Luego de leer este documento caí en la cuenta que estamos adornados con la lengua de los indios por todas partes y en todas direcciones. Su polémica y criminal extinción y su pervivencia en provincias o asentamientos indios al oriente del país ha permitido que sigan siendo muy nuestros vocablos como “jaba”, “boniato”, “hamaca”, “jibe”, “guayo”, “Bayamo”, “Camagüey” y hasta el nombre de nuestra hermosa isla que quiere decir en lengua taína “la tierra por antonomasia”, según ha investigado José Juan Arrom.

Me refiero aquí al libro Indigenismo en el Diario de Campaña de José Martí. Desde Cabo Haitiano a Dos Ríos [1] del ensayista cubano Alonso Expósito Álvarez, a través del cual su autor se propone constatar que el Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos, texto fundacional del futuro estado nacional cubano, no es solo un documento histórico relativo a la guerra de independencia de Cuba, sino un testimonio indigenista de primera mano que da fe de la importantísima participación del indio y su cultura en el proceso de formación de la nacionalidad cubana.

Dicha investigación aborda los mismos asuntos y temas que el ensayo “Los indoamericanismos en el Diario de Campaña de José Martí” [2] de Yasmina Fernández, escrito en 1999, solo que el libro de Expósito hace gala de un mayor y más profundo abordaje contextual, así como un visible y adecuado manejo de la bibliografía concerniente a este tema, ya sea de carácter lingüístico, como la de carácter histórico. Solo queremos aclarar aquí un pequeño error: el glosario de términos de la edición del Diario de campaña que él refiere, y que estuvo a cargo de Mayra Beatriz Martínez en 2014, no fue hecho por Martí sino por esta investigadora del Centro de Estudios Martianos.

El libro de Expósito hace gala de un mayor y más profundo abordaje contextual, así como un visible y adecuado manejo de la bibliografía concerniente a este tema, ya sea de carácter lingüístico, como la de carácter histórico. Imagen: Tomada de Internet

En el libro que reseñamos se afirma que el indigenismo aparece en el Diario… en múltiples formas, directas, indirectas, expresas o subyacentes —ascendencia indígena de los Maceo, y cualidad india del general Pedro Agustín Pérez—, indios de pura cepa, mestizos de indios, atributos materiales heredados de las culturas aborígenes, labores económicas, prácticas domésticas y culinarias, empleo profuso de aruaquismos e indoamericanismos en la redacción del texto. Y se pone de manifiesto cómo todavía a finales del siglo XIX las comunidades de aborígenes en el extremo oriental cubano aportaban soldados y unidades de combate de gran capacidad bélica, que integraban la mejor y más terrible fuerza militar en la región a favor de los españoles.

Esta exhaustiva investigación hace referencia a las profundas denominaciones aborígenes presentes en el Diario de Campaña… en lo concerniente a la toponimia (lugares, 40 vocablos), zoonimia (animales, 5), fitonimia (plantas, 43) e hidronimia insular (ríos, 5), así como al número de menciones, al acervo empírico empleado por los indios para solucionar problemas y sus estrategias de adaptación ecológica, que son las mismas que usaban los campesinos cuando Martí llegó a Cuba. En tal sentido vemos que son omnímodas la herencia biocultural y la influencia espiritual taína y subtaína en los archipiélagos que Martí recorre, lo que se convierte en fundamento de esta investigación y le otorga a este estudio una organicidad antropológica impuesta por el peso de las realidades históricas.

Expósito se refiere a la disímil manera de reflejar el indigenismo en uno y otro diario, pues en el Diario de Montecristi a Cabo Haitiano Martí tiene el ánimo tranquilo y sosegado, propicio para la observación detenida, mientras que el Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos es un diario de guerra, con las prioritarias urgencias de campaña. En el primero de ellos Martí muestra un sentido respetuoso y admirado de las primigenias civilizaciones americanas, y demuestra su confianza en el indio como ser que puede lograr su reivindicación social, pues su apego a su civilización es lo que generaliza su capacidad de resistencia.

