A raíz de los disturbios del mes de julio del pasado año, visitamos el barrio La Güinera, perteneciente al municipio habanero Arroyo Naranjo. En aquella ocasión era palpable todavía la mezcla de indignación y vergüenza en las declaraciones de los vecinos, quienes consideraron “vandálicas” las atrocidades cometidas por un grupo de personas que, una vez más, se dejaron guiar por las engañosas promesas de los eternos enemigos de la Revolución.

Trescientos sesenta y cinco días después regresamos a esa localidad que, en una extensión de 8,72 kilómetros acoge a unas 37 000 personas. Su imagen ahora es bien distinta.

Estas acciones constructivas han estado acompañadas por los trabajadores sociales, las organizaciones de masas como los CDR y la FMC, las estructuras del Poder Popular local y provincial, además del apoyo del Partido en las diferentes instancias. Foto: Jesús Matos/ Radio Rebelde

Bordean ambos lados de su avenida principal amplias aceras recién construidas y, aparejadas a ellas, una gran cantidad de instalaciones que muestran la intervención de fuerzas constructivas del propio barrio. Vecinos que antes carecían de empleo y hoy trabajan como albañiles y ayudantes. El círculo infantil y la escuela primaria destacan por su belleza y hacen evidente el ahínco y amor con que se ha trabajado, así como también la farmacia, las bodegas, el agromercado y los comercios privados. Otro tanto ha sucedido con las viviendas, de las cuales nueve han sido erigidas totalmente, a las que se sumarán otras cuatro en este agosto hasta llegar a las 105 previstas para esta primera etapa.

Estas acciones constructivas han estado acompañadas por los trabajadores sociales, las organizaciones de masas como los CDR y la FMC, las estructuras del Poder Popular local y provincial, además del apoyo del Partido en las diferentes instancias.

De asombro en asombro llegamos al final de la avenida y, en un sitio donde otrora existía una ruinosa construcción tragada por hierbazales, encontramos ahora un espacioso y embellecido centro cultural recreativo llamado El Triángulo. En su interior prevalecía la algarabía de más de un centenar de niños, estudiantes de las escuelas de la comunidad.

“Con bastante frecuencia nos reunimos en El Triángulo para realizar actividades culturales demostrativas del desarrollo que va alcanzando el movimiento de artistas aficionados en la región, particularmente en La Güinera.

“Esta actividad, sin embargo, tiene una connotación muy especial, pues forma parte del programa de una jornada iniciada el 9 de julio y hasta el 25. Con la celebración de esta Jornada, que nombramos “De trabajo y victoria”, nos propusimos conmemorar el aniversario 69 de la histórica fecha del 26 de Julio. Y además del homenaje a los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente, tiene como propósito reafirmar nuestros principios revolucionarios, nuestro apoyo permanente a la Revolución y la lealtad sin límites a sus dirigentes”, explicó Alina Reyes, jefa de actividades de la Dirección Municipal de Cultura de Arroyo Naranjo.

De asombro en asombro llegamos al final de la avenida y, en un sitio donde otrora existía una ruinosa construcción tragada por hierbazales, encontramos ahora un espacioso y embellecido centro cultural recreativo llamado El Triángulo.

Más adelante añadió que, de la misma manera, en El Triángulo sesionan talleres de música, danza, teatro y artes plásticas, dirigidos a niños y adolescentes, e impartidos por los instructores de arte de la Casa de Cultura Justo Vega y con la colaboración de intelectuales y artistas residentes en la zona.

“Además de espectáculos culturales infantiles y juveniles, en este complejo cultural recreativo tienen lugar otras muchas actividades encaminadas a satisfacer los gustos y preferencias de todos los grupos etarios”.

En las voces de niños y adolescentes, interpretadas por coros o solistas, enaltecieron los sentimientos patrióticos de los asistentes emblemáticas melodías de nuestra música, como “El mambí”, “Hasta siempre comandante”, “La victoria” y “El necio”, entre otras muchas.  

Merecedoras igualmente de prolongados aplausos fueron las actuaciones de agrupaciones danzarias y teatrales. De manera particular se llevó los mayores lauros el grupo integrado por jóvenes de La Güinera, con su representación magistral de la Danza del león. Jóvenes que han sido formados en el aprendizaje de las artes marciales chinas por especialistas de la Sociedad Mi Chin Tang.

También la literatura estuvo presente en El Triángulo, el pasado 12 de julio, mediante la librería Juan Gualberto Gómez, representada por su especialista principal Juana Rodríguez González. Ella aseguró que “en esta comunidad hay una gran cantidad de lectores, sobre todo jóvenes y niños. Por ello, además de las ventas, que realizamos sistemáticamente, en cada una de nuestras visitas hemos donado un número considerable de textos que estamos convencidos contribuirán a incentivar los hábitos de lectura en una población que fue marginada hasta hace poco tiempo”.

Un barrio donde ya comienzan a convertirse en realidad aspiraciones soñadas durante años. Foto: Tomada de Cubadebate

Varias y diversas ofertas gastronómicas, vendidas a precios módicos en las cuatro cafeterías con que cuenta la instalación, caracterizaron del mismo modo la jornada que artísticamente concluyó con la presentación de la compañía juvenil de danza folclórica Cubanaché, cuyos integrantes trajeron de vuelta la valiosa herencia cultural africana. Oshún, con su típico traje amarillo, secundada por otras bailarinas, danzó brillantemente al compás de toques de tambores y cánticos ancestrales.

“Esta sí es La Güinera”, nos dijo visiblemente emocionada, al concluir la actividad, Ileana Macías quien, por su compromiso raigal con su comunidad y sus creencias religiosas, es llamada Madrina por todos los vecinos.

“Aunque no logro borrar de mis recuerdos, agregó, aquel triste y doloroso 12 de julio de 2021, en mis pensamientos se impone la alegría, el empeño y el esfuerzo de todos los que vivimos aquí para transformar el barrio, para cambiar su imagen. ¿Dificultades, deficiencias? Muchas todavía. Ciertamente somos gente humilde pero, quizás por la misma razón, gente trabajadora dispuesta a hacer lo que sea necesario para construir el barrio que queremos”. Un barrio donde, efectivamente, ya comienzan a convertirse en realidad aspiraciones soñadas durante años.

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