“Cantamos cuentos y también cantamos sobre las urgencias de estos tiempos…” Así definió la cantante Ivette Cepeda lo que quizás, en pocas palabras, hacen a diario las cantoras del mundo. Algunas, trovadoras; otras, cantautoras y otras, como ella misma, que a gusto se siente con el término que ha convocado por sexta ocasión a mujeres de La Habana y de otras provincias del país, junto a tres argentinas y una chilena.

En medio de su actuación en el espectáculo inaugural de esta edición de “Ella y yo” —que se celebra hasta el venidero 10 de septiembre—, la Cepeda convocó a unirnos, a compartir intereses y empeños, a derribar muros y a elevar la fe en el mejoramiento humano.

El 6to Encuentro de Mujeres Cantoras “Ella y yo” evidencia la necesidad de propiciar espacios de este tipo de música y sobre todo para las nuevas generaciones que, felizmente, deseen transitar este camino.

Fue ella quien cerró, varias veces, este concierto. Cantó “Ayer y hoy enamorado”, de Santiago Feliu y “La era está pariendo un corazón”, de Silvio Rodríguez. Después, cuando ya se había ganado al público, puso a todos a bailar con el precioso tema de Niuska Miniet “Conga del diario”; y aunque pensamos que así se despediría, nos convocó a tomarnos las manos y recordar a nuestro Poeta Nacional cantando “Abre la muralla”. ¿Fue ese el broche de oro? Pues no. Prefirió traer de vuelta a Ireno García con “Un buen bolero”.

Traerlo de vuelta, sí, porque cuando las luces de la sala de Bellas Artes se apagaron, parecía que Ireno estaba ahí, al lado de su guitarrista habitual Alejandro Valdés y luego, entre todas las que interpretaron su querido “Andar La Habana”: Heidi Igualada, Yeni Turiño, Ada Naranjo, Marta Campos, Zoila Inés Iglesias y Yarima Díaz.

“La Cepeda convocó a unirnos, a compartir intereses y empeños, a derribar muros y a elevar la fe en el mejoramiento humano”.

Ya sabíamos entonces que él se sentaría cerca, en primera fila, y disfrutaría de este concierto/tertulia, en el que Marta Campos y Rey Montalvo guiaron a los artistas y a los espectadores por una ruta sui géneris, donde conocidos y noveles se juntaron para cantar y sorprender.

“Mi verdad” y “Espiral” fueron los títulos regalados por el Dúo Nueve, integrado por Carlos Ernesto Varona y Paloma Henríquez, y seguidamente, a capella y deslumbrante, la cantante y compositora Anabell López interpretó los temas “Sola”, de su autoría (incluido en su álbum Sigo aquí) y “Te amaré”, de Silvio Rodríguez.

En el recorrido imprescindible que proponía el concierto no podía faltar la música tradicional cubana y la colocó, de manera brillante, el Dúo Querol y su Trova, integrado por Alexis Querol y Niurka Ribeaux, que propiciaron el canto colectivo y los aplausos emotivos recordando a Adalberto Álvarez con “Tu fiel trovador”.

A capella y deslumbrante, la cantante y compositora Anabell López interpretó dos temas.

La chilena Cecilia Concha-Laborde irrumpió con su larga cabellera y su pequeña guitarra nombrada Victoria, porque “no importa que nuestras victorias sean pequeñas, pues con todas juntas nos hacemos de una inmensa”.

Urge tener fortaleza, nos dijo, y habló de lo que significa para su país y para el mundo este decalustro que Chile recuerda, a partir del tiempo transcurrido desde el golpe de Estado al presidente Salvador Allende. Por ello cantó “Amarraré a las cintas” y “En cuerpo y sangre”, “dedicadas a todas las compañeras de la resistencia en Chile y para el futuro, porque siempre traigo canciones contra el olvido”.

“No importa que nuestras victorias sean pequeñas, pues con todas juntas nos hacemos de una inmensa”, dijo la cantora chilena Cecilia Concha-Laborde.

Cuando se piensa que la sobriedad y cierto estilo al vestir y en el dominio escénico puede ser el denominador común de cantoras (y trovadoras) se reveló el Dúo Mantra, integrado por los camagüeyanos Rocío Alonso y Manuel Fernández. Ella, con violín y él con guitarra eléctrica, cantaron “Desencanto” y “Luna de abril”, de autoría compartida.

Siguiendo lo inusual y mostrando irreverencia en el escenario llegó la guantanamera Annalie López. Imagínese… la también llamada “Azucena”, por aquel tema que la catapultó, se presentó “con la guitarra de Heidi Igualada y con el glamour que no se puede perder”, con tacones y un vestido pleno de brillo. No es descripción superficial, es destacar el rompimiento de un estereotipo, no solo en la apariencia sino también en el desenfado y el viaje vocal por diversos registros al que nos invitó con sus temas “La cena” y “Sin clave no hay rumba”.

La guantanamera Annalie López presentó un viaje vocal por diversos registros.

No podía faltar Marta Campos, jovial y carismática. Arropó a Ireno García nuevamente al cantar su canción “Temo al andar y al no andar”. Después, “relajando y gozando”, cantó “La negra se alborota”, de su autoría.  

Seguidamente, Ivette Cepeda y Reflexión cerraron el concierto. Y cual ciclo descriptivo, llego al principio de estas líneas.

El 6to Encuentro de Mujeres Cantoras “Ella y yo”, con un programa intenso de presentaciones en el Centro Cultural Fresa y Chocolate, en el Pabellón Cuba, en el Parque de Línea y L, en la Casa de Artistas y Creadores de Centro Habana y en el Café Longina (donde será la clausura), evidencia la necesidad de propiciar espacios de este tipo de música y sobre todo para las nuevas generaciones que, felizmente, deseen transitar este camino.

Un espectáculo como este, diverso y enriquecedor, sentó las pautas.