Expósito se refiere a la disímil manera de reflejar el indigenismo en uno y otro diario, pues en el Diario de Montecristi a Cabo Haitiano Martí tiene el ánimo tranquilo y sosegado, propicio para la observación detenida, mientras que el Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos es un diario de guerra, con las prioritarias urgencias de campaña.

El autor expone y estudia los lexemas indígenas presentes en el Diario de Montecristi a Cabo Haitiano y frases de contenido indígena que Martí refiere como: “Al pan: prefiero el casabe”, “Como la yuca éramos nosotros y él era como el guayo”, entre otras, así como los indigenismos del Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos, donde va peinando su presencia por pasajes, y los rastrea contextualmente con acuciosidad, todo sustentado en que Martí atraviesa el espacio jurisdicción que ocupaban los cacicazgos mayores o provincias taínas de gran densidad demográfica como Maisí, Baitiquirí (hoy San Antonio del Sur, Guantánamo), Barajagua (hoy Cueto, Holguín), Guamaya, Maiyé y Bayamo, y en que Baracoa fue la cuna de la rebeldía indígena y protagonista de las hazañas de Hatuey y Guamá.

Un hecho novedoso en este libro es el estudio de la transición hacia las filas insurrectas de escuadras indígenas que antes habían formado las Escuadras de Garrido —las que menciona Martí en su diario como causantes de la muerte de Flor Crombet—, quienes eran expertos exploradores y rastreadores con probado valor y alta capacidad de supervivencia. Ese tránsito tiene sus signos inaugurales en la Guerra Chiquita y alcanza su punto máximo con la fundación del regimiento Hatuey, con presencia de indios y criollos que, según el autor, es una creación intelectual de José Martí.

Un hecho novedoso en este libro es el estudio de la transición hacia las filas insurrectas de escuadras indígenas que antes habían formado las Escuadras de Garrido.

Expósito estudia detenidamente la presencia humana indígena en el Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos en sus diversas facetas, así como el proceso de predominio oral de las lenguas aruacas. Es curioso igualmente en el libro el hecho de que el autor indaga exhaustivamente el por qué no usa Martí los vocablos “bohío”, “guano”, y sí “casa”, “rancho”, “guajiro”, manifestando su apego a la norma española.

El estudioso cubano concluye afirmando que el Diario de Campaña… “ofrece, además, una lectura multifacética —antropológica y sociológica, además de literaria— del inicio de la guerra finisecular por la independencia de Cuba en condiciones dinámicas” (p. 22); que el mismo hace gala de una multifuncionalidad esencial en esta perspectiva indigenista, pues es exponente cultural de nuestra identidad nacional a través de la variante cubana de la lengua española, constancia documental escrita en suelo cubano de nuestra autodefinición en el lenguaje porque fue escrito en plena gestación de la nación cubana por su principal jefe político; que es testimonio de nuestra lengua literaria, en tanto el Diario… constituye también una depurada expresión artística en nuestras letras. En estas funciones, concomitantes todas en el Diario de Campaña de Cabo Haitiano a Dos Ríos, se transparenta la mayor carga indigenista relacionada con la fundación de la nación cubana que haya tenido documento histórico alguno salido de la pluma excepcional de Martí (p. 62). Como expone con brillantez Expósito, con esta relevante herencia biológica y cultural indígena, que es parte indisoluble de nuestro proceso de formación nacional, dada a conocer por José Martí desde las páginas de su último diario, se constituyó también la República de Cuba en los comienzos del siglo XIX.

Notas:

[1] Alonso Expósito Álvarez. Indigenismo en el Diario de Campaña de José Martí. Desde Cabo Haitiano a Dos Ríos, Amazon, Miami, 2022.

[2] Yasmina Fernández. “Los indoamericanismos en el Diario de Campaña de José Martí”. Trabajo presentado en el Seminario Juvenil de Estudios Martianos (XXVII) en Sancti Spíritus, 1999. Trabajo mecanografiado en Biblioteca del Centro de Estudios Martianos. También se aborda este tema en Nuria Gregory: “Los cubanismos de Martí en sus Diarios de Campaña”, Anuario Martiano (5): 247-256, 1971, La Habana.

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