al mismo tiempo, Osvier comienza a montar su pieza en el museo para la exposición Donación, que inaugura mañana miércoles. Adrián sale en un camión de la UB con sus 25 fotografías impresas en PVC a colocar en los 25 lugares públicos preseleccionados en la avanzada exploratoria (como hizo el Louvre en el Castillo de la Real Fuerza, decíamos).

Adrián Lamela hizo arte público cuando expandió por las calles su serie Del cobre al Oro que consta de 25 fotografías.

El proceso de emplazamiento de esta muestra personal expandida al aire libre, deviene arte público, está a la vista y el pueblo fue siguiendo las colocaciones; hasta se cuenta que los niños jugaban a localizar las fotos y competían entre ellos a ver quién era el que más había encontrado. También Adrián nos contó que hubo quienes se acercaron a preguntar dónde era eso. “¡Esto es aquí-, les respondía el artista-, esto es de ustedes!!!!” Y reflexionamos acerca de cómo el arte te hace ver la cotidianidad de otra manera, y cómo a estos niños y adolescentes les hace falta una dosis de historia local que mueva los resortes emotivos y valorativos de su identidad visual. Y hasta el del cine, que no quería “nada pegado a su pared”, cuando vio lo que estaba sucediendo, salió a reclamar “su” foto. Durante aquellos días la gente se detenía a mirar, a hacer fotos y los inevitables selfies. Esta fue otra pieza incorporada a la exposición Donación.

“Del cobre al oro” provoca el efecto del autodescubrimiento.

Poco antes de las 4:00 pm llegaba en formación un grupo de estudiantes del pre portando una bandera cubana desplegada; venían a la inauguración de Matahambre. Pocos minutos después, y luego que la Casa de Cultura animara el ambiente con música a través de una bocina instalada en su portal, cedieron micrófono a “La profe” para que hiciera la inauguración: “Pueblo de Minas, gracias por recibirnos”, así comenzaron sus emotivas palabras, en las que explicó en síntesis las razones de aquella jornada y lo que iban a ver a partir de ese día.

Se abrieron las puertas hacia el teatro de 70 capacidades. Lleno total, muchos de pie en los pasillos. La proyección del video transcurrió en absoluto silencio y máxima atención. Terminada, recibió los aplausos de los asistentes. Entonces “La profe” llamó a los artistas a pasar delante para presentarlos e iniciar el conversatorio, reconoció la labor de la UB y de su director Lisandro, de los especialistas de Cultura, de Geominsal, la colaboración de Reinaldito, de los mineros y del pueblo. Las palabras del público fueron de agradecimiento y una de las asistentes habló de la necesidad de emprender nuevas acciones para recuperar su identidad. Esa era la idea.

Exhibición de Proyecto Matahambre: ocho minutos de una experiencia, de Frank Batista en el teatro de la Casa de Cultura. Momento del conversatorio que sostuvo el público con los artistas.

A continuación, quedó inaugurada Matahambre, segunda edición de la exposición que habíamos presentado en la Universidad como parte de Domos y de la 15 Bienal. Allí estaban Tito, el cronista, con sus fotos y parte de sus historias formando parte de la pieza que lleva su nombre, ahora presentada por Celia Mariana en un álbum, en cuya última página Tito escribió un alentador “Continuará”. También estaba el protagonista de la pieza Osmín, que en plena exposición seguía aportando información de la flora y la fauna del lugar, recogidas hábilmente por la artista en forma de collages. Mientras que en “Historias cruzadas” de Maykel, Reinaldito reconocía a su virgen de la Caridad colocada en una pared del concentrador. Era hermoso ver cómo los tres dibujos de Noel, el artista local, se entrelazaban entre las propuestas de los profesionales. Cuánto asombro, cuántas preguntas, el lugar repleto, los artistas no daban abasto, los del pre quisieron fotografiarse con ellos, y todos se mostraban curiosos (era la primera vez que se veía este modo de producción visual en Minas), y emocionados. Nosotros, satisfechos.

Inaugurada la exposición Matahambre en su segunda edición.

Miércoles 5. Continúan las producciones de “Árboles raros” y “Monumento invertido”. También Ariadna puntualiza la operatoria para la intervención de la torre 2, con su pieza “Al hilo”, la colocación entre hoy y mañana por la mañana, del primer segmento de hilo blanco; se pone de acuerdo con “La profe” para el performance colectivo del día siguiente que trasladaría la segunda parte de la pieza desde el museo hasta la torre para empatarla con la primera. Continúan los talleres.

Pero hoy miércoles es un día especial, dedicado a los ex mineros vivos.

En la avanzada exploratoria preguntamos cuántos eran; nos dijeron que 20 o 30. Pero como era necesaria la cifra precisa para una pieza de Maykel y organizar todo de manera que no se quedara nadie fuera, “La profe” pidió a Kenia, la directora del museo, que realizara un levantamiento casa por casa de los ex mineros que quedaban vivos, que tomara los datos de los nombres de cada uno, su apodo, su número de chapa y su oficio en las minas. Kenia y sus especialistas se dieron prestos a la tarea, y días después nos comunicaron que no eran 20 o 30, sino que ya la cuenta iba por 70!! “La profe” mandó a parar, porque Maykel no iba a tener tiempo de hacer tantas piezas, por lo pronto, para la fecha fijada para la Jornada.

Poco antes de las 10:00 am, comenzaron a llegar los ex mineros al güinche grande, espacio patrimonial que la UB y sus colaboradores habían limpiado a conciencia días antes, eliminando cualquier vestigio de improvisados chiqueros o urinario público (“ya se puede comer en el piso”, nos decían; y era verdad). Llegaban los ex mineros a pie, luego otro grupo en una guagua prevista para ello. Muchos hacía tiempo que no se veían; otros entraban por primera vez, después del cierre, a aquel lugar que fue su paisaje cotidiano en la época de esplendor de las minas.

Los mineros se retratan. Natasha Forcade y Osmany Bonet. Acción participativa con un grupo de ex mineros.

Se saludaban con alegría y cariño, comenzaron los recuerdos a fluir, las anécdotas, los “¿te acuerdas de…?”. Ahí estaba José, uno de los güincheros más diestros que con sus 84 años subió a la plataforma del güinche y nos dio una demostración de cómo manejaba aquellas palancas. Estaban los timbreros, y los mineros de bajo mina como Chicheteo, con sus 92 años, al que todos respetan y admiran. No fueron pocas las lágrimas de emoción que corrieron por aquel escenario, entre ellas, las de algunos miembros del Proyecto. Con todos reunidos comenzó la acción “Los mineros se retratan” (Natasha, Adrián y Osmany, más un préstamo de Arche tomado por “La profe”) consistente en fotografiar a cada uno de ellos y, al final, una colectiva delante del simbólico güinche grande.

Después los llevamos a la Casa de Cultura a ver la exposición Matahambre. Apenas había nada que explicar. Lo entendieron todo de una sola mirada. Sabían lo que estaban viendo sin nosotros decir nada. En ocasiones se agruparon y permanecieron delante de algunas obras, como “Triturados”, que Ariadna realizó con polvo de azurita y malaquita que ellos identificaron muy bien; o delante de la pieza de Rey y Osmany, “Espejismos en la memoria”, que superpone fotos antiguas y actuales de lugares emblemáticos del proceso industrial y la vida de los mineros; o la serie El guardián de Natasha, porque quién no conoce a Uri y su familia; o frente a los paisajes recreados por Osmani en “Zona curada”, o la de las tres piezas de la serie fotográfica de Adrián “Del cobre al oro”, que resucita la belleza de su patrimonio industrial; o los “Números rotos”, instalación en la que Maykel recreaba, simbólicamente, el impacto del cierre de las minas, o la caja de luz de Rey, “Raíces”, que recordaba el diseño de sus túneles y niveles.

