Llego a la sala de concierto del San Felipe Neri. La música es un lenguaje universal y en esta ocasión Habana Clásica mantiene el ritmo sonoro en activo en los días de noviembre. Alejandro Aguiar Rodríguez, quien lleva casi diez años como músico de la orquesta del Lyceum de La Habana, me concede esta entrevista en un lugar que para él representa su segunda casa.

¿Cómo ha sido participar en un Festival como Habana Clásica?

Para mí ha sido un honor. He tenido la suerte de trabajar en otras ediciones, pero siempre como músico de la orquesta del Lyceum de la Habana, pero esta vez cambié de rol, lo hice con música de cámara, en la que debe desplegarse otro tipo de habilidades y el trabajo es un poco más detallista. Siempre es un placer hacer música de cámara. Y si es aquí en mi ciudad, mucho más.

Cartel del evento.

Esta edición trae como sorpresa la invitación de Marcos Madrigal, director artístico del Festival, a ser parte de dos conciertos muy importantes, además del repertorio del programa: el de apertura, el cual tenía mucha expectativa por parte del público y de los propios músicos, y el segundo, con dos músicos de Túnez: Afef Elouni y Nada Mahmoud.

¿Qué potencialidades tiene el Festival?

La música es el punto central, pero a partir de ahí todos los artistas nos sentimos inspirados para crear. Habana Clásica hace crecer la esperanza de que, en Cuba, en La Habana, podemos hacer eventos como este, porque cuando se abren las puertas de las salas de concierto y el público se sienta a disfrutar, lo hace de manera muy profunda. El Festival es un espacio de reencuentro y de conocimiento en el que hallamos nuevos músicos que siempre tienen para aportar a nuestro universo sonoro.

¿Es una oportunidad para los artistas jóvenes?

Claro. Todos los músicos esperamos el Festival porque es un momento en el que podemos mostrar lo que estamos haciendo y ver lo que hacen otros profesionales de la música en otras latitudes. El intercambio, indiscutiblemente, nos hace crecer muchísimo.

En esta edición asistieron grandes músicos de Europa, del norte de África y del Medio Oriente. Por lo que creo que fue una oportunidad para los músicos que participamos, jóvenes y no tan jóvenes.

¿Cómo te has sentido en esta edición?

He tenido muy buenas vivencias. A partir de ahora tengo nuevos amigos con los que dialogar y colaborar, si la vida nos lo permite. Agradezco a Lorenzo Suárez* por la gentileza de brindar sus espacios, sus instrumentos, su conocimiento y su apoyo en la gestión y logística de este festival y, por supuesto, a Marcos Madrigal, director artístico de Habana Clásica. Me he sentido como en casa, trabajando y recibiendo a tantos artistas.

Conocí a Nada Mahmound, Afef Elouni, Layale Chaker, Kinan Azmeh y tengo la suerte de compartir escenario con mi querida Sarah Willis. Para ellos presentarse en la Habana es importante, y nosotros ponemos nuestro granito de arena para que puedan disfrutar en el aspecto profesional, musical y personal.

El Festival es un espacio de reencuentro y de conocimiento en el que hallamos nuevos músicos que siempre tienen para aportar a nuestro universo sonoro.

¿Cómo ha sido el proceso de ensayos con otros artistas y el montaje de obras en tan poco tiempo?

El proceso de ensayo es un reto porque tenemos muy poco tiempo para montar y ensayar juntos. Pero existe una realidad, y es que, en las capitales europeas y algunas de los Estados Unidos, se trabaja de forma rápida. No obstante, hemos tenido química con estos músicos que han venido de otras latitudes. Se trabajó con muy poco tiempo presencial, pero con mucho rigor y muy buenos resultados.

La música ha fluido. Nos queda seguir aprendiendo, superándonos, para que en otros encuentros tengamos más nivel, mantener esta buena vibra que se genera, desarrollar festivales con esta magnitud y ojalá podamos llevarlos a otras provincias. Aunque Habana Clásica se acercó, dentro de La Habana, a algunos puntos distantes del Centro Histórico, más allá de sus salas de concierto que han estado abarrotadas y eso nos enorgullece.

Quiero recordarles a los estudiantes de música que se acerquen a este tipo de festivales, pues el intercambio con otros músicos les puede generar un cambio en el aspecto profesional.

Alejandro me agradece por la entrevista y me permite entrar al ensayo para respirar esa vibra de la que tanto habla. Nuevos colores sonoros despiertan en mí los maravillosos músicos que tengo el honor de conocer y cierro los ojos mientras el piano expande su magia en la sala.


Notas:

* Consejero de Asuntos Políticos, Económicos y Culturales de la embajada de Suiza en Cuba y Director Residente Adjunto de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación.