El Santiago Feliú que no se puede olvidar

Ana María Domínguez Cruz
19/2/2020

¿Viniste por Frank Delgado o por Santiago Feliú? Me preguntaron y quise ser acertada en la respuesta, sin lacerar. “Por los dos, está claro. Ahora, antes de entrar al teatro, más por uno que por el otro. Al irme, espero que eso cambie”. Y cambió.

Fotos: Ettiene Armas Ricardo
 

Y es que debo ser sincera, como siempre. Por eso reconocer que, en primera instancia, estaba allí por Frank Delgado, era lo justo. Aunque su idea de convocar a la sala teatro El Sótano, en un ciclo de cuatro miércoles desde el 12 de febrero, era para conversar sobre Santiago Feliú, en recordación de su inesperada muerte ese día de 2014 y no sobre él (como hiciera en la primera temporada el verano pasado). No puedo dejar de reconocer que su carisma para “conectarse” con el público, seducirlo y motivarlo durante horas mientras habla de cualquier tema, medio en broma medio en serio, garantiza que uno nunca pierda el tiempo en sus presentaciones.

Sucede que —y lo confieso— no soy conocedora de la obra de Santiago Feliú, y mucho menos conozco detalles de su vida. Salvo canciones harto conocidas como Para Bárbara, Vida y Ansias del Alba, poco había escuchado de su discografía y, más allá de verlo en algunas imágenes junto al propio Frank Delgado, Carlos Varela y Gerardo Alfonso y escuchar de sus amoríos con Gunila y Marissa, muy poco conocía.

Entonces, (y vuelvo a subrayar el talento del autor de Trovatur para hilvanar información con canciones), puse sobre sus hombros, sin que él lo supiera, la responsabilidad total de encontrar mi motivación necesaria para llenar esos “intersticios en blanco” que, por existir, me impedían tararear los títulos que interpretó en vivo y corear los estribillos, como sí pudieron hacer otros presentes en la sala.

Mi butaca privilegiada, en el centro de la última fila, me ubicó justo detrás de Gunila, quien asistió a la primera presentación y comentaba, junto a sus acompañantes, aquello que Frank contaba. Asentía con agrado, reía, acotaba datos a lo que él decía; y realmente se siente bien cuando uno comprueba la veracidad de lo que otro te cuenta, amparado por la aprobación de quien conoce extraordinariamente bien de lo que se habla, como ella, bien amada de Santi.

Frank Delgado también fue sincero desde el inicio y aclaró que no estuvo él cerca de Feliú durante toda su vida, por lo que su espectáculo, titulado Mi Santiago Feliú, justamente abordaba historias que recopiló leyendo y preguntando, aderezadas con las que sí le tocó compartir junto a aquel, “por etapas, porque mi contacto con Santi fue así, por rachas”.

Así fuimos cubiertos todos por el manto de la nostalgia a medida que el espectáculo coloquial avanzaba, y Frank contaba —de cómo Santi tocaba a la zurda, a su manera…—, y cantaba (a ratos acompañado por el joven guitarrista Leodán Brito). Percibí reacciones diversas: de quienes, por edad, compartieron cercanía con los trovadores y se aprendieron de memoria sus títulos años atrás; de quienes, como yo, poco saben de a quien apodaban El Eléctrico, y de aquellos, más jóvenes, que permanecieron con su curiosidad inmutable hasta el final.

Frank Delgado acompañado a ratos por el joven guitarrista Leodán Brito.
 

Para Bárbara, Ansias del Alba, Carta y suerte de tener a GunilaBolero, Sólo Arcoiris, Balada de Griffin, Cuando en tu afán de amanecer fueron los títulos escogidos, y el cierre fue Vida, en una desgarradora interpretación que dio por terminada la cita, aun cuando los deseos de seguir escuchando no se agotaron. Y precisamente en ese momento supe que, como deseé al entrar a la sala teatro, mis expectativas se cumplieron.

Fue el primer espectáculo, cuestiones técnicas parecían atentar contra la transparencia del guion —no aprendido, no escrito, no memorizado—, sin embargo, fue la primera vez que sentí, y quizás otros como yo, la necesidad de saber más de quien murió sorpresivamente, tildado de mal bromista por aquellos que lo querían, como Frank Delgado, quien, hasta que no lo vio en el hospital, no podía creerlo.

Ojalá vayan muchas personas a la sala teatro El Sótano los miércoles 19 y 26 de febrero y 4 de marzo. Puede que, incluso, sean más los miércoles para el encuentro con la emoción. A Santiago Feliú no se le puede olvidar, de Santiago Feliú hay que saber mucho más. Frank Delgado se encarga de confirmarlo.