Pero también los ex mineros recibieron con mucho interés las explicaciones de Daylene sobre las fotos del concentrador tomadas en la primera etapa con sus cámaras estenopeicas, o el significado de otras piezas allí expuestas, más simbólicas o conceptuales, como las cajas de luz de Maykel que aluden a la disyuntiva que tiene ese pueblo entre el trabajo y la abulia para seguir adelante, tomando como referencia una historia local sobre el enfrentamiento a cuchillo entre dos pretendientes por el amor de una muchacha.

Con todos reunidos comenzó la acción “Los mineros se retratan” (…) consistente en fotografiar a cada uno de ellos y, al final, una colectiva delante del simbólico güinche grande.

Almuerzo concertado en el Club de los mineros para asistir posteriormente a la inauguración de la segunda exposición, Donación, en el museo de la minería. “La profe” explicó allí cómo surgió la idea de esa exposición, que queríamos dedicarla a los ex mineros y donarla al pueblo de Minas, y presentó a Osvier para que contara cómo él había concebido y llegado a su serie de retratos.

Osvier Guzmán. Donación. Serie de seis retratos de personajes asociados a Minas realizados a partir de fotos antiguas.

[La idea de la exposición Donación surgió a partir del gesto de Osvier, quien desde el principio del Proyecto manifestó su decisión de donar al pueblo de Minas la serie de retratos de algunos de sus personajes ilustres que había investigado y pintado para la exposición Matahambre, pieza que, precisamente por ello, había titulado Donación. A partir de esto, “La profe” concibió esta segunda exposición, para la cual tomó el nombre de la pieza de Osvier; uno de sus retratos fue seleccionado por el colectivo para el cartel y el catálogo de esta muestra (era un descendiente de japonés que entre otros muchos inmigrantes del mundo vinieron a trabajar en esta próspera mina, además, fotógrafo aficionado).

Cartel de la exposición Donación, que toma la imagen de uno de los retratos de la obra “Donación” de Osvier Guzmán.

A la “Donación” de Osvier se sumaron varias obras donadas por otros artistas: Ariadna, Paisaje interior (pinturas de pequeño formato realizadas con pigmentos chorreados obtenidos de minerales triturados asociados a la calcopirita del cobre); Frank, “15 segundos de luz” (díptico fotográfico a color que valoriza el paisaje estelar sobre el concentrador, capturado tras una exposición de 15 segundos durante la anterior etapa de investigación-creación); Daylene, Las perlas de Matahambre (serie de seis fotografías en blanco y negro tomadas a las manos de seis mineros entrevistados por la artista durante la etapa anterior, en las que aquellas manos que dieron vida a ese asentamiento sostienen, simbólicamente, una pieza de cobre, dotando de significado el gesto capturado); Hortensia y Frank, “El pito” (fotografía en blanco y negro del emblemático pito de la mina, tomada el día de la “Ceremonia del pito”, instalación sonora colectiva realizada durante la etapa anterior).

“La profe” concibió esta como una “exposición en desarrollo”, semejante a lo que conocemos en el ámbito de las artes visuales como work in progress, pues a ella se incluirían paulatinamente las obras realizadas en los talleres de creación programados durante esa semana, en la medida en que se fueran produciendo. Era como una reinauguración continua. Es el caso de Experiencia estenopeica, resultado del Taller de fotografía estenopeica desarrollado por Daylene con cinco entusiastas pobladores que se fascinaron con la posibilidad de hacer fotografía con una caja de cartón; Daylene también donó una de estas al museo, como parte de la exhibición de las fotos realizadas por ese grupo.

