Selección de poemas
12/4/2016
LA ABEJA LIBANDO SAL
Te busqué por los senderos
prohibidos
por las esquinas
debajo
de las espinas
debajo
de los sombreros
te busqué en los hormigueros
víctima del cataclismo
en la flor del exorcismo
dentro de un trago de hiel
oculto en mi propia piel
y
resbalé en un abismo.
Voy muriendo de un abrazo
que no alcanzó la otra orilla
soy como clown sin mejilla
que va dejando el pedazo
la descarga de un sablazo
el labio contra el metal
la caída sideral
la campana sin tañido
la plegaria sin oído
la abeja libando sal.
Voy a encontrar el incierto
camino para volver
voy como el maná
a caer
seré lluvia en el desierto
voy levantado a ese muerto
que no dobló la cerviz
quién
me taló la raíz
dónde
está el camino a casa
cómo
fundirme en la brasa
cómo encontrar
mi país.
LA CATADORA
Cada día
a las once en punto
a la puerta de Margot Woelk
toca la muerte.
A la orden
un oficial levanta la cuchara
Margot Woelk
reza
traga
pimientos
espárragos
fideos
arroz.
La hora siguiente
es una ruleta
Margot Woelk
reza
escupe
se deja caer
se aprieta en el asiento.
Margot Woelk
era la catadora del Führer.
Nadie le cree
a esta anciana
delirante
nadie le cree
que tocarán a su puerta
a las once en punto.
EL TERCO
Yo vivo
en una Isla
dentro
de otra Isla
todos los días recorro
el largo puente
entre el mundo
y
mi cama
beso
a una arpía con su garra discreta
y
me siento escribir una crónica con música de fondo.
Yo vivo
alzando cada gloria breve
me persigno
por lo que ya no están
por los que estamos
entro
a mi cuarto de guayaba
y
murciélago
a vendar mis pulmones para mañana.
Yo vivo
maldiciendo los relojes
yo soy el terco
que sube al tobogán
y
a veces
se despeña.
HISTORIA DE SALAMANDRAS Y LAGARTOS
Los secos
los pálidos
los rojos lagartos
exhiben sus panzas enormes al sol
hablan la extraña jerga de los lagartos
tragan como lagartos.
Las salamandras se acercan
resbalan
sisean
rompen las olas con sus cuerpos de salamandras
mientras los lagartos beben el jugo recalentado de las glándulas
beben despacio
como expertos lagartos.
Toda la fauna mira hacia otro lado.
CUBA VALDÉS
(Inspirado en La vida es silbar de Fernando Pérez, Cuba, 1998)
Yo puedo olvidar tus olvidos Cuba
tengo tatuado tu nombre en mi espalda
no permito que nadie me lo toque
ni siquiera la muchacha caída del globo
la muchacha del más allá.
Yo no me canso Cuba Valdés
yo no me canso
pero traigo mis propios caminos
Julia tiene miedo
Mariana tiene miedo
Elpidio espera una señal.
No hay tiempo de contemplar los caracoles sobre los muros del malecón
ya no se puede decir doble moral ni sexo
sin que alguien caiga en las calles de La Habana.
Mariana sujeta la seda de Giselle
y
echa a correr
Julia deja el último bostezo
y
echa a correr
Elpidio escucha la señal
y
echa a correr bajo la lluvia
el día cuatro
a las cuatro y cuarenta y cuatro de la tarde.
Y
un silbido se levanta en medio de la plaza.
SUITE HABANA
(Inspirado en Suite Habana de Fernando Pérez, Cuba, 2003)
Mientras La Habana lustra las botas de su próxima marcha
el príncipe Sigfrido sujeta la cuchara de albañil
el hijo quiere empinar un papalote en los ojos del padre
el caballero del carretón quiere arrancar su hombría en los ojos de la noche
Y
la anciana
paciente
pequeñita
cuenta los granos de cacahuete
SUBASTA
La lengua sobre el muro.
Lengua bajo el esfínter
sobre el pezón.
Dientes
Encías
Espalda.
Carne salvaje
carne de isla
carne en trozos.
Comienza la subasta.
¿QUIÉNES SON ELLOS?
(Después de leer El Ingenio del mambí de Ismael Sarmiento)
Quiénes son ellos
seres de otro mundo
detrás de los yerbazales
cazando puercos jíbaros
lechuzas
curando carnes putrefactas con pólvora
agua caliente y ají guaguao
la carga
con escopetas de palo
como si jugaran a la guerra
con cañones de cuero
lanzas
machetes
tubos de cañería.
Quiénes son ellos
que hierven piedras de mar
y
caracoles
una tropa en taparrabos
con sandalias de yagua
el sexo al lado de las bestias
que se curan las fiebres y las balas
con caldo de biajaca
bebedizos de negros
en jícaras grabadas con el escudo de la República
y
la Virgen de la Caridad
con emplastos de güira cimarrona
vendas de anacahuita
telaraña
o
se mueren
en camastros de ramas
en la tierra
generales
anónimos
analfabetos
poetas.
Quiénes son ellos
que viajan al revés
que zarpan de Nassau
de Puerto Rico
de Tampa
y
Cayo Hueso
que van entrando al monte de la patria.
PAÍS A LA SALIDA
Siguiendo la costa de los mangles, atravesando el río, a la salida, han fundado un país. Es el refugio de las ovejas que no quieren ser ovejas, el parque de los árboles danzantes, el reino del crepúsculo.
Todos lo saben y nadie lo nombra. Han plantado bandera en el minúsculo país. La fauna se atraganta, se desmanda. El éxtasis corre por la nervadura de la caleta.
Los puercoespines se arrastran a copular con los caballitos de mar. Los caballitos se arrastran a copular con las ardillas. Las ardillas se arrastran a copular con los bisontes. Los bisontes se arrastran a copular con las águilas.
Cada paso queda grabado en las arenas de la libertad. El país se borra en cada ola.
DESEXILIOS
Me he ido a vomitar al borde de los orinales, al borde de los aeropuertos, al borde de los libros autografiados, al borde de las estrellas de mar, al borde de mi sábana.
Me he quedado esperándoles, embobecido esperándoles, que vuelva Juan Ramón con su anudada pañoleta blanquiazul, que vuelva Lilian con su arco pequeñito sacado del envés y Yoandris con su olor a cereza tempranera. Que vuelva Gustavo, envuelto en una ópera, y Frank de manos de la infanta, Yaser con su sonrisa teatral devastadora y Leo, Leo, desnudo, loco, saltando las traviesas.
Que vuelvan, que se apuren, antes que parta.
Qué decir de la poesía de Reinaldo Cedeño que ya no se haya dicho! Es manantial, es río, es mar que arrastran todo lo divino para tomar cuerpo de palabra y convertirlo en eternas visiones de la vida.
Pues sí que te conozco. Genial en exceso. Todos me tocan.
Gracias hermano por estos versos desgarradores y vibrantes, llenos de vida y deseos. Gracias por tu arte y tu pluma, por tu desvelo, por tu amistad, por ser quien eres. Vengan otros como estos… un abrazo
Que suerte haber sigo testigo y amigo, de haber tenido siempre esa poesía de los tiempos. Cuanta vida embellecida por la frase genial y dulce, cuanta razón para la amistad. Siempre vale la pena Rey.