¡Oh, cuerpo mío, haz siempre de mí un hombre que interroga!
Frantz Fanon

En 2025 el activismo y la obra fanoniana transversalizan múltiples escenarios en los que modernidad y colonialidad, se presentan como hendiduras profundamente entretejidas que revisitan el legado vivo del gran intelectual martiniqués. Y ahí, la cita a Fanon que sirve de pórtico a la novena edición del Mes de la Cultura Francesa en Cuba, con el lema “Al son de Martinica”, traza nuevas rutas de proximidad entre el arte y la cultura de nuestras islas. Desde el año 2015 se celebra el Mes de la Cultura Francesa en Cuba, y más allá del focus situado este año en el vecino enclave caribeño, el diseño de programación tramado, nos asegura el sentido franco en la permanencia de los puentes solidarios y cooperativos tejidos entre Francia y Cuba. Entre el 13 y el 30 de este mes, tendremos la excepcional oportunidad de acercarnos a varias expresiones artísticas resultantes de proyectos de intercambios sostenidos desde tiempos preliminares.

Una amplia agenda (dieciocho eventos particulares) que incluye exposiciones de artes visuales, conferencias temáticas, conciertos, literatura, cine, danza, fórum alrededor de la obra y pensamiento de Frantz Fanon, etc., registra el gran acervo cultural del Caribe francés en sus vínculos operativos con el presente. Momento oportuno para volvernos sobre los tránsitos actuales, donde nuevos mecanismos de conexiones, nos hablan del valor de la defensa del patrimonio cultural caribeño en la medida que él hoy se vuelve memoria activa del buen hacer de las mujeres y hombres de esta tierra. Mientras advertimos un mundo en creciente transformación, escapes, migraciones, muertes y zozobras, al punto de transformar el orden civilizatorio y las nociones del arte y la cultura, la programación que ahora nos proponen el Servicio Cultural de la Embajada de Francia en Cuba y la Alianza Francesa, son cantos al amor y perpetuidad de nuestra especie.

Cuba y Martinica, dos islas caribeñas marcadas por el mestizaje y la “criollización”, retomando el concepto creado por el gran poeta, novelista y filósofo martiniqués Édouard Glissant.

El excelentísimo señor Laurent Burin Des Roziers, Embajador de Francia en Cuba, hace notar que, a pesar de algunas diferencias manifiestas, Cuba y Martinica comparten herencias importantes debido a la geografía y la historia. Las dos islas caribeñas, marcadas por el mestizaje y la “criollización” (créolisation), retomando el concepto creado por el gran poeta, novelista y filósofo martiniqués Édouard Glissant. Ambas se enfrentan en la actualidad a ciertos desafíos comunes. Es ese complejo legado histórico y estas dinámicas en acción lo que deseamos valorizar a través de esta programación, esperando que este momento privilegiado de intercambio contribuya de manera duradera al fortalecimiento de la cooperación regional en el Caribe. De igual modo, nos comparte que será un tiempo para volver a descubrir y compartir, re-aprender e intercambiar con una programación ecléctica y variada. Artistas de Martinica respondieron y accedieron a mostrar sus obras, a colaborar con creadoras y creadores cubanos, con el sistema de instituciones del Ministerio de Cultura, la Casa de las Américas, la Oficina del Historiador de La Habana y otras instancias académicas (distinguiéndose la participación del gran escritor Rafael Confiant en las sesiones de trabajo pre-evento de “Saber UH”, convención generada en la Universidad de La Habana. Ha sido el apoyo y la confianza, la mejor herramienta en este diálogo cooperativo, enriquecedor para el arte y la cultura de ambos países.

“Al son de Martinica”, hilvana la programación del Mes de la Cultura Francesa en Cuba 2025. Reanimar el intercambio, concurrencia y diálogo entre nuestras expresiones artísticas, culturales y de pensamiento, se torna exploración sobre un espacio común que nos une, al tiempo que nuestras islas las separa un mar qui difracte (según Glissant). Y en ese contexto polifónico y poli-rítmico, la cultura que nutre las artes y la relación del sujeto con todo lo que existe.

“Al son de Martinica”, ensambla y amplifica los posibles fragmentos justo en homenaje al centenario de Fanon.

Música, danza, oralidad, literatura, visualidad, pensamiento, son expresión de ese compendio de autenticidad salvadora; cuando el artista penetra el Cuerpo/Caribe encuentra en él la energía de todos sus valores culturales.

Una pléyade de creadoras y creadores que, desde sus raíces martiniquesas y modulaciones expresivas particulares, revelan el poder del cuerpo/ser caribeño como posesión de quien nada poseía, más allá de las legislaciones que pudieran establecer otros caminos, el acto de pertenencia es un legado cultural de mayor amplitud y alcance en el presente. Así, el pensamiento elogioso a la creolidad y a la isledad misma sustenta vivamente las literalidades de Rafael Confiant, cual cosmos que transparenta las visualidades de Louisa Marajo en su propuesta instalativa “Sargassum Galaxy Acto 2”, en la galería de la Alianza Francesa de Prado; del fotógrafo Nicolas Derné en su exposición “Parades”, en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam; las sonoridades del pianista y cantante GMX en su concierto de la Sala Cervantes; o las corporeidades de Christiane Emmanuel y Jean-Félix Zaïre, en sus talleres y presentaciones artísticas junto a Danza-Teatro Retazos en Las Carolinas. Todo en amalgamado complejo de pintura, instalaciones, fotografías, creaciones sonoras, bailes y danzas. En ellas y ellos parecería que gravita la intención de “recordar en todo momento que el verdadero salto consiste en introducir la invención en la existencia”, tal como lo recrea el universo creativo de Frédéric Ciriez en sus diversos documentos novelados, ensayísticos y fílmicos sobre Frantz Fanon, que igualmente se expondrán en Vitrina de Valonia, en la Universidad de La Habana y en la mediateca Aimé Césaire de la Alianza Francesa.

“Al son de Martinica”, sitúa en las expresiones artísticas y culturales de la isla francesa anclada en un Caribe común, cual puente de vecinazgo condicionado en similitudes y distancias lingüísticas o geográficas, pero fusionadas, reunidas en motivos y resistencias poéticas más allá de balcanizaciones de un caribe fragmentado. “Al son de Martinica”, ensambla y amplifica los posibles fragmentos justo en homenaje al centenario de Fanon y nuestra “tarea colosal de inventariar lo real”, convencidos de que el arte y la cultura nos permitirán ser cada día mejores seres humanos, mejores seres creativos. Así lo ha tramado esta novena edición del Mes de la Cultura Francesa en Cuba 2025, testimonio del puente en un mar común que nos une.

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