También colocarán allí sus fotos los participantes en “Cosecha de luz minera”, taller de fotografía realizado por Natasha, Osmany y Adrián, con un grupo de amantes y realizadores empíricos de la fotografía que ahora recibieron indicaciones básicas del manejo de la cámara y el encuadre. “Autorretrato”, obra colectiva resultado del Taller de collage de memorias que implicó una gestión directa de Celia Mariana con la población para que cedieran algunos de sus recuerdos, que incluyó que la artista tomara por un rato el puesto de la lectora de la despalilladora de tabaco para explicar en qué consistía la colaboración, entre otras incursiones singulares, como visita a una escuela, el seminternado, el pre y el asilo de ancianos, y hasta un decimista localizado a última hora.

Celia Mariana toma el lugar de la lectora de tabaquería para convocar a los despalilladores a que participen en el collage colectivo “Autorretrato”.

A todo esto, se añadiría también la documentación de todas las acciones, emplazamientos e intervenciones realizadas durante la semana por los artistas.

Siguiendo con el homenaje. Después de que los ex mineros recorrieron la pequeña sala con las primeras donaciones, llegó otro momento importante. Maykel había interpretado las chapas con los respectivos números con los que cada uno de ellos se habían identificado durante su labor como mineros, colocadas en una caja de madera con sus nombres (para eso era la lista de ex mineros vivos). Era la acción “Regeneración de memoria I- Homenaje”. Fueron llamados por sus nombres, acompañados de aplausos, para recibir aquel recuerdo-símbolo de manos del artista, con quien cada uno quiso retratarse exhibiendo su chapa, recuerdo-símbolo que recibieron con honor, como si fuera una medalla. Chicheteo, el más veterano, llegó a decir que después de la “Ramos Latour”, esto era lo más importante que había recibido en su vida.

Maykel Rodríguez. “Regeneración de la memoria I-Homenaje”. Chapas de aluminio con número pintado en pan de cobre en cajas de madera de pino.

Llega Nelson con los proyectores prometidos. Como ya había participado en la avanzada exploratoria, conocía bien cuál era su tarea. Al oscurecer fue directo al concentrador junto a Maykel y Frank, quien llevaría su batería para la prueba. En la noche, Nelson envió fotos de la prueba a “La profe”, quien había ideado esta pieza para cerrar la jornada, “como si fuera un mapping proyectado sobre las paredes del concentrador, y que tiene que quedar bien arriba, un gran espectáculo de luces, colores y sonido”, decía. Las fotos, aunque sin sonido, confirmaban esta posibilidad. Alivio. Todavía falta probar las video proyecciones de mañana jueves y las instalaciones que llevaba esta acción en el güinche grande. Sería mañana, con el auxilio del grupo electrógeno prometido por Lisandro.

El grupo de ex mineros se retrata mostrando sus chapas en la primera sala de Donación. Al fondo, la serie de retratos de Osvier; a la izquierda, las piezas donadas por Ariadna y Frank; y a la derecha, la “Donación” de Daylene.

Jueves 6. “La profe” había marcado los espacios en el museo en una suerte de museografía libre para las piezas que se irían colocando como exposición en desarrollo. Mari Mola gestionó la impresión de las fotos de la documentación y de “Cosecha de luz minera”, pero imposible, primero por la falta de corriente, luego una pieza rota… situación que nos obligará a retornar con esas piezas impresas para completar más adelante la experiencia. Daylene, que por su método pudo revelar con sus talleristas y luego laminar, coloca las fotos de la Experiencia estenopeica sujetadas con palitos en una tendedera cubriendo la esquina señalada en la museografía.

El imprescindible Lisandro Miranda, apoyo eficiente a todas las acciones artísticas. Tataranieto de Victoriano y director de la UB geominera. Junto a Maykel Rodríguez en “Árboles raros”.

Osmani y Osvier dan punto final a la segunda pintura sobre las tablas exteriores de las casas elegidas, otra expresión de arte público que queda como patrimonio artístico visual de Minas. También Ariadna da los últimos toques de pintura mineral a “Monumento invertido”.

Experiencia estenopeica. Fotos realizadas por los participantes al taller desarrollado por Daylene Rodríguez y emplazadas en el museo como parte de la exposición en desarrollo Donación. La artista también donó una de sus cámaras.

A las 2:00 pm quedamos en visitar el taller del único artista profesional activo de Minas: Elvis Céllez. Cuando fue la avanzada exploratoria se le propuso participar con alguna pieza en nuestra exposición, pero no se concretó nada. Ahora “La profe” volvió a la carga proponiéndole otra vía: que hiciera un Estudio abierto (Open Studio como suele llamarse). Céllez nos recibió con todo listo y nos ofreció un recorrido por las diferentes etapas o temas de su extensa producción simbólica. Al rato llegó Nelson, acompañado de Yanet, quien también fue a Minas a observar la labor del Proyecto y realizar la correspondiente reseña crítica. Fue una feliz coincidencia para el artista que el jefe de la 15 Bienal y una crítica y curadora estuvieran allí en su estudio. Valió la pena, para todos, esta incorporación al programa de Matahambre.

Una de las dos pinturas de “Zona Curada II”. Osmani Domínguez con la colaboración de Osvier Guzmán y Reynier Suñol.

Las 3:30 pm en el portal del Museo, “La profe” explica el sentido del performance colectivo “Peregrinación” que llegará primero al monumento al minero, y posteriormente a la torre 2. En sus manos sostiene, enrollada, la trenza de 10 metros de largo tejida con hilo azul por Ariadna y que forma parte de su pieza “Al hilo”, en esos momentos emplazada, parcialmente, en la torre del pozo 2. La trenza, azul, como el óxido de cobre, simboliza el pasado histórico del pueblo minero.

Estudio abierto del artista local Elvis Céllez.

El performance comienza con el despliegue de la trenza por los asistentes, quienes la sujetan haciendo fila para avanzar por la calle, por unas cuantas cuadras, hasta el monumento al minero, donde hacemos una pausa. Por el camino se incorporaron ex mineros que nos vieron ─ya nos reconocían─ y sintieron que debían sumarse.

“Peregrinación”, performance que porta parte de la pieza “Al hilo”, de Ariadna Álvarez en el momento en que pasa por la sala de máquinas o del güinche grande.

En el monumento, “La profe” rinde homenaje a los mineros que ya no están, aquellos que un día no subieron de la profundidad del pozo, o que enfermaron de los pulmones. También asocia esta pérdida al color oscuro de la trenza, afirma que los mineros merecen el recuerdo de todos y que el Día del Minero no debe pasar inadvertido para los habitantes y autoridades de este pueblo. Invita a los presentes a continuar el performance hasta el pozo 2, donde Ariadna espera, con su hilo blanco enredado entre los hierros del pozo y una escalera de mano para subir a colocar la trenza entre los hilos blancos, en los puntos ya previstos. Adrián se presta a la acción no exenta de peligro. “La profe” habla del simbolismo de la esperanza que predomina sobre el pasado, Ariadna también comenta sobre la espiritualidad positiva de su intervención. Concluida la acción, nos trasladamos al frente, a la sala de máquinas del pozo 2, donde está el güinche grande.

Ariadna Álvarez. “Al hilo”. Intervención en la torre 2 con hilo blanco al que se entrelaza la trenza azul que portaba el performance “Peregrinación”.

Oscurece. Estamos en el guinche grande. Ya el grupo electrógeno está listo, las extensiones y demás dispositivos que se habían marcado en la mañana ocupan poco a poco su lugar, las laptops comienzan a funcionar e iluminar el espacio que los obreros de la UB habían logrado oscurecer tapiando huecos a pedido nuestro cuando vino la avanzada exploratoria. Adrián coloca su cámara en lo alto para registrar la acción. El programa de Maykel, que debía proyectar contra el techo las imágenes de los asistentes en movimiento, no es compatible con el proyector. Ya hay que comenzar, es la hora señalada. Se sustituye por la loop de Osmany, para no perder el efecto de la proyección en el techo. “La profe” ya no tiene voz. Le pide a Daylene que presente la acción y explique en qué consiste, quiénes intervienen y la importancia de hacerla en el güinche grande, lugar declarado Patrimonio Nacional Industrial. Daylene, con su buena disposición de siempre, cumple la tarea con creces.

“Regeneración de memoria II”. Maykel Rodríguez, Frank Batista, Nelson Ramírez, Reynier Suñol, Osmany Bonet. Cinco videos proyecciones simultáneas con personajes, paisaje e historias de Minas.

Cuatro videos proyecciones simultáneas sobre pared y una quinta sobre el techo inundan el enorme espacio. Rey, Nelson, Frank, Maykel y Osmany se ocupan de mantener los equipos funcionando y que los programas de sus respectivas propuestas visuales corran bien: paisaje natural e industrial, fotos antiguas, fotos nuevas… Al principio los asistentes no entraban a la sala, se les dijo que pasaran y que podían caminar por delante de las luces de los proyectores, que se pararan a mirar donde quisieran. Era otra experiencia “por primera vez…” “La profe” caminó por los diferentes grupos para escuchar opiniones, todas eran muy hermosas, pero la que más llamó su atención fue la de una muchacha que ante la proyección de fotos antiguas, comentó “pero, ¡qué historia más linda nosotros tenemos!”. Solo añadir: “sin comentario”.

Viernes 7. Concluye finalmente, en verdad fue muy compleja esta pieza, la instalación de “Árboles raros”, la colocación de la piedra con su título inscrito en pan de cobre y la celebración por los obreros de la UB que tenazmente trabajaron junto al artista día a día: esto es, sin dudas, arte público de elaboración colectiva, o mejor, arte verdaderamente participativo.

Maykel Rodríguez y UB. “Árboles raros”. Instalación. Madera de pino local.

Se pasó para esta tarde el encuentro de “La profe” con las autoridades del territorio. También por la tarde llegarán los directivos de Geominsal, nuestros padrinos. Alertas la Casa de Cultura y el museo para que visiten las exposiciones. Supimos que la población en general y hasta grupos de pioneros las habían visitado, un grupo coincidió con Adrián y disfrutaron una visita guiada. En el museo, Celia mide su parte para llegar después a colocar “Autorretaros”, el gran collage colectivo conformado por los collages individuales que la artista fue componiendo con los recuerdos u objetos de cualquier tipo con que los pobladores se identificaban y que le entregaban para ser parte de la pieza. Se prevé como obra en desarrollo: los aportes desbordaron las posibilidades de tiempo y espacio. Maykel coloca su instalación concebida con “La profe” como resultado de “Regeneración de memoria I- Homenaje”.

Mientras esto sucedía, un ex minero se acercó a “La profe” para expresar su agradecimiento por todo lo que hacíamos, y ver si ella podía hacer algo por la baja pensión que recibían por el retiro de minero. Luego se acerca otro ex minero con un grupo de fotos de cuando trabajaba en la mina: un tesoro. Celia toma sus datos para mantenerse en contacto para su collage. Nos cuenta emocionado varias anécdotas, y pensamos cuánto queda aún por explorar y visibilizar. Finalmente se despidió de todos, y cuando se retiraba, paró en seco, miró a “La profe” con sus ojos húmedos y le dijo con firmeza: “¡Nosotros estamos vivos, y no queremos morir!”.

“Autorretrato”. Collage colectivo realizado por los pobladores como parte del taller desarrollado por Celia Mariana García.

Después del almuerzo diario en el Taller central, está por comenzar el encuentro con las autoridades, al mismo tiempo la llaman para intervenir en la conexión Radio Minas-Radio Guamá, que era la única que faltaba del proyecto. Ella decide ir con las autoridades, tiene su prioridad. Allí está Emilio, de Geominsal, y una representación del Gobierno y el Partido. La profe agradece el apoyo de Geominsal, la UB y Cultura, intercambia sobre lo productiva que ha sido la semana, pero también puntualiza que este es un Proyecto de continuidad y que necesita el apoyo de todos los presentes, lanza algunas ideas para el futuro inmediato, que todavía son ideas, aclara, pero que pueden llegar a concretarse como esta misma jornada artística que hemos realizado. La recepción es favorable, se expresa la buena voluntad y expectativa. “La profe” corre y llega a tiempo al programa, entra a cabina y, como suele hacer, dice de un tirón todo lo que hay que decir.

“La profe” en el último programa de Radio Minas.

Oscurece. Se acerca la clausura. Llegamos al concentrador por un camino hasta hace poco intransitable, pero que la UB mejoró para que el pueblo pudiera llegar sin dificultades a la actividad. Los artistas encargados están en sus puestos, sobre la placa de la casa de Uri. Pero antes había que inaugurar “Monumento invertido”, la pieza de “el hueco de Ariadna”, que requería cierta oscuridad porque se ilumina desde abajo, desde el fondo. Subimos poco a poco por las escaleras de la antigua estructura del concentrador. Allá están Ariadna, Dorzón, su ayudante estrella, los obreros que hicieron el trabajo de excavación y apuntalamiento (por cierto, cuando se había dado por terminada esa estructura hace dos días, se curvaron los troncos y hubo que levantar nuevamente dos paredes, ahora sí bien aseguradas), vecinos, ex mineros, pobladores en general, varios niños. Junto a la piedra local seleccionada por la artista para identificar la pieza con letras pintadas con pan de cobre, “La profe”, a petición de la artista, habla de la significación simbólica de esta instalación que a la vez interviene el área del concentrador. Los allí reunidos entienden perfectamente de qué se trata. Aplauden.

Ariadna Álvarez. “Monumento invertido”. Instalación. Troncos de pino local, pigmentos de minerales pulverizados.

Hay que bajar rápido antes de que sea total la oscuridad. Guillermo Lamela nos acompaña desde el día anterior a todas las actividades, incluso, con su tremenda disposición, ayudó voluntariamente a cargar cuando hizo falta. Allí estaba, como todos los mineros, a la expectativa de lo que iba a ocurrir aquella noche en aquel lugar emblemático, por eso escogido para el cierre. Nelson se ocupó de elaborar los videos a partir de fotos que había tomado en el lugar cuando vino con la avanzada exploratoria, destacando la riqueza de los extraordinarios colores que los minerales dan al lugar, y descomponiendo las imágenes en formas abstractas, cual fractales. Frank se ocupó de componer junto a Maykel, el audio que acompañaba las imágenes, reproducidas por el equipo de audio que aseguró y cumplió Pito, el director de Cultura. Y comenzó el espectáculo de una hora de duración, donde la imagen visual fue protagonista, secundada por una música sicodélica.

“Futuro”. Idea de Hortensia Peramo. Video proyección sobre los muros del concentrador. Nelson Ramírez de Arellano, Frank Batista y Maykel Rodríguez.

Era difícil apartar la mirada de aquella dinámica puesta en escena, pero teníamos que observar la reacción del público. Embelesado, no es posible un calificativo mejor para aquella reacción ante la belleza plena que multiplicaba y en ocasiones dialogaba con la belleza construida que le servía de soporte.

Felices, nos fuimos hasta la Casa de Cultura a realizar la última tarea: desmontar Matahambre, pues al día siguiente debía partir en un camión de la UB de regreso a La Habana.

Sábado 8. Un merecido paseo por Cayo Jutías. Almuerzo en la residencia que nos acogió con mucho cariño y eficiencia durante 7 días, y, finalmente, la partida, dejando atrás un sitio al que hay que regresar.

Días después recibimos fotos que muestran grupos de estudiantes llevados por sus maestros al güinche grande y a la exposición Donación. Dos lugares a los que, durante años, nadie entraba.

En fin, que cuando se hable de impacto del arte en una comunidad, habrá que mencionar al Proyecto Matahambre